Capítulo 11:Papa

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Dia del Funeral 20 de junio 2022:

Mi padre estaba a lo lejos abrazando a María de ya nueve meses. Ella no paraba de llorar, y a de decir verdad no sabia si eran las hormonas del embarazado o ella realmente me quería, mi padre en cambio no lloraba; el solo la abrazaba a ella y acariciaba su espalda mientras miraba a la nada, sin omitir una reacción.

―Amor―lo llamo María cortando el silencio―, ¿No crees que tendrías que despedirte de ella?.

―No creo que ella lo quiera―la miro a los ojos cuando ella levanto su cabeza de su pecho―, la ultima vez la ignore cuando quiso hablar conmigo.

Cuando discutí con mis amigos tuve la ilusión de que si llamaba a mi padre el me consolaría pero claramente no fue así, el solo me dijo que tenia una reunión y que dejara los dramas, como siempre.

―Eso ya paso y los dos sabemos que Mai no era rencorosa con nadie―ella le puso las manos en las mejillas y le limpio las lagrimas que le habían caído―, eres su padre y ella te amaba de todas formas. Tienes que ir a despedirte, eso es lo que ella hubiera querido, Robert.

―No lose, María, lo arruin....

―Tu nada―lo corto―. Vas a ir despedirte de tu hija y decirle todo lo que en realidad quisiste la ultima vez, ¿okey?.

―okey―le dio un beso y acaricio su vientre antes de separase de ella―.

Mi padre camino hasta mi ataúd, mientras caminaba con la vista fija en mi ataúd se le salieron un par de lagrimas pero las limpio antes de llegar frente a mi. Tomo mi mano y le dio un beso antes de soltarla.

―Hola, hija, no se si querías que estuviera aquí pero Mari me obligo a venir a despedirte de ti y sabes que a ella no se le puede decir que no―soltó una risa triste y se limpio otra lagrima que se le escapo―.

Mi padre nunca había sido alguien de llorar y mucho menos una persona sentimental por eso mismo me sorprendía que estuviera de esa forma.

―No se que decirte, siento que te debo una disculpa por no ser el padre que siempre quisiste y por no valorar a la gran persona que eras, en realidad tengo que pedirte disculpas por todo. Soy una mierda de persona y de padre―el soltó el lloroso que estaba conteniendo desde que llego―.

Una disculpa es lo que siempre quise de mi padre y venia a dármela cuando ya no estaba con vida, que irónico, ¿No?.

Porque al final eso es lo que todos queremos cuando tenemos malos padres o cuando se equivocan y a uno le duele pero nunca dice nada. Lo único que todos queremos es una disculpa y que traten de arreglar lo que ellos mismos arruinaron.

―Eso no te lo voy a negar―estaba tan concentrada en mi padre que no me di cuenta de que mi madre estaba tras el, mi padre al darse la vuelta la miro confundido―. Lo de ser una mierda de persona y de padre, digo―aclaro―.

Eso no iba a salir bien. Ellos cada que vez que se veían discutían y no creo que ellos ni los demás se tomen bien una discusión en ese momento.

―¿Que haces aquí, Gabriela?―mi padre se dio vuelta intentando ignorarla―, no es momento ni lugar para pelear, asique vete.

―No vine a pelear―ella se puso a su lado mirándolo solo a el intentando ignorar el cuerpo sin vida de su hija que estaba a frente a ella―. Vine a disculparme.

―¿Tu?¿disculpándote?, déjame dudarlo.

Mama nunca se disculpaba por nada del mundo, no podía creer que me haya hecho caso.

―Ella me lo pidió que me disculpe con todos a los que le hice mal, y creo que tu fuiste uno de ellos―el la miro confundido―. Asique perdóname por todo el mal que te hice a ti e indirectamente también se lo hice a tus hijos, asique perdón por eso también―el asintió y corrió la mirada―.

Mi último suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora