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De camino a mi salón de clase me preparaba mentalmente y hacía mil y un estrategias para ver las notas escritas en mis muslos y en las letras pequeñas en la etiqueta de la botella de agua que imprimí; para no ser pillada en el examen que estoy a punto de presentar.
El profesor aún no se ha presentado y mientras, estoy yo con mis manos en mi regazo, rogando a aprenderme todo lo posible. A parte de ello, también rajé una goma de borrar por la mitad y puse un papel lleno de formulas allí, no sé cómo cupieron en el pedazo pequeño de papel, pero de que cupieron, cupieron, y sé identificarlas.
Tomé un poco de agua de la botella y dejé que el líquido bajara lentamente por mi garganta. Suspiré y me tragué los nervios al ver al profesor entrar.
—Buen día, estudiantes.
Saludamos al unísono a la par que nos poníamos de pie, una forma de saludo y respeto hacia los docentes. Nos volvimos a sentar.
» Como ya saben. El día de hoy se llevará a cabo el examen final de este semestre. Todo intento de plagio, o trampa, el examen queda completamente anulado y no habrá segunda oportunidad. —su voz hacía eco en el silencio de nosotros. Tragué saliva en seco.
Cuando estaba a punto de repartir las hojas, él habla.
—Señor profesor. ¿Se puede tener bebidas sobre el escritorio mientras hacemos el examen?
«Maldito seas» gruñí en mi interior cuando el maestro entendió.
—Guarden sus botellas. —ordenó el mayor de todos nosotros. Volteé a ver a mi derecha, encontrándome con la sonrisa burlona y victoriosa de Kim Seungmin. El más inteligente y aplicado de la clase; cuando es un jodido egocéntrico.
Lo vi con una mirada tajante y él solo puso su mirada al frente. — Y creo yo profe, que sería mejor que revises los brazos o piernas de los estudiantes, pueden que tengan notas ahí escritas.
Un silencio incómodo inundó la sala. El maestro estuvo de acuerdo con él. Claro, cuándo no, ¡si es el favorito de todos los profesores! El hombre fue por cada puesto y, en eso, dos chicas y un chico fueron pillados por tener escrito algo en sus antebrazos que un buzo los cubría.
Los nervios entraron en mí cuando se estaba acercando. Pero los oculté, no podía demostrar nervios, porque caería de una. Ya tenía mi buzo quitado, mostrando mis brazos limpios. El maestro miró mi falda, alzó una de sus cejas. Suspiré y subí un poco la tela, mostrando limpio. Claro, ya sabía lo que había escrito estaba más arriba y de igual, el hombre no podía ver más de lo que yo mostraba, porque si lo hacía, sería acusado por perversión. El profesor asintió y se alejó para ir a revisar a los demás. Giré mi rostro a Seungmin, en donde subí mis cejas y sonreí en forma victoriosa.
Ya revisado todos, comenzamos con el examen que se debía de haber presentado hace 20 minutos. Pero gracias al chico perfecto de la clase, nos demoramos por el maestro revisando.
Debo admitir que me sentí bien cuando pude ver algunas respuestas en mi muslo sin ser pillada por el maestro o por un compañero y claro, mis ojos estaban al tanto en Seungmin, quien si me pilla el sapo ese; le hace saber, sin dudas, al profesor.
Agarré la goma de borrar y borré algunos cuando errores que a la par, miraba las formulas que tenía que usar para esta ecuación. Así lo hice por tres veces, esto ya era el último punto del examen. Pero, al dejar el borrador a un lado y comenzar a escribir, una presencia se hizo presente a mi lado. Alcé mi mirada y lo primero que vi fue a Seungmin agarrar mi borrador.
Mierda, mierda y más mierda.
La sangre se escapó de mi cuerpo, estando pálida.
—Dámelo —demandé. El chico sonrió y me miró burlón.
—Haciendo trampa. ¿Eh? —antes de quitarselo, él llama al maestro. De nuevo intenté con voz intimidante a que me lo diera, pero hizo caso omiso. —He visto que esta compañera tiene ésto. —le dio mi goma con las formulas escritas en la mitad.
El maestro la agarró y revisó. Intercaló miradas con mi hoja y el borrador. «estoy jodida»
—Buena suerte— susurró Seungmin antes de entregar su examen ya hecho al hombre frente a mí con mi goma en mano e irse del aula.
—Sabes qué es lo que significa esto, señorita Kang.
—Yo...
—El examen te queda anulado.
Abrí mis ojos en shock.
—Profesor, puede por lo menos, no calificar estos puntos, no hice trampa en los demás —rogué mintiendo.
—Sería injusto no cancelar su examen cuando lo hice con las demás por el mismo motivo. Queda anulado y punto, señorita Kang.
—Pero...
—Fuera— me cortó. Que bien, tremendo show frente a los demás compañeros. Gracias, idiota.
Enojada guardé mis cosas y salí del aula. Seungmin se encontraba recostado a un lado de la puerta, con una sonrisa que me fastidia en su estúpido rostro.
—Sacarás un 10.
—Gracias, imbécil.
—De nada. Es un placer servirte, señorita.
Lo fulminé.
—Maldito...— me callé por el repentino tacto en mi pierna. Puesto que el joven frente a mí, ahora mucho más cerca; tenía su mano derecha en el borde de mi falda, tocando mi muslo, en donde poco a poco fue subiendo su mano. Mi respiración se entrecortó ¿por qué me puse nerviosa? Y... ¿por qué me calienta? Sus ojos no dejaban de mirar los míos.
¿Por qué no puedo reprocharle o siquiera, por qué no puedo golpearlo? Tragué saliva cuando se acercó, acelerando mi corazón a la par.
—Hiciste trampa desde un principio, ¿eh? Tu examen ya estaría anulado si en vez del profesor ser hombre, fuera mujer. Que lástima— dijo mientras se apartaba y dejaba su mano lejos de mi cuerpo —. Pero que bueno es ver tu impotencia al tener todo casi hecho, pensando que ganarías la victoria injustamente, el karma es un asco, ¿no? Hyemin. Para la próxima estudia. No te hará mal, al contrario, te ayudará porque la verdad es que te hace muchísima falta.