Capítulo 7: Camilo

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Dia del Funeral 20 de junio 2022:

Camilo esta agarrando la mano de Laila mientras ve hacia mi ataúd.

—Amor ya vuelvo necesito hacer algo solo—le dijo a ella—, ¿Me esperas con mamá allí? —índico donde estaba Mia con la señora Allen—

Laila solo asintió, el la abrazo antes de soltarla y acercarse a mi ataúd.

—Nunca pensé que fueras la primera en irte, estoy enojado por que me dejaste solo— el se quedó en silencio—. Mentira no estoy enojado, nunca podría enojarme contigo, Mai. Nunca te lo dije creo pero estoy orgulloso de ti, aguantaste mucho más de lo debías y yo estoy enojado conmigo mismo por no darme cuenta de que estabas mal —bajo la cabeza y empezó a llorar en silencio—. Perdón por no ser tan buen amigo.

Quería acercarme y decirle que era el mejor amigo del mundo pero no podía.

》Fui mal amigo por no prestar atención a la señales, por estar más tiempo concentrado en lo mío y no en ti, perdón. Perdona por no haberte dicho de lo mío con Laila, tendría que habértelo dicho.

En ese momento en el que mi mejor amigo creía que era su culpa tuve ganas de volver solo para abrazarlo y decirle que no era su culpa. Luego recordé lo que le había dicho una vez cuando me conto que esta enamorado de Laila y me acerque a él, toque su brazo, el se estremeció, miró su brazo y sonrío.

—Si, tienes razón Laila no es una perra—dijo el llorando—. De hecho es la mejor persona que conocimos. Traje algo para ti.

El saco dos anillos de papel de bolsillo de su pantalón, uno era color lila, más pequeño y el otro era verde y un poco más grande.

—Soy un rebelde ahora, como tu querías que fuera, entre a tu casa ilegalmente a robar tu anillo—dijo con melancolía—, El tuyo solo me entra en el meñique pero no importa lo voy a llevar siempre como te lo prometí.

El agarro mi mano y puso su anillo el mi dedo pulgar.

—Vas a ser siempre mi mejor amiga y futura esposa no importa donde estés. Te amo, Mai.

El beso mi mano y se dio vuelta para volver con Laila y su madre que lo estaban esperando. Nunca llegue a ser la señora Astor pero el tenia a Laila ahora, y por eso toque su brazo; una vez le había dicho que le daría una señal si su futura mujer no era una perra.

Cuando teníamos catorce años con Camilo hicimos el pacto de casarnos a los treinta si seguíamos solteros. Estábamos en su casa ese día era nuestra noche de películas entre amigos. El se había enojado con Laila y había salido de la casa, estaba sentado en el borde de la piscina cuando salí a buscarlo, eso siempre lo relajaba. Me acerque a Camilo, me senté a su lado metiendo los pies en la piscina.

—Hola, piojoso.

—Deja de decirme Piojoso, yo no tengo piojos.

—Esos dices tu, nosotras vimos un piojo de tu lado del sofá.

—¡Que no era mío, Maia¡—grito el enfadado yo solo reí—.

Unos días antes de la noche de películas estamos acostados los tres en el sofá de su casa y cuando nos levantamos vimos un piojo de su lado del sofá, probablemente haya sido de Laila o mío pero me encantaba molestarlo.

—¿Como estas?—le pregunte mirándolo y me miro confundido—Con lo de Laila digo.

—¿Que cosa de Laila?— desvió la mirada haciéndose el desentendido—.

—No te hagas en desentendido conmigo que ya se que te molesta que Laila haya traído a su novio.

—Me molesta que lo traiga a la noche de películas entre amigos—resalto más de lo debido la ultima palabra—.

Mi último suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora