Insatiable

Paraíso

—Basado en el final de Tortilla1 e inicio de Tortilla2.
—Rebornplay cubitos.
—Muy soft.

pd: es un borrador de hace mucho tiempo, que lo disfrutéis<3

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Campanas y alarmas suenan por los tres pueblos, ruidos de golpes y explosiones se escuchan a lo lejos y gente grita a su alrededor.

El castaño con gabardina mira por todos lados, intentando calmar sus pulsaciones y entender qué pasa.

–¡Reborn!

Alguien le llama a su espaldas. Se gira con rapidez y unas manos agarran sus hombros.

–¡Reborn, tenemos que ir al centro del pueblo! ¡Vamos!— le zarandea y consigue reconocer a Axozer.
–P-Pero... ¿qué coño pasa?— empieza a salir del trance.
–Xena ha llegado, los Chamanes nos han pedido que luchemos junto a ellos.
–¿Por qué?
–¡Porque somos los héroes de Tortillaland!— gritaba de lejos uno de los alcaldes del pueblo 1. El pelirrojo se acerca al castaño y suspira— Estamos acojonados, Reborn. Pero no nos queda otra.
–V-Vale...— mira a su alrededor— ¿...dónde está Auron?
–No lo sé, Reb. Hay que irse, va— le coge el brazo y tira de él.
–¡No! No me voy a ir sin él. ¿Dónde está?

Ibai suspira con una sonrisa y abre el mapa.

–Ahí, en su casa.

Reborn mira atento y asiente con rapidez.

–Voy a por él, no sé por qué sigue ahí. Id vosotros al centro del pueblo, nos reuniremos allí.
–Está bien, primer caballero— dice el alcalde.
–¿Cómo?
–Te diría "primera dama" pero eres un tío.
–Y-Yo... yo no...
–Que sí, Reb. Si ya lo sabemos todos. Ve a por él de una vez.

El castaño sonríe, suspira, Axozer le sonríe y sale corriendo hacia la casa del mayor.

A unos metros de allí, el del mechón de fuego, da vueltas por su sala de cofres, entre lágrimas y sujetando a su pollo entre sus brazos.

–Creo que está todo...— murmura.
–¡Raúl!— grita desde fuera— ¡Raúl! ¿Dónde estás?

El mayor suspira y se sienta en el suelo, dejando a Frederick en el suelo, quien se tumba a su lado. Auron se cubre la cara con ambas manos e intenta calmarse.

Reborn gruñe frustrado y se acerca a las puertas de retina, mira hacia ellas y se abren dos segundos después dándole paso a una silenciosa casa. Mira a su alrededor, buscando un ápice de vida humana. En concreto, su novio.

Baja a la sala de cofres lentamente hasta verle en un extremo de esta, hecho una bola en una esquina. Se acerca despacio, Frederick se levanta a saludarle y se sienta delante suya.

–Raúl...— niega— ...mírame— coge su barbilla y le levanta la cabeza.

Se miran en silencio, el castaño limpia sus mejillas con delicadeza y suspira.

–¿Qué pasa?— susurra.
–No estoy preparado— dice con un hilo de voz.
–¿A qué te refieres?
–E-Esperan algo de mí. Soy... soy el alcalde— se miran unos segundos.
–¿Ya sabes lo que pasa?— asiente— ¿Es grave?
–Los dioses... los chamanes... dicen que tenemos que luchar junto a ellos. La tía loca esta...
–Xena.
–Esa... ha venido a por nosotros. Yo... yo...

El castaño lo atrae hacia su cuerpo y lo rodea con sus brazos con fuerza. Deja besos por su cabeza, intentando calmarle, mientras que el moreno se hunde en su pecho y cierra los ojos; su mejor refugio siempre fueron los brazos de su pareja.