CAP 34 | ¿EL FINAL?

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A la mañana siguiente, me desperté con los ojos llorosos y un nudo en el estómago. Había pasado toda la noche llorando, sumido en la tristeza y la confusión que me invadían. Mi cuerpo temblaba de agotamiento y hambre, ya que no había cenado nada la noche anterior debido a lo sucedido con William.

Me levanté de la cama con paso lento y desorientado. Miré al espejo y vi los estragos que las lágrimas habían dejado en mi rostro. La tristeza me envolvía como una nube oscura, pero también sentía una mezcla de determinación y miedo en mi interior.

Decidí bajar a la cocina en busca de algo de comida para calmar mi estómago, pero antes de llegar, escuché voces provenientes del estudio de mis padres. Mi curiosidad me llevó a acercarme sigilosamente, deseando saber de qué estaban hablando.

Al asomarme por la puerta entreabierta, escuché la voz de mi madre con un tono enérgico y decidido.

- ¡Debemos mandar a Lyam a un retiro espiritual! - Dijo mi madre

Sus palabras resonaron en mi pecho como un golpe. Sentí una mezcla de incredulidad y dolor al escuchar cómo consideraban forzarme a cambiar algo tan fundamental de mi ser. La sensación de traición y abandono se apoderó de mí.

Mi corazón latía con fuerza mientras escuchaba atentamente la conversación que continuaba en el estudio.

- ¿Un retiro espiritual? ¿Crees que eso ayudará? - Mi padre parecía dudoso 

- Sí, necesitamos hacer algo para que comprenda que esta elección no es aceptable. No podemos permitir que arruine nuestra reputación y nuestra imagen en la sociedad- Dijo mi madre.

El temor se mezcló con mi determinación. No podía permitir que mis padres controlaran mi vida y me obligaran a cambiar algo tan esencial como mi orientación sexual. Sabía que tenía que luchar por mi identidad y por mi amor por William.

Decidí enfrentar a mis padres y expresarles mis sentimientos, a pesar del miedo que sentía en mi interior. Con paso decidido, entré en el estudio donde se encontraban.

- Mamá, papá, necesito hablar con ustedes - Entre mientras concentraba la mirada abajo.

Mi madre me miró con frialdad y desaprobación, y su rostro se endureció al verme.

- No quiero escuchar tus tonterías, Lyam. Eres una vergüenza para nuestra familia y deberías tener más respeto por nosotros -Dijo mi madre haciéndome sentir mal.

Mis palabras quedaron atrapadas en mi garganta mientras mi madre me daba una cachetada, dejando una sensación de ardor en mi mejilla.

- ¡Por favor, déjenme explicarles! Mi orientación sexual no es una elección, es parte de quien soy. No puedo cambiarlo y no quiero hacerlo. Mi amor por William es real y verdadero, y no debería avergonzarlos -Respondía llorando.

- ¡Basta! No quiero escuchar más. Eres un error, una desviación de lo que esperábamos de ti. No puedo aceptar esto en nuestra familia -Me alza la voz mi padre.

Las palabras de mi padre me golpearon con fuerza, pero en lugar de derrumbarme, sentí que mi determinación se fortalecía. Sabía que tenía que seguir luchando por mi identidad y por el amor que sentía.

- Me niego a vivir una mentira y a renunciar a mi felicidad por la expectativa de los demás. Estoy dispuesto a enfrentar las consecuencias de ser yo mismo, incluso si eso significa alejarme de ustedes -Dije decepcionado.

Mi madre me miró con una mezcla de tristeza y enojo, mientras mi padre apretaba los puños en un gesto de frustración.

- Si eso es lo que has decidido, entonces no tienes lugar en esta familia. Vete y no vuelvas - Dijo mi madre enojada y decepcionada.

Con lágrimas en los ojos, asentí con determinación. Sabía que ese era el precio que tendría que pagar por ser fiel a mí mismo y a mi amor por William.

- Lo entiendo. Si eso es lo que desean, entonces seguiré mi propio camino. Pero recuerden que mi amor por ustedes no cambiará, a pesar de todo- Solo respondí.

Mis padres intercambiaron miradas, y un silencio tenso se apoderó de la habitación. Mi madre suspiró con frustración y mi padre miró hacia otro lado, evitando mi mirada.

Finalmente, mi padre rompió el silencio con una voz cargada de desdén, mirando a mi madre con incredulidad. "¿Mujer, que dices? Si el chico no sabe hacer nada, es un niño privilegiado. No entiendo por qué tienes tanta compasión por él."

Mi madre se mantuvo firme, pero sus palabras reflejaron una mezcla de resignación y prejuicio. "Pero tampoco debemos aguantar a un homosexual en nuestra familia. ¿Qué dirán los demás? Nuestra reputación se verá arruinada."

Me quedé callado, incapaz de articular una respuesta. Sus palabras me herían profundamente, pero sabía que discutir en ese momento solo empeoraría las cosas. Me dolió escuchar cómo despreciaban una parte fundamental de mi identidad.

CONTINUARÁ...

El lado oscuro del amor [TERMINADO✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora