Copas

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Copas:
Seo Changbin

Ir a una fiesta con este chico que me gusta y al cual, supongo yo, no sabe de mis sentimiento; es genial

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Ir a una fiesta con este chico que me gusta y al cual, supongo yo, no sabe de mis sentimiento; es genial. Sabe cómo aumentar la diversión. Seo Changbin es considerado uno de mis buenos amigos, gracias a los otros dos chicos que hacen parte de mi circulo de amistad cercana. Conocí a Changbin por una fiesta que Felix me había invitado, cosa que acepté.

Aquél rubio, Australiano, me presentó a otros de sus amigos, en donde estaba metido Changbin. Y otro llamado Chan, quien también era del mismo país de origen.

Desde ese día, puedo decir, que sentí una buena conexión con el pelinegro bajito. En ese entonces, estaba más delgado y su cara más alargada. Pero con el pasar del tiempo, se fue formando como un verdadero hombre adulto. La grasa muscular se fue formando en su cuerpo, en donde tiene bien marcado sus brazos y todo su tronco. Su cara se volvió gordita, cosa que me parece muy tierna y bonito. A parte de eso, él es bastante seguro de sí mismo.

Muchas chicas las he logrado decir que no es su tipo y que es muy feo y gordo. Cosa que NO lo es. Varias dicen, me gusta su cuerpo, pero su rostro... cosas así. Pero a pesar de eso, Changbin se considera una persona guapa y hermosa, un visual; y, para mí, no hay ninguna falla.

En estos momentos estoy vestida con un corto vestido de verano, de pequeñas hojas de palmera por toda la tela. El calor ha llegado a su momento. El maquillaje que tengo es suave, para nada extravagante; una pequeña colega en la mitad de mi cabello, agarrando algunos mechones y dejando el resto suelto. Acomodé mi flequillo en el espejo y me pasé otra capa de labial rosado brillante por mis delgados labios; el delineado en mis ojos hacía ver que éstos estuvieran un poco más rasgados de lo que son. Revisé por última vez mi reflejo: todo perfecto.

Con mis sandalias de plataforma, salí a la puerta de mi casa. En donde Felix vendría por mí. Un auto azul oscuro se estacionó frente a mí y sonreí al verle.

-¡hola! -saludé a mi mejor amigo con un pequeño abrazo.

-¿lista para esta noche?

-eso está claro, Lix.

El rubio sonrió y echó a marchar el motor. Suspiré al imaginar lo increíble que sería esta fiesta.

-¿vas en plan conquista esta vez?- la pregunta de mi amigo me tomó desprevenida.

-no...

-habla con él esta noche, Sin. Puede que...

-imposible, Felix. Nunca seré capaz de decirle lo que siento. Tal vez tendré que estar borracha para que mi lengua se suelte y hable, para que así la humillación al rechazo no sea tan dolorosa.

-detesto cuando eres así de pesimista.

-no soy...

-sí lo eres. Sin, si tan solo te esforzaras en pensar en lo positivo en esta situación, tal vez serías capaz de decirle. Sé que tener miedo al rechazo es normal, lo digo por experiencia. Pero si no le dices, cómo vas a saber si te dice que no o sí. Si te rechaza, por lo menos le dijiste lo que sentías, así un peso se libera de ti. Pero si no lo haces, te puedes frustrar e incluso, arrepentir.

-y si le digo, también podría arrepentirme, quién sabe. -escuché el suspiro pesado del conductor. Así que dejé salir una risilla y le pedí perdón.

Felix parqueó el auto y nos adentramos al lugar. Como estamos al aire libre, un pequeño frío pasó, golpeando la desnudez de mis brazos y piernas. Fuera traído una chaqueta por lo menos.

Nos sentamos en una mesa donde se encontraba el resto de los chicos que pasaríamos la noche. Les, novia de Bang Chan, era la que charlaba más conmigo hasta que fue invitada a bailar por su mismo novio. Así fue como me quedé a solas con Changbin, puesto que los demás se dispersaron por todo el lugar.

-¿no tienes frío?- el chico me preguntó. Con una sonrisa en mi cara respondí:

-no mucho.

Comenzamos a conversar sobre temas triviales hasta que una idea se me pasó por la mente.

-¿jugamos a algo? -el pelinegro frunció su ceño, no habló y me dejó continuar - se me ha venido a la mente un juego. Es así: jugamos a piedra, papel o tigera y, el que pierda tiene que responder una pregunta que el ganador le diga. ¿Vale? Y también tiene que tomar una copa, claro, por perder.

El chico guapo frente a mí dejó salir una risilla. Pero de igual, asintió, queriendo jugar conmigo.

Canté la canción antes de hacer la seña de piedra en mi mano. Pero al hacerlo, Changbin sacó papel.

-bien. Empecemos.... ¿comida preferida?

-carne con champiñones -respondí para luego llevar una copa pequeña a mis labios y beber de ésta.

Volvimos a sacudir las manos para sacar lo que queríamos; volvió a ganar Changbin.

-¿te gusta bailar?

-sí, y mucho

Ahora gané yo

-qué prefieres. ¿Dulce o salado?

-dulce- respondió para luego tomar de su bebida.

Duramos preguntándonos cosas normales hasta que su pregunta me tomó por sorpresa.

-¿te gusta algún chico?

Tragué saliva, nerviosa. Quise negar pero... no pude- sí.

-¿quién es?

-ey, es solo una pregunta- reproché después de beber. El otro rodó sus ojos y ahora, el que pregunta soy yo.

-¿qué harías primero cuando tuvieras una cita?

Él lo pensó, mirándome- la llevaría a algún lugar para que se divierta. -sonreí.

Él ganó

-¿quién es el chico que te gusta? Quiero nombre

Lo miré divertida. ¿Por qué tanta curiosidad? -no puedo decirlo - tomé de mi copa. Cuando dejé el cristal en la mesa, la intensa mirada de Changbin no se quitaba de encima. - ¿qué? -pregunté.

-dije que quería nombre

-¿por qué la curiosidad, Changbin? Ya te dije, no puedo decirlo...

-o mejor dicho, no quieres decirlo.

-eso

-¿es alguien cercano a ti?

-aún no has ganado la ronda para hacerme esta pregunta

-eso no importa ahora. Solo responde. ¿Es alguien cercano a ti?- volvió a repetir.Asentí con mi cabeza. Escuché como el suspiró -¿lo conozco? -lo miré. Él esperaba mi respuesta con paciencia. Asentí de nuevo; su ceño se frunció.

-creo... creo que ya es hora de irme a casa -hablé con un manojo de nervios. Sentía el alcohol en mi cabeza. Necesito a Felix ahora, pero el rubio pecoso no está ni lo encuentro.

-te llevo -Changbin habló mientras ponía su chaqueta en mis hombros al llegar a mi lado- Felix me dijo que te llevara a casa, me dejó a cargo. -aclaró. Maldito seas Felix.

Sin más, me dejé que me llevara. Mi cabeza daba vueltas, dios, esa bebida es dulce pero emborracha y más de tantas copas que tomé.

Un largo silencio estaba en medio de nosotros. Yo ahora estaba en la espalda del hombre acuerpado gracias a una mala jugada de mis plataformas, que casi caigo de cara al suelo si no fuera por los brazos de Changbin quien evitó mi caída.

Cerré mis ojos e inhalé el delicioso olor de perfume masculino que este joven se echa. Amo esa colonia. El auto de él estaba a una cuadra del bar, puesto que no había lugar en el parking cuando él llegó.

Si supieras Changbin, que el chico que me gusta eres tú.

Hablé en mi mente, o eso fue lo que creí.

escens :: skzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora