Cada vez que estaba cerca de Nicole y William, sentía un extraño cosquilleo en el estómago que me hacía sentir incómodo y confundido. No podía evitar pensar en ellos de una manera diferente a la amistad, y eso me hacía sentir mal.
Decidí alejarme un poco, evitando pasar tiempo con ellos en situaciones que pudieran dar lugar a esos sentimientos. Me centré en mis estudios y en mis hobbies para tratar de distraerme, pero por más que intentaba ignorar lo que estaba sintiendo, seguía ahí, presente en mi mente.
Un día, cuando estaba en mi habitación, recibí un mensaje de Nicole preguntándome si quería salir a dar un paseo con ella y con William. Querían ir a un parque cercano a la universidad y pasar la tarde allí. Sentí un nudo en el estómago al leer su mensaje, y no supe qué responder.
Después de pensarlo un rato, decidí responderle que no podría ir, que tenía mucho trabajo que hacer y que necesitaba centrarme en mis estudios. Sabía que era una excusa un poco pobre, pero no podía decirle la verdad. Me sentía atrapado en mis sentimientos y no sabía cómo salir de ahí.
Pasaron los días y evité encontrarme con ellos en la universidad. Me sentía un poco triste por perder su amistad, pero también sabía que necesitaba alejarme para poder ordenar mis sentimientos. Estaba confundido y no sabía qué hacer.
Una noche, mientras estaba estudiando en mi habitación, recibí una llamada de William. Al principio no quería contestar, pero finalmente decidí hacerlo. Me preguntó por qué me había alejado de ellos y si todo estaba bien. Intenté explicarle que necesitaba concentrarme en mis estudios, pero no pude evitar sentir que estaba ocultando algo.
Después de colgar la llamada, me sentí aún más confundido. Sabía que no podía seguir ocultando mis sentimientos por mucho tiempo, pero tampoco sabía cómo enfrentarlos. Me sentía atrapado en un laberinto sin salida, y no sabía qué hacer para salir de ahí.
Al día siguiente, mientras estábamos en la cafetería, uno de los estudiantes del último año se acercó a nuestra mesa. Era un chico alto y musculoso, y parecía seguro de sí mismo.
--¿Lyam, verdad?-- dijo, dirigiéndose a mí. —Soy Jack. Escuché que eres bueno en baloncesto—.
—Un poco, supongo— respondí, sin saber adónde iba la conversación.
—Tenemos un partido de baloncesto esta tarde y necesitamos un jugador. ¿Te unirías a nosotros?— preguntó Jack.
A pesar de que estaba emocionado por la oportunidad de jugar, también estaba nervioso. No había jugado baloncesto en un equipo organizado en años, y nunca había jugado contra estudiantes de último año. Pero no quería quedar mal frente a mis nuevos amigos, así que acepté el desafío.
El partido fue intenso y competitivo desde el principio. Jack y los demás estudiantes de último año eran habilidosos y rápidos, pero yo también estaba haciendo algunas jugadas decentes. El marcador estaba empatado a pocos minutos del final del juego.
Fue en ese momento que Jack me pasó el balón y me retó a hacer una jugada decisiva. Sabía que si fallaba, perderíamos el juego. Pero también sabía que si lo lograba, ganaríamos.
Tomé una profunda respiración y comencé a driblar hacia el aro. Los demás jugadores se acercaron para bloquearme, pero pude esquivarlos y hacer un tiro que pasó por encima de sus manos y entró en la canasta.
El gimnasio estalló en aplausos y gritos, y mis compañeros de equipo me rodearon en un abrazo de celebración. Sentí una gran emoción y satisfacción por haber contribuido a la victoria de mi equipo. Fue un momento que nunca olvidaré.
Después del partido, Jack y algunos de los otros estudiantes de último año se me acercaron y me felicitaron por mi desempeño.
—Buena jugada, Lyam— dijo Jack. —Eres mejor de lo que pensaba-
Me sentí como si hubiera pasado una prueba y ganado el respeto de mis mayores en el colegio. También me di cuenta de que había ganado un nuevo nivel de confianza en mí mismo y en mis habilidades.
Esa noche, mientras reflexionaba sobre el partido y las nuevas relaciones que había formado en el colegio, me di cuenta de que estaba emocionado por las oportunidades y desafíos que el futuro me depararía. Sabía que había encontrado un hogar en el colegio San Francisco, y estaba listo para enfrentar cualquier cosa que viniera hacia mí.
Recibí una llamada de Nicole esa noche. Me sorprendió ya que normalmente no hablábamos por teléfono.
—¿Hola, Nicole? ¿Qué sucede?— pregunté, tratando de sonar tranquilo.
—Lyam, ¿qué estás haciendo?— preguntó ella en un tono de voz inusualmente agudo.
—Estoy en mi habitación, ¿por qué?-
—Oh, nada. Solo estaba pensando en ti— dijo ella con un tono coqueto.
—¿En serio? ¿Hay algo en particular en lo que estás pensando?— pregunté con curiosidad.
—No, solo quería hablar contigo-dijo ella antes de agregar: —Pero escuché que estás pasando mucho tiempo con William últimamente—.
—¿Cómo lo sabes?— pregunté, sintiendo cómo mi corazón empezaba a acelerarse.
—Oh, solo lo he oído por ahí. Me preocupa que estés pasando demasiado tiempo con alguien como él. No quiero que te metas en problemas— dijo Nicole con un tono de voz preocupado.
—¿Qué quieres decir con alguien como él?— pregunté, molesto por su tono despectivo hacia William.
—Bueno, es solo que... es de una clase social diferente y no quiero que te mezcles con la gente equivocada— dijo ella, tratando de justificarse.
—No te preocupes, Nicole. William es mi amigo y no me meto en problemas por pasar tiempo con él. Además, no creo que tenga nada de malo pasar tiempo con personas de diferentes orígenes— dije, tratando de defender mi amistad con William.
—Está bien, está bien. Solo quería asegurarme de que estuvieras a salvo— dijo ella, cambiando de tema. —Bueno, supongo que me tengo que ir. Hablamos pronto, ¿sí?-
—Claro, hablamos pronto— dije, sintiendo un poco de alivio al colgar el teléfono.
Me di cuenta de que mis sentimientos hacia William y Nicole eran cada vez más complicados y no sabía cómo manejarlos. Me pregunté si debía alejarme de ellos para aclarar mis sentimientos o simplemente seguir adelante y tratar de ignorar mis emociones. Era un dilema difícil y no tenía la respuesta.
Entonces, después de la llamada, me sentí aún más confundido y agobiado por mis sentimientos encontrados hacia William y Nicole. Sabía que no podía seguir así, pero tampoco sabía cómo manejar la situación. Decidí que necesitaba tiempo y espacio para procesar mis emociones y alejarme un poco de ellos para no causar más problemas.
Empecé a evadir a William y a Nicole, a no responder sus llamadas y mensajes de texto, y a hacerme un poco más distante en nuestras interacciones en persona. No quería herir sus sentimientos, pero tampoco quería que supieran lo que estaba pasando dentro de mí.
Pero esta estrategia no funcionó del todo bien. Nicole empezó a notar mi comportamiento y se molestó conmigo. "¿Por qué estás siendo tan distante? ¿Acaso te hice algo malo?", me preguntó en un mensaje de texto.
Me sentí mal por hacerla sentir así, pero tampoco podía decirle la verdad. "No es nada personal, solo necesito un poco de tiempo para mí", le respondí.
William también empezó a notar mi actitud y trató de acercarse a mí para saber si algo andaba mal. Pero yo no quería involucrarlo más en mis problemas emocionales, así que también lo evadí.
Me sentía cada vez más atrapado en mis propios sentimientos y no sabía qué hacer al respecto.
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El lado oscuro del amor [TERMINADO✅]
Teen Fiction!EL LADO OSCURO DEL AMOR! En una prestigiosa escuela de la élite, dos jóvenes se encuentran en una encrucijada. Lyam, un joven de buena familia, trata de ocultar su secreto más profundo, su homosexualidad, debido a la presión social y a la imagen qu...