Me desperté con una sensación extraña en el estómago. No sabía exactamente por qué, pero algo me decía que algo no estaba bien. Miré mi teléfono y vi que tenía varios mensajes sin leer. Al principio, pensé que eran mensajes de mis amigos, pero al abrirlos, me di cuenta de que eran amenazas. Decían cosas como "deberías tener cuidado" y "te estamos vigilando".
En la universidad, todo parecía normal al principio, pero empecé a sentir que todos me miraban raro. Incluso algunos de mis compañeros se alejaron cuando intenté hablar con ellos. No entendía qué estaba pasando. ¿Por qué todo el mundo me estaba evitando?
Las cosas empeoraron cuando llegué a casa. Mientras revisaba mis redes sociales, vi que había mensajes similares a los que había recibido en mi teléfono. Me sentía cada vez más aislado y asustado. ¿Quiénes eran estas personas que me estaban enviando estos mensajes amenazadores? ¿Qué querían de mí?
Traté de ignorar los mensajes y seguir con mi vida, pero no podía evitar sentirme paranoico. Cada vez que veía a alguien mirándome, pensaba que era uno de mis acosadores. Empecé a saltar al menor ruido y revisé todas las cerraduras varias veces antes de irme a dormir.
Finalmente, no pude soportarlo más y decidí hablar con la directora de la universidad. Ella me escuchó atentamente y me aseguró que haría todo lo posible para ayudarme a resolver la situación. Aunque todavía estaba preocupado, me sentí un poco más tranquilo al saber que alguien estaba de mi lado.
Recibí otro mensaje en mi teléfono y lo leí con temor. Era una amenaza más, como las que he venido recibiendo desde hace unos días. "Te vamos a enseñar lo que le pasa a los maricones como tú". Sentí un nudo en mi estómago y me pregunté por qué me estaba pasando esto a mí. ¿Por qué tenía que ser gay en esta escuela católica tan homofóbica?
No podía soportarlo más, así que decidí hablar con la directora. Sabía que ella no iba a estar de acuerdo con mi orientación sexual, pero tenía que intentarlo. Fui a su oficina y le expliqué todo lo que había estado sucediendo. Ella me escuchó en silencio y luego frunció el ceño.
-Lyam, esto es muy preocupante. No podemos tolerar la violencia ni las amenazas en nuestra escuela, pero también debes entender que tu estilo de vida va en contra de los valores de nuestra institución-.
Me sentí frustrado. ¿Cómo podía hablar de valores cuando estaba siendo atacado de esta manera? Le respondí, tratando de mantener la calma.
-¿Y qué de los valores de amor, tolerancia y compasión? ¿Dónde quedan esos?-
La directora me miró con desaprobación.
-Lyam, no puedes esperar que la iglesia apoye tu estilo de vida. No es lo que enseñamos aquí-.Sus palabras me dolieron, pero no iba a dejar que me intimidara. Le dije lo que pensaba. -No se trata de apoyar mi estilo de vida, se trata de respeto y de no ser agredido por ser quien soy. Si no pueden garantizar eso, no sé cómo podré seguir aquí".La directora pareció pensativa por un momento.
-Muy bien, Lyam. Entiendo tu postura. Trataré de hablar con los padres de los estudiantes y veremos qué podemos hacer para garantizar tu seguridad en la escuela. Pero también espero que entiendas que esto no cambiará nuestros valores ni la enseñanza de la iglesia-.
Salí de la oficina de la directora con la cabeza en un torbellino de pensamientos. A pesar de que ella había prometido ayudarme, sabía que estaba lidiando con una institución católica profundamente homofóbica. No me hacía ilusiones sobre la posibilidad de que me protegieran.
Justo cuando salía por la puerta principal, vi a Vanessa parada en el pasillo. Me alegré de verla, así que me acerqué a saludarla. Pero cuando abrí la boca para hablar, las palabras no salieron. En su lugar, me puse a llorar. Vanessa me envolvió en un abrazo reconfortante.
Cuando finalmente me calmé, le conté todo sobre los mensajes que había estado recibiendo y cómo me había sentido tan aislado y asustado. Vanessa escuchó con atención y me aseguró que ella siempre estaría allí para apoyarme.
-No tienes que enfrentar esto solo, Lyam-, dijo. -No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado-.
