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-Wylan...

Asael dio varios pasos y se detuvo con los brazos formando un escudo, totalmente sorprendido.

Pensé que tardarían varios días en deliberar, pero aparentemente Xander no logró convencer al Consejo.

-¿Qué decía el mensaje? -preguntó Asael, jadeando.

-Una propuesta rechazada -dijo Archer.

-¿Qué clase de propuesta? -preguntó Ramsey.

Me sentí atrapado.

No esperaba que esto sucediera con ellos presentes, se suponía que Xander me enviaría el mensaje estando solo, pero él no sabía que estaba entrenando, así que no lo culpaba por lo que había hecho.

De cualquier forma, lo había estropeado.

Nadie tenía que enterarse de esto.

Era un secreto que solo algunos de los miembros del Consejo sabían y que Xander me había obligado a no contarle ni a mi propia sombra. ¿Qué pensaría de mí ahora? ¿Qué soy un chismoso?

Me tragué el orgullo y fingí que no era nada importante.

Asael olvidó la compostura de ataque y me extendió la mano, la tomé y me impulsé para poder ponerme en pie.

-Nada sin importancia -respondí, luego de soltar aire atrapado en mis pulmones.

-Wylan, ¿qué pretendes hacer?

Asael permanecía inquieto, lo podía percibir en sus palabras y en sus gestos.

-Wylan...

-Nada malo. Lo prometo -le dije.

Tanto Ramsey, como Asael y Archer no parecían convencidos.

Mi respiración tomó impulso y aceleró mi corazón.

-Tu padre, quieres ir tras él, ¿cierto? -afirmó Ramsey.

Asentí con la cabeza, apenado.

Él se acercó a mí y colocó una mano en mi hombro, en sal de compresión.

-Deberías hacerlo, Wylan. Ya ha causado mucho sufrimiento y las muertes se están descontrolando. Si te sirve de consuelo, tienes mi apoyo.

-Y el mío -señaló Archer, inclinando la cabeza.

-Y también el mío -dijo Asael, con el rostro serio.

Alcé la vista y me pregunté si los tres estaban bien de sus cabezas.

-¿Por qué harían algo así? Yo no les debo nada.

Archer soltó un gruñido.

-Tal vez tú no, pero él sí. Me quitó a mi familia, mató a mis padres y tuve que ver morir a mis hermanos por esa tonta enfermedad. ¿Sabes cuánto lo odio?

-No más que yo, me parece -dijo Asael, quien también había perdido a toda su familia a causa del virus.

-Si tienes pensado ir tras tu padre, no dudes en hacerlo, Wylan -repuso Ramsey sin alterar su expresión.

-Además, no necesitas la aprobación del Consejo. Nos tienes a nosotros -dijo Asael, encogiendo los hombros.

-¿Cómo vamos a escapar?

-Eso déjamelo a mí, Wylan -insistió Archer-. Crearé una distracción, mientras ustedes preparan los suministros y abren el portal.

-¿Quieren que lo hagamos ahora mismo? -pregunté, asustado.

-¿Tienes otras cosas más interesantes que hacer? -contestó Archer con toda la ironía que tenía disponible.

-Bueno, no pensé que les interesara tanto cometer suicido conmigo -les dije a los tres.

El ritmo de la tormenta | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora