Cumpleaños

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—Rebornplay.
—TW: muy soft.

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Pd: es un borrador que tiene cerca de un año, cuando Auron dijo que fue a una cabaña un fin de semana y había rol.

Disfrutadlo<3
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–Joder, qué puto calor— se queja.

Y era verdad. A finales de mayo hacía más calor que en pleno julio en España.

Ese día, Reborn se encontraba sentado en su sofá, haciendo zapping en su televisión.

Después de dos días de intensos de rol, necesitaba descansar, tanto física como mentalmente. Fénix, tumbado a su lado, ronronea cuando siente la mano de su dueño acariciándole la cabeza.

–¿Tú no tienes calor? Me cago en todo.

Suspira frustrado y cuando está a punto de quitarse la camiseta para intentar estar más fresco, le llega un mensaje.

[Convo por WhatsApp]

→Holaa, qué haces?

Hola! Nada, intentando no
morir de calor. ¿Tú?←

→Tengo un plan para hacer los dos.

Miedo me das←

→Solo confía en mí. Coge lo
imprescindible y a Fénix y baja.
Te espero.

¿Estás aquí?←

→Tú solo coge las cosas y baja. VAMOS.
→Tqm

Jajaja←

[]

Después de meditarlo unos segundos, se dispone a hacerle caso y deja su móvil, cartera y llaves encima de la mesa del salón, para después ponerse a pelear con Fénix, para hacerle meter en su transportín.

Minutos después, el mayor termina su cigarro apoyado en el capó del coche. Escucha la puerta del edificio abrirse y cerrarse y levanta la mirada, sonriendo.

–Buenas, nene— se sonríen.

El menor se acerca hasta él, miran a su alrededor y se dan un beso.

–¿Listo?
–No sé, ¿a dónde vamos?
–Ah, sorpresa.
–¿Cómo?
–Pues eso, sorpresa— saca del bolsillo trasero del pantalón un pañuelo negro— ¿Confías en mí?
–Nene...
–¿Confías en mí?— repite.
–Claro que confío en ti pero...
–¿...pero? ¿Claustrofobia?
–No, no.
–Entonces no hay 'peros' que valgan.

Reborn le mira dubitativo.

Claro que confía en él pero le agobiaba no tener sus cincos sentidos, por si algo pasaba.

Auron levanta ambas cejas, al verle pensativo. Este finalmente suspira.

–Está bien, va...
–Genial. Ya verás que no es tan malo.

Se coloca detrás del castaño y cubre sus ojos con el pañuelo, haciendo un nudo en su cabeza.

–Pues listo. Vámonos, déjame que te ayude.

Le coge la mano y, con cuidado, le ayuda a sentarse en el asiento del copiloto. Mete detrás a Fénix, poniéndole el cinturón alrededor del transportín y se sienta en su sitio, arrancando el coche.

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