¿Celos?

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Me acerqué silenciosamente aprovechando que estaba de espaldas conversando con unas amigas. Cuando la cogí de los hombros dio un salto.

-¡Castiel! -exclamó emocionada al verme y parecía que en cualquier momento se me tiraría encima para ahorcarme o abrazarme.

-Hola, Barbie -sonreí.

-¡Hace bastante que no venías! -me reprendió.

-¿Cómo que no? -reí -vine a la clase del lunes. Y hoy es miércoles.

-Es que yo falté el lunes -sonrió -¿te sientas conmigo?

-Creí que me odiabas -le guiñé un ojo.

-Eres irritante, querido, pero ¿no has oído ese dicho que dice que al enemigo hay que tenerlo cerca?

-¿Soy tu enemigo? -me burlé.

-Peor que eso -me dedicó una sonrisa a la vez que se bajaba de la mesa en la que estaba sentada para pasarse a la silla.

-Es bueno saberlo. ¿Hiciste la tarea?

-Ni creas que te la voy a pasar -aseguró con firmeza.

-Aunque te suene irreal, sí la hice -me senté a su lado.

En ese momento la profesora entró y empezó a acomodar sus cosas. Poco después tomó la lista e inició con la clase pidiendo los deberes. Cuando le entregué la mía, me sonrió satisfecha, lanzándome una mirada con la que me felicitaba, como diciéndome que estaba agradeciendo correctamente el que haya formado parte del grupo que había hablado con el director.

-En serio la hiciste -me miró asombrada mi amiga.

-Te dije -me encogí de hombros.

-¿Te golpeaste muy duro?

-Muy chistosa, Barbie. No sé si escuchaste por ahí que casi me expulsan.

Hablábamos entre susurros, revisando de cuando en cuando que la profesora no nos viera.

-Claro que lo escuché. Te oí en el amplificador. ¿Te volviste loco? -me lanzó una mirada.

-No me arrepiento -contuve una sonrisa.

-¿De verdad estás con novia? Eso es lo que más me asombra.

-Es en serio.

-¿Tú?

-Ajá.

-Con novia.

-Eso mismo -asentí fingiendo que leía un párrafo del libro que tenía delante de mí.

-En algo serio.

-Sí.

-En una relación estable.

-Sí -repetí.

-Pues que me maten si entiendo. ¿El mundo se puso de cabeza?

Iba a contestar cuando sentí cómo la mirada de la profesora recorría todo el salón.

-Qué poca confianza me tienes, Barbie -susurré unos minutos más tarde.

-La misma que tú me tienes a mí, lindo.

Intercambiamos una sonrisa burlona antes de concentrarnos, ahora sí, en nuestros ejercicios. Cuando acabó la clase salimos hablando. La chica no paraba de preguntar por Valerie y detalles realmente desconcertantes o que no eran de su incumbencia. A decir verdad, ya estaba pasando demasiado tiempo con la misma persona. De pronto sentí una mirada clavada en mí y me giré en busca de ella. Al hacerlo mis ojos se encontraron con los de Valerie que estaba casi al otro lado del pasillo. El angelito frunció graciosamente el ceño y me dio una extraña sonrisa ladeando ligeramente la cabeza. Intenté descifrar sus emociones. Triste no estaba, pero tampoco parecía contenta. ¿Qué demonios? Le pregunté con la mirada y su gesto de respuesta fue señalar sus oídos como diciéndome que escuche y luego a mi amiga. Sorprendido entendí que había ignorado la mitad del discurso de esta última por estar mirando a Valerie quien soltó una risita y poniendo los ojos en blanco se despidió con un gesto.

The Real Bad Boy (PUBLICADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora