¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Kairi-shi, ¡Vamos! -mis dos amigas me arrastraron al restaurante de pollo frito. ¿Pero qué les pasa?
Durante el tiempo en que las dos estuvieron parloteando, me desconecté completamente de su conversación, estando metida en mi memoria y en el sentimiento de curiosidad que me invadía sobre aquel chico que vi llorando en un gigantesco jardín de bodas hace un mes mas o menos. Sí, no lo he superado, la intriga es terrible.
Unos chasquidos frente a mis ojos me hicieron reaccionar, sacándome de mis pensamientos. ¿A qué horas llegamos al restaurante? Y... ¿Por qué hay tanta gente haciendo fila? Más que todo mujeres.
Confundida, volteo a ver al par de mujeres que tengo como amigas, quienes no paran de cuchichear en bajo; pregunto la razón del porqué tanta gente y, sobre todo, si no podemos ir a otro lado.
Ellas, escandalizadas, me responden: -¡¿Acaso no sabes?! -confundida más que nunca, niego. Las dos, suspiran cansadas y a la misma vez, indignadas.
-Aparte de vender pollos fritos, hay un chico super guapo que trabaja aquí -chilla Liem, señalando el letrero del local. Las miro cansadas.
-O sea que venimos acá para que ustedes vieran a un chico -bufo, curzando mis brazos y rodar mis ojos.
-Bueno, es verdad, pero venden pollo muy delicioso y crugiente. ¡Eso dicen en instagram! -alzo una ceja, cuestionandolas. Selih continúa mientras que la otra salta en el lugar para ver cuánto falta para entrar-. El chico que trabaja aquí, es el que salió en las noticias; ¡el que atrapó a un ladrón buscado por toda Corea!
La miro curiosa, Liem se une, continuando con la noticia que no tenía ni pisca de idea- Según en la entrevista que le hicieron, contó que lo hizo porque lo vio robar en una tienda donde pasaba. ¡Lo persiguió cual gato a un ratón! Dice también que logró ponerlo inconsiente gracias a los entrenamientos de taekwondo que una vez alguien le enseñó. Ah... es tan atractivo e impresionante. Y de paso, ¡no sabía que era un ladrón buscado por todo el país! Se sintió tan incómodo que muchas cámaras lo filmaran -hizo un puchero. Subí mis cejas, impresionada por tal noticia. Es todo un héroe.
Después de casi una hora de espera, pudimos entrar. Agarramos una mesa para tres. Cuando ya tuvimos todo decidido, alguien se posa frente a nosotras, con una libreta para anotar el pedido.
Al alzar la mirada, mis ojos se abrieron impresionados al ver el rostro del chico. Volviendo la imagen de su hermoso y tierno rostro a mi memoria; él... él es el que lloraba en aquel jardín. Anotó los pedidos de mis amigas, y, como faltaba yo, volteó su rostro hacia mí.
Quedé estática, sin siquiera saber pronunciar palabras. El chico simplemente me veía casi impaciente. Al parecer no me recuerda. Agacho la mirada y pido una caja de pollo frito y una cerveza. Anota al instante.
-¡Jeongin, ven un momento! -alguien grita. El chico voltea su rostro a la dirección procedente de donde lo llamaron, para luego gritar:
-¡Voy! -giró de nuevo su rostro hacia nuestra mesa- En seguida les traigo el pedido -después de ello, desapareció de mi vista. Yo, en cambio, sentía mi cara sonrojada. Siempre fue así de... ¿guapo? No obstante, me sentí un poco desilucionada al ver que no se acordó de mi persona, ¡si fui yo la que te tendió un pañuelo cuando estabas llorando a moco tendido!
