Capítulo 15

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Era mi cumpleaños número dieciséis y como todos los años Allen, Mia y Miranda me hicieron una fiesta sorpresa la cual hacían todos los años. Ósea que ya no era nada sorpresa.

Pero a ellas les encantaba organizarla por eso no les decía nada y me hacía la sorprendida cada que llegaba ese día.

Nunca me gustaron mis cumpleaños.

Siempre eran un recordatorio de que les importaba una mierda a la mayoría de mi familia, la de sangre al menos. Lo único que me emocionaba de eso eran que cada faltaba menos para que se acabará todo y no me refiero a suicidarme precisamente.

Antes de llegar a ese punto yo quería tener una vida.

Deseaba tener dieciocho e irme a la universidad, ser exitosa, formar una familia y tener la vida que quería. Pero se me acabó las fuerzas antes de tiempo supongo.

Ese día estaba en mi casa y mamá ni siquiera se había acordado de mi cumpleaños, como todos los años.

Me pare frente al espejo y pase la mano por la arruga inexistente de mi falda negra, mi cabello estaba atado en una media cola. Ya podía escuchar a Allen decir "Estas hermosa pero no vas a un funeral, linda, ponle un poco de color la próxima", nunca supe que clase de obsesión tenia Allen por los colores, ella parecía un arcoíris siempre pero le quedaba bellísimo.

—¡Mai!—gritaron Eloise y Owen a la vez entrando a mi habitación—,¡Feliz cumpleaños¡.

Ambos me abrazaron y Owen que era el más amoroso de los dos refregó su cara contra mi estómago.

—¡Te amamos!—volvieron a decir a la vez—.

—Dejen de hablar a la vez que dan miedo—fingí un escalofrío y ellos rieron—. Gracias, yo también los amo, zanahorias.

—¿Que vamos a hacer en nuestro cumpleaños?—dijo Eloise todavía aferrada a mi cintura—.

—¿Nuestro? Me suena a manada eso.

—¿Que es manada?¿se come?—reí y ellos me miraron todavía sin entender—.

—¿Te está riendo de nosotros?—hablo Owen con un tono serio, el cual no daba mucho miedo a ver su carita— eso no está bien, tu nos dijiste que no tenemos que reírnos de la gente.

—Tienes razón, perdón por reírme de ustedes.

—¡Tienes los cordones desatados te vas a caer!—di un respingón al escucharla—

—Ay no grites así, Eloise.

Me solté de ellos y me agache para atarme los cordones en silencio mientras los dos esperaban que le dijera los planes de nuestro cumpleaños.

—Hoy vamos a ir con la abuela Elina a almorzar y luego iremos a la casa Laila—los dos me miraban con sus grandes ojos marrones iguales a los míos— y si se portan bien se quedan a nuestra pijamada.

—¡Si!—gritaron a la vez— ¿La abuela nos va a cocinar un pastel?.

—¿Que pijama debo ponerme para la pijamada?—pregunto Eloise— Tengo que llevar el más lindo de todos.

Eloise siempre se preocupaba por su aspecto en cambio Owen se ponía lo primero que encontraba y a veces ni siquiera se peinaba, el era parecido a mi.

—¿Podremos dormir todos juntos?—pregunto Owen—.

—¿Podemos dormir con Logan?—pregunto Elo antes de que pudiera contestarle a Owen—. El es el mejor cuenta cuentos.

Mi último suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora