-¿Seguro de que traemos todo?
-Seguro.
-Estoy confiando en ti ah. Aún estoy medio mareada. Si dejamos algo...
-Será mi culpa, sí, sí, sube al carro.
Valerie se acomodó en el asiento del copiloto.
-¿Estaré bien al llegar a casa?
-Ya se te ve bien -le aseguré poniendo en marcha el motor.
-Quizás, pero no me siento del todo bien.
-Termina de comerte ese pan y sigue tomando agua, pero no te vacíes toda la botella que no quiero tener que parar en ningún baño. Ya estamos tarde.
Al final estábamos saliendo a las doce y cuarto de la casa de Hernán. Se nos había pasado un poco la hora bailando.
-Todo es mi culpa.
-No te hagas cargamontón -la animé.
Prendí la música y para cuando alcancé la carretera, pude comprobar con el rabillo del ojo que Valerie estaba dormida. Despertó recién media hora después.
-Creo que has aprendido bastante este fin de semana -comenté con una sonrisa burlona.
-Bastante -me dio la razón.
-¿Qué es lo principal?
-Hay que estar más pendiente de la hora -la sentí sonreír a mi lado.
-¿Eso? -me burlé -Yo hubiera resaltado cosas mucho más importantes.
-¿Ah sí? -se irguió en su asiento -¿Cómo qué?
-Como lo magnífico que soy besando -contuve una sonrisa.
Valerie rió divertida.
-¿Qué más? -me animó a seguir.
-Que no debes mezclar bebidas. O al menos no tantas si no quieres llegar a estar picada. También aprendiste a soportar con tacos...
-...ya sabía -susurró.
-...y que no todas las viejitas son simpáticas y que...
-...bailar contigo es un peligro -me interrumpió cambiando el rumbo de la oración que tenía pensada.
Su frase me pareció increíblemente acertada.
-Me gusta -admití en voz alta.
-Tú también aprendiste algo.
-¿Ah sí?
-No subestimes a una chica buena. Puede cumplir todos tus retos -sonó orgullosa de si misma.
-Aún no llegas a casa -le recordé sonriendo -además, no olvides como casi te tuve que arrastrar dentro de la discoteca.
-Parecía todo menos una discoteca -se defendió.
-Prejuiciosa -reí entre dientes.
-¡No es verdad! -protestó dándome un golpe bromista en el brazo.
-Ya, ya, hablaremos cuando estés sobria ¿sí? de momento mejor contén la lengua, borrachita -me burlé.
-¡No estoy borracha!
-Eso dicen todos -sonreí de verla fastidiada, inclinándome hacia adelante para poder ver la transversal y asegurarme de que no vinieran carros para poder cruzar.
-Pero no con tanta verdad como yo -la vi, con el rabillo del ojo, alzar el mentón como orgullosamente.
-Como quieras, "angelito". Tú, ¡Oh, santa! que no mientes y eres pura, no estás subida de tragos.
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The Real Bad Boy (PUBLICADO)
Teen Fiction-Ni sueñes con que pasará el estúpido y típico cliché. -¡Pues me alegro! -¿Ah sí? A mí me parece que ya estás loquita por mí. -¡Loquitas tus neuronas! Tú eres el que sueña con el cliché. Bien que te mueres de ganas de que me enamore de ti. -Si quisi...