Capítulo 2: Mama

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Dia del Funeral 20 de junio 2022:

Veo a mi madre parada frente a mi ataúd y no se le cae ni sola lágrima desde hace un rato largo, solo mira mi cuerpo fijamente sin hacer nada.

No se si le alegra o le entristece que me halla ido, prefiero creer en fondo si le duele para poder esta en paz conmigo misma.

No se si las lagrimas rebeldes que se le escaparon hace un rato significan algo o no. Se que ella me amaba, de alguna forma, supongo pero no entendía porque no lo demostraba.

Con mi madre casi nunca tuve buenos recuerdos y no porque mi mente los halla bloqueado o algo asi, como le suele pasar a algunas personas cuando tienen un trauma muy fuerte , si no que porque ella no fue buena madre conmigo , si lo fue con los mellizos; Owen y Eloise pero conmigo no.

Ella nunca quiso ser madre.

Quedo embarazada a los veinticinco, el mejor momento de su vida según ella; trabajaba de lo que amaba, tenia una buena posición económica, tenia una pareja que ella amaba y que la amaba a ella, y estaban en el mejor momento de su relación, tenía a su familia al lado. Y lo perdió todo por mi según decía ella: Su familia prácticamente la obligo a casarse con mi padre, y ella lo amaba pero nunca quiso casarse, mi padre la convenció de que se casaran y formaran una familia para que su familia no la repudiara. Ella acepto casarse con mi padre aunque no lo quisiera y de todas formas su familia la repudio por el simple hecho de no haber llegado virgen al casamiento. Si, eran unos idiotas mi querido abuelos.

No se la verdad porque decidió tenerme si ella no me quería tener, entiendo que halla tenido mucha presión de parte de sus padres pero todas formas si hacia las cosas bien o no sus padres la repudiarían, podría haber decido no tenerme y haber sido feliz, y tener la vida que ella quería. 

Prefirió tenerme y  arruinar su vida, y la mía. Ella siempre lo hizo ver como si todo fuera mi culpa. Yo no pedí nacer, fue decisión de ellos tenerme no mía. Por un tiempo si me lo creí pero luego entendí que no era mi culpa

Yo no tuve la culpa de que ella haya perdido todo. 

Hubo un tiempo en el que si fue buena madre y me quiso de verdad; me llevaba a todos lados, hacíamos todo juntas, veíamos películas juntas, y demás cosas que se supone que tiene que hacer un madre.

Y ella... me amaba.

No voy a negar que si había veces en las que perdía la paciencia y volvía tratarme mal pero luego si volvía a ser buena conmigo.

Pero cuando se entero de que mi padre la engañaba y tenia una doble vida al otro lado de ciudad. Ella me hecho toda la culpa a mi y me empezó a odiar por algo que yo no había hecho, otra vez.

Y en ese momento empezaron a llegar todos lo recuerdos malos que opacaron todos los buenos que habíamos tenido antes; Empezó a ser mala conmigo, me pegaba, me insultaba y sentí que me odiaba. A veces llegaba a golpearme tanto que hacia que me desmayada.

Como la vez que casi me mato a golpes porque me había olvidado el arroz en la estufa de la cocina y se me quemo.

Estaba en mi cuarto, leyendo uno de mis libros favoritos; Orgulloso y prejuicio, con auriculares cuándo mamá entró sin tocar.

—Me voy con los mellizos a la casa de la madre de John, fíjate el arroz que se quedó cocinándose—me dijo sin siquiera mirarme mientras escribía en su celular—.

—okey—la mire mientras ella escribía en su celular—, ¿Puedes pasar a la farmacia a comprar algo por mi, por favor?

—¿A la farmacia?¿Que quieres pastillas abortivas?—me dijo en modo de burla—, ¿Que hiciste para que alguien quisiera estar contigo?

—No, mamá, necesito pastillas anticonceptivas para precisamente no tener que comprar pastillas abortivas.

—Reitero mi pregunta ¿que hiciste para que alguien quisiera estar contigo?— se rio de mi—.

Tenia que preguntarle al pervertido de su marido eso. Quería las pastillas para no terminar embarazada de violador que ella tenia como esposo.

Mi madre me quitaba todo el buen humor que tenia en cuestión de minutos, era don que tenia ella.

—¿Vas a poder comprarlas o no?— respondí cansada—.

—No me hables en ese tono a mi, Maia, y no, no voy a pasar a comprarte nada porque no soy tu sirvienta. Si tanto te gusta abrir las piernas para cualquiera, usa esas misma piernas para caminar e ir a comprar tus propias pastillas—dijo antes de irse dando un puertazo—.

Odia esa clase de comentarios, me hacían sentir como si fuera una prostituta y no lo era, solo estaba con mi novio de ese momento Seth y solo había sido una vez, pero no las quería para estar con el precisamente, yo no quería un hijo a esa edad y menos de John. Y si lo hiciera con otras personas no tendría nada de malo pero ella siempre creía lo peor de mi.

Si alguna vez hubiera sido madre nunca hubiese sido como ella lo era conmigo.

Luego de un rato me quedé dormida llorando, y desperté porque sentí algo caliente caerme encima.

—¡¿No te dije que te fijaras, inútil?¿No sirves ni para hacer algo tan simple como hacer un arroz?!—me grito enojada—.

No entendía lo que pasaba, hasta que miré hacia abajo y vi que tenía arroz caliente encima encima. Me había olvidado el arroz en la estufa y se había quemado.

—¿No vas a contestar o es que tampoco sirves para hablar?.

—Yo...mamá lo siento... lo olvide—dije todavía desorientada—. Me quede dormida... y...

—¿Lo olvidaste? Te voy enseñar a no olvidarte de las cosas entonces—dijo antes de jalarme del pelo y tirarme al suelo—

Intente levantarme pero me dio una cachetada y volvió a tirarme al suelo.

—Eres una inútil, no sirves para nada—pateo mi estómago—. Fuiste el peor error que pude cometer.

Agarro mi cabello y me dio la cabeza contra el suelo. Luego de eso quede inconsciente y no supe lo que sucedido después.

 Y ese fue uno de los muchos golpes que ocasionaron que me levantará tres días después en un hospital con dos costillas y un brazo fracturado, una muñeca dislocada, unos cuantos moretones y cicatrices, gracias a "un intento de robo" en la puerta de mi casa según mi madre.

Ella le contó la misma historia a todos; yo había salido a caminar y cuando llegue a la casa habían dos hombres intentando entrar a la fuerza, cuando me vieron quisieron que les abriera y les dije que no, y por eso me golpearon hasta casi matarme a golpes.

No entendía porque me tenia tanto odio como para llegar a ese punto de dejarme inconsciente solo por quemar un simple arroz.

Ese es uno de los muchos recuerdos malos que tengo de mi madre, me hizo mucho daño físicamente y mentalmente pero aún así, a pesar de todo, no puedo evitar amarla.

Me hubiera gustado que sea esa clase de madres que ama a su hija incondicionalmente, que son como mejores amigas y que darían la vida por su hija pero lamentablemente no me toco y espero que ella me haya querido un poco aunque sea.

Mi último suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora