Una confesión

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Una confesión:
Han Jisung

Han Jisung, un viejo amigo que conocí en la primaria cuando compartimos dos años juntos como compañeros de clase

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Han Jisung, un viejo amigo que conocí en la primaria cuando compartimos dos años juntos como compañeros de clase. Iba conmigo a mi lado directamente a la zapatería el cual yo trabajo. Quiso voluntariamente acompañarme.

Al llegar, me dejó a la puerta del local y se despidió de mí con una sonrisa, revolviendo mi cabello bien peinado.

-¡yah, Han Jisung!- reproché con fastidio, fulminandolo mientras volvía a amarrar mi cabello. El contrario guiñó su ojo, divertido; y salió de ahí.

Mi jornada terminó y prendí camino a mi casa, sola. Cuando estuve a punto de llegar; sin esperarlo, el chico apareció como fantasma y me arrastró hasta la torre Namsan.

-¿por qué me trajiste hasta aquí?- pregunté curiosa, mirando la ciudad iluminada.

-¿no te gusta?

-claro que sí. Es solo que tú me llevas a un lugar para algo- lo miré, apoyando mi espalda en la baranda.

El castaño suspiró y miró al frente, dejando ver su perfil. No aparté mi mirada en él hasta que hablara.

-sé que soy guapo, pero si me sigues viendo de esa manera, me vas a degastar- habló divertido, cortando el silencio que anteriormente se había formado.

Puse mis ojos en blanco. Giré mi cuerpo, esta vez, apoyando los brazos en el metal. Inhalé el aire, aguantando por un rato la respiración y luego dejar salir por mi nariz.

El viento pasaba suavemente, haciendo mover mi cabello hacia los lados y las hojas de los árboles moverse igual. Apoyé mi cara en mi mano izquierda.

-¿no dirás nada? -Han preguntó ante el silencio

-¿qué tengo que decir? -respondí con una pregunta. El chico rodó sus ojos y se encogió de hombros

-no lo sé, lo que sea. Algo así como: eres un orgulloso, un engreído, vanidoso. No sé

-¿para qué los digo si ya lo sabes?- lo miré de reojo. Jisung apretó sus labios en una línea. Volvió en silencio

-¿hay alguien que te guste?- preguntó de repente, tomándome desprevenida. Fruncí mi ceño, recordando en mi mente si había alguien que hiciera acelerar mi corazón por gusto; pero no.

Negué con mi cabeza. No le devolví la pregunta porque sé que él quiere que la haga, y yo, no le daré el gusto.

Sentí la fuerte mirada de Jisung en mí. Volteé los ojos y lo miré, de nuevo- ¿y ahora qué?

-¿no me vas a preguntar si me gusta alguien?- preguntó, cruzándose de brazos

-di nada más, Jisung. No necesito preguntarte -dejó un suspiro sin apartar la mirada de mí.

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