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Para desahogar un poco el estrés de casa, me escapé para ir a un antro y tomar hasta perder el conocimiento. Esa era mi idea.
Agarré mi cartera con dinero y un bolso pequeño donde cupiera. Salí directamente por la puerta cuando mi padre estaba en el cuarto de baño.
No agarré llaves porque sabía que podría volver a entrar por mi ventana que la dejé desajustada.
Con pasos largos, caminé hasta la discoteca más popular de la ciudad. Porque vendía de los mejores licores y cerveza como su espacio era gigantesco y con buena música.
Ya arribado, mostré mi identidad al guardia donde sin pensarlo, me dio paso.
La fuerte música casi revienta mis tímpanos y las luces no dejaban de cambiar.
No suelo venir a estos lugares, no me gustan; pero este caso, hice caso omiso a mis disgustos y preferí copiar lo que hacen los de mi edad.
Empecé a bailar a pesar de que me sentía bastante tiesa, luego fui a por una copa, luego otra, baile, baile, baño, copas y así sucesivamente.
Una vez que ya me sentía bastante mareada, paré. No pude seguir, mi cuerpo se negaba a sorber una sola gota más de alcohol.
Fue por ello que, mareada hasta no poder, llegué al baño. Me encerré en un cubículo y lo llamé. A él.
No duró mucho cuando su dulce voz se escuchó tras la línea. Hice silencio, admirando su timbre vocal hasta que él vuelve a hablar.
-Estooooy ma... mareaaada. Je je je. Vaya
-¿Estás borracha? ¡Sajin!
-Nop, no lo essstoooy. Es mareada mas no borrrasha. Son cosas disstinntas.
-Pues por tu voz, se te nota que estás borracha. ¿Dónde estás?
-En el baño. Jajaj uy. Tengo ganas de vop.. mitar. Oh oh.
-Sajin...
-No recuerdo el nombre dea disco. Je je
-La ubicación, mándala.
-Uhmmm -miré la pantalla de mi móvil a pesar de que sentía que este mismo obtenía vida propia -Espeeera -en su contacto, envíe la ubicación en tiempo real -Listop.
-No te vayas a mover de ahí, ¿entendido?
-Ujuuuunm -colgué porque las ganas de vomitar me ganaron. Voté todo lo que bebí.
Que gastadera de plata para nada.
Maldije, levantándome como pude. Abrí la puerta y caminé a trompicones al lavabo, donde me enjuagué la boca con agua y un poco de pasta dental que siempre llevo en todos mis bolsos. Es un tic que siempre he tenido.