Me sentí un poco mejor después de hablar con Vanessa, pero todavía tenía miedo. Sabía que esto era solo el comienzo de una lucha larga y difícil por mi derecho a ser yo mismo en esta universidad homofóbica. Pero al menos tenía a alguien a mi lado, y eso significaba más de lo que podía expresar con palabras.
Justo cuando Vanessa y yo estábamos hablando afuera de la oficina de la directora, Nicole y Sofía aparecieron repentinamente. Me sorprendió verlas ahí, pero no parecieron sorprendidas al verme con Vanessa.
-¿Lyam, te está gustando todo este drama que estamos armando?- preguntó Nicole con una sonrisa burlona en su rostro.
-¿De qué están hablando?- preguntó Vanessa, confundida.
Nicole y Sofía intercambiaron una mirada y luego Nicole respondió: -Oh, Lyam no te ha contado. Él nos mintió a todas y ahora está tratando de vengarse de nosotras inventando un rumor sobre su sexualidad-.
-¿Qué? Eso no es cierto-, respondí rápidamente. -Ustedes empezaron el rumor sobre mí en primer lugar-.
-Porque tú nos usaste para ocultar tu verdadera sexualidad-, dijo Nicole, elevando la voz. -Así que no te hagas la víctima ahora. Además, en esta escuela no hay lugar para gente como tú-.
Me sentí furioso al escuchar esas palabras, pero Vanessa me tomó del brazo y me susurró al oído: -No les hagas caso, ellos no saben lo que dicen-.
Sus palabras me tranquilizaron un poco, pero todavía estaba molesto. ¿Cómo podían ser tan cerradas de mente y crueles? Me prometí a mí mismo que no dejaría que me hicieran sentir mal por ser quien soy.
Llegué a casa después de un largo día en la escuela, apenas podía mantener los ojos abiertos. Tan pronto como entré por la puerta, mi madre me saludó.
"Lyam, ¿Cómo te fue en la escuela hoy?" preguntó ella.
"No muy bien", dije mientras subía las escaleras.
"¿Qué pasó?" preguntó mi padre, siguiéndome.
"Nada, solo estoy cansado", respondí.
Pero eso no era cierto. Había estado recibiendo mensajes amenazantes y difamatorios todo el día, y no podía soportar la tensión. Pero no podía contarles a mis padres sobre mis problemas en la escuela, no podía hacerles saber la verdad sobre mi sexualidad.
"No creo que esté hablando en serio", dijo mi madre a mi padre mientras subía las escaleras.
"¿No crees que deberíamos hablar con él?" preguntó mi padre.
"No, déjalo tranquilo. Solo está cansado", dijo mi madre.
Pero no estaba cansado, estaba triste y abrumado por los rumores y la discriminación que estaba enfrentando en la escuela. Entré en mi habitación y cerré la puerta con fuerza.
"¡Esto es una mierda!" dije mientras me desplomaba en mi cama.
De repente, mi teléfono empezó a sonar. Era un mensaje de Vanessa, preguntándome cómo estaba. Le respondí con sinceridad, diciéndole todo lo que había estado sucediendo. Pero en ese momento, mis padres entraron en mi habitación sin tocar la puerta.
"¿Qué estás haciendo ahí arriba?" preguntó mi padre.
"Estoy hablando con un amigo", dije tratando de controlar mi enojo.
"¿No tienes tarea que hacer?", preguntó mi madre.
"¿No puedes darme un momento de privacidad?" pregunté, tratando de no llorar frente a ellos.
"Lo siento, solo queríamos asegurarnos de que estuvieras bien", dijo mi madre antes de cerrar la puerta.
Estaba frustrado y enojado. ¿Por qué no podía tener un momento de paz y privacidad? Me tiré en mi cama y lloré. No sabía cómo enfrentar el acoso en la escuela, y me sentía más solo que nunca.
La verdad es que estaba luchando con problemas de depresión, ansiedad, estrés y pensamientos de suicidio. Me sentía completamente solo y aislado, y no sabía a quién recurrir para obtener ayuda. Todo el mundo en mi vida parecía estar en contra de mí, y no sabía cómo superarlo.
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El lado oscuro del amor [TERMINADO✅]
Teen Fiction!EL LADO OSCURO DEL AMOR! En una prestigiosa escuela de la élite, dos jóvenes se encuentran en una encrucijada. Lyam, un joven de buena familia, trata de ocultar su secreto más profundo, su homosexualidad, debido a la presión social y a la imagen qu...