Capítulo 1

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La primera vez que me lastimaron fue cuando tenía seis.

Mis padres estaban teniendo una pelea en la cocina y yo estaba escuchando tras la puerta.

—¡Yo no pedí esta vida Robert!—dijo mamá—. Odio esto.

—¿Esto que?¿nuestra vida?—le respondió papa—. Porque yo tampoco es que este muy feliz de estar teniéndola.

—¡Si, nuestra vida, quiero mi vida devuelta!.—le dijo mi madre alzando la voz—. Me paso el día cuidando a esa niña, que ni siquiera quería para empezar, cuidando la casa y tu solo vienes a quejarte de todo lo que hago.

—Pero es lo que te toco asique deja de quejarte —se levanto de la mesa y camino hacia la salida de la cocina—.

—Fue un error haberte dicho que si sobre formar una familia—con voz entre cortada—, fue un error acept..

Papa la interrumpió antes de pudiera terminar de hablar dándose la vuelta y gritándole.

—¡Claro que que fue un error!¡y ella fue el más grande de todos! ¡pero no se puede hacer nada ya!.

Mamá se encogió en su lugar. El nunca le había gritado, yo también me había asustado cuando grito. En ese momento yo no había entendido quien era ella porque era demasiado pequeña para entender, luego crecí y me di cuenta de que ella era yo.

—¿Tu nunca me quisiste, verdad?—dijo ella en tono apenado—¿Por eso preferías irte a el otro lado de la ciudad a estar con otra mujer?¿Y tus supuestos viajes de negocios eran para poder estar con ella, no?.

—¿Que?—respondió el desconcertado—

—Lo se todo pero quiero que tu me digas la verdad.

Papa ya no se veía tan desconcertado en ese momento, supongo que ya sabía que no valía la pena mentir.

—¿Quieres saber la verdad? Bien, vas saberla—se acerco a mi madre y le dijo con desprecio—; Nunca te quise. Solo me quede por ella y si, me iba al otro lado de la ciudad a estar con otra mujer para estar lejos de ti porque no te aguantaba ya y estaba harto de todo esto—abrió los brazos e indicó a su alrededor—. ¡No eres la única que esta cansada de todo esto!—le grito en la cara—.

Mamá en ese momento no hizo nada solo se quedó quieta mirando a la nada, hasta que reacciono; miró a mi padre con odio y luego de mirarlo en silencio hablo.

—Voy destruirte— le dijo enojada—. Nos vamos a divorciar; voy a sacarte todo lo que tienes y no me refiero solo a lo material, no voy dejar que la veas nunca más en tu vida a ella.

—Esta bien—dijo en el mismo tono que ella—. Con tal de estar lejos de ti puedo sobrevivir sin ver a Maia y...

Me sobresalte al escuchar mi nombre, di un paso atrás y tire unos de los tantos adornos que mi madre tenía encima del mueble de la entada.

Papa miró hacia mi dirección, vino caminando hacia mi y yo retrocedí.

—¿Que carajos haces escuchando conversaciones de adultos Maia?—me grito papa—. Ya te había dicho que esas cosas no se hacen, ¿No escuchas cuando te habló?.

—Yo lo siento, papi...—dije al borde de las lágrimas—.

—No importa que lo sientas, ya lo arruinaste como siempre—dijo mi madre tras el—. Ahora junta lo que rompiste y vete a tu habitación.

Papa nunca decía nada cuando mamá me trataba así y si lo hacia, peleaban peor de lo que ya lo hacían. Y yo no quería que pelearan por mi culpa.

Cuando estaba juntando los vidrios me corte en la palma de mi mano. Mi madre negó con la cabeza al mirarme y salió de la cocina para no seguir mirándome. Mi padre en cambio, de mala gana, se quedó a curarme la mano. Me senté en la mesa de la cocina y el fue a buscar el botiquín de primeros auxilios al baño.

—Te va a doler—dijo al llegar frente a mi—.

El me curo y yo no llore para que no se enojara aunque me estaba doliendo.

—Va dejar una cicatriz—hablo sin mirarme—.

En ese momento no entendí porque no me miraba y cuando crecí me di cuenta de que era porque yo le recordaba tanto a mi madre que el empezó a odiarme por parecerme tanto a ella.

》Vete a tu habitación y no vuelvas a escuchar conversaciones de adultos, Maia.

Mee fui a mi habitación y me largue a llorar al entrar.

En ese momento pensé que solo era una pelea de las de siempre pero luego de unos días me di cuenta que no era una simple pelea. Días después todos pensarían que mis padres tuvieron la "charla" conmigo sobre su divorcio pero no fue así. Papa solo se fue de la casa, llevando sus cosas poco a poco  y cuando volvía a casa no cruzaba palabra con mi madre. Y conmigo tampoco.

Papa se fue a vivir al otro lado de la ciudad con su otra mujer y me dejo con mi madre. Hubo veces en las que pensé en irme a vivir con el para salir de ese infierno pero mi madre no me dejaba ir con el, ni siquiera para visitarlo porque ella siempre decía que cumpliría con su palabra, le sacarle todo a mi padre y papa tampoco nunca me quiso con el, asique el no se hizo mucho problema.

Solo las personas que tuvimos que vivir la separación de nuestros padres sabemos lo que duele y no sólo por hecho de que se van a separar, sino por el hecho de que uno termina pensando que es su culpa.

Piensan que si uno se hubiera portado mejor o no hubiera hecho tal cosa ellos seguirían juntos pero no es así, ellos decidieron que su relación se acabó por ellos, no por ti y a veces cuesta entenderlo porque hay una parte dentro de uno que lo sigue creyendo por más que hayan pasado años.

Y no es como te lo pintan en las películas o en los libros; que son dobles regalos, doble cumpleaños y dobles navidades, doble de todo. Y en realidad es una verdadera mierda.

Algunos tienen la suerte de que si sea como en las películas pero otros, como yo, no.

A veces cuando los padres terminan su relación piensan que también se termina la relación que tienen con sus hijos y no es así. Y también hay veces en las que los padres se olvidan de ser lo que tendrían que ser para sus hijo; Padres, buenos padres.

Mi último suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora