Pogo.

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[Capítulo paralelo a "Marbella"]

Era fin de semana otra vez.

Nervioso y feliz se coloca la americana y sale de casa.

No es el primer fin de semana que va a recogerle pero siempre le hace ilusión. Esta vez le lleva bombones, se los pidió la última vez y él cumple cualquier capricho de su rubio.

Llega al hospital psiquiátrico donde se recupera Gustabo.

Se ajusta su corbata y entra, la recepcionista le sonríe y le pide que espere unos minutos.
Él asiente y espera obediente; es el procedimiento de siempre. Mira a su alrededor, se fija en algún cambio estético y asiente levemente con la cabeza; le agradan.
Mira su ropa, se mira en un cristal y mira que lo lleve todo.

-Va muy guapo, señor. Como siempre.

Le contesta la mujer. Él sonríe feliz.

-Gracias, espero que piense igual.
-Lo hará. No hace más que hablar de usted.

Le vuelve a sonreír y suspira aliviado.
Entonces, el ascensor suena, dándole la señal de que alguien va a salir de él.
Y efectivamente, salen Gustabo y su médico.

-Muy buenas.
-Buenas, señor Conway. Tengo grandes noticias.
-¿De verdad?

Mira a su rubio, este le sonríe feliz y su corazón brinca de felicidad.

-Está evolucionando muy correctamente, estamos muy satisfechos con su progreso. Incluso le hemos bajado la medicación.
-Eso... es genial.

Dice con una sonrisa y Gustabo suspira tranquilo mirándole.

-Si sigue así, podrá empezar a salir más días... hasta que se haga a la vida del exterior de nuevo y le demos el alta médica. Aunque primero iremos a por el alta hospitalaria.
-Eso es maravilloso, doctor. No me esperaba tan buenas noticias hoy.
-Eso es lo bueno de las buenas noticias, nunca te las esperas.

Se sonríen y los dos suspiran.

-Aquí tiene la receta para las pastillas de todos los días y para la ansiedad de por la noche.
-¿Sigue igual?- dice cogiendo la receta.
-Va por días, ¿verdad?
-Sí... pero seguro que estos días lo paso mejor.

Sonríe a su pareja, esta sonríe nerviosa y el médico ríe.

-Así me gusta. Creo que entiende que usted es un gran apoyo para Gustabo ahora mismo.
-Lo entiendo, lo comparto y lo espero.
-Eso quería escuchar. Bueno, nada más. Disfrutad del fin de semana.
-Muchas gracias, doctor.
-He hablado con el equipo médico y hemos decidido que te vamos a compensar.
-¿A mí?
-Sí, a ti, Gustabo.

Ríen.

-No será necesario que regreses el lunes por la mañana, con que estés para la hora de la cena aquí estamos satisfechos. Queremos alargaros un poco más el fin de semana.
-Se lo agradecemos mucho.
-Sí, es usted el mejor doctor.

Hace reír de nuevo al doctor y este se va. Se miran y se sonríen.

-Ven aquí.

El rubio ríe y se abrazan fuerte.

-Te echaba de menos.
-Pues anda que yo...

Se miran y se besan. La recepcionista los mira con una sonrisa e intenta disimular.

-Toma.

Le da la caja de bombones.

-Te has acordado.
-Pues claro, no pienso en otra cosa.

Se miran, al rubio se le llenan los ojos de lágrimas y vuelven a besarse.
El mayor le rodea con sus brazos fuertemente y Gustabo se siente de nuevo en casa.

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