Miriam se fue a Doswell un día después de enterarse de la sentencia del juez hacia Patrick. Al principio se horrorizó, pero luego intentó tranquilizar a Kael quien estaba hecho una furia ante aquello. Ni siquiera yo tenía las ganas de hacerlo (tranquilizar a Kael) porque también me encontraba con el mismo ánimo. Desde ese día la felicidad que estaba sintiendo se vio opacada por la desilusión. Dudaba que luego de dos años Patrick saliera de la cárcel como una nueva persona, pero su madre, Miriam, tenía fe en aquello. ¿Saben? Muy dentro de mí la entendía, era su hijo. Ese vínculo era mucho más fuerte que el que yo tenía con ella. Aun así, me sentí un poco enferma cuando Miriam sugirió que lo visitara, no para perdonarlo, claro está, solo para hablar con él y de paso para acelerar los papeles de divorcio que yo tanto ansiaba firmar. En respuesta Kael dijo un gran y rotundo NO. (En mayúsculas para que vieran lo importante que era).
Ese día que Miriam se iba me puse triste, mi segunda madre se iba. Mis padres aún estaban aquí en Ruther Glen hospedados en un motel y cada día desde que aparecieron en mi casa vinieron a verme.
En casa yo tenía la compañía de Kael, quien en este último par de días estaba diferente, desde que recibió el correo un día atrás su humor había decaído terriblemente. Él era el encargado de recoger la correspondencia que ponían en nuestro buzón fuera de casa y no sabía qué cosa lo había puesto así de mal. Ya habíamos dejado a Miriam en la estación de buses para que partiera al pueblo de Doswell (a una hora de distancia) con una maleta en mano, y ahora estábamos en el auto en un silencio tan tenso que por ratos lo miraba por el rabillo del ojo.
No me podía quejar de nuestra relación, él siempre se mostraba amoroso, en todo momento, pero ahora su mente parecía estar en otro lugar. Desde el día del juicio, ayer por la mañana, cuando salió de casa para coger el correo volvió varios minutos después con el rostro desencajado. En ese momento no quiso hablar de ello, es más, se cerró rotundamente y cambió de humor, haciendo bromas para que lo olvidara. Pero yo ya había visto cómo se sentía realmente, cada vez que sacaba el tema él cerraba la boca y segundos después cambiaba de tema.
Mientras estaba concentrado en manejar, cuando ya estábamos a unas cuadras de llegar a casa, no aguanté.
-¿Estás bien? -Mi pregunta lo sorprendió. Vi que arqueó las cejas pero no movió su cabeza a mí.
-La extrañaré -dijo, sabiendo que se refería a su mamá a quien habíamos dejado hace media hora-. Ya la extraño.
-Yo también, es como una segunda madre para mí. -Sonrió, esta vez lanzándome una mirada. Había dado tantas vueltas en mi cabeza lo que Miriam me había dicho antes de subir al bus que necesitaba compartírselo-. ¿Sabes? Miriam volvió a hablarme de la visita a Patrick. Sé que suena absurdo... pero creo que tiene razón. -Ya habíamos entrado a nuestra calle. Vi que sus manos se apretaron al volante cuando dio un frenazo seco en el estacionamiento de la casa. Lo miré con seriedad y hablé en tono firme para que viera la decisión en mí-. Quiero divorciarme lo antes posible de él y cerrar ese ciclo cuanto antes; y para eso necesito ir. Quiero ir, Kael.
Por un segundo me asusté de cómo reaccionaría, se quedó callado unos segundos con la mandíbula apretada. Desvié mi mirada a sus brazos tatuados diciéndome una y otra vez en la cabeza que era necesario.
-¿Dijiste que querías visitarlo? -Su expresión mostraba lo confundido y muy enojado que estaba mientras repitió mis palabras-. ¿Por qué demonios querrías ver al único hombre que te golpeó e hizo que perdieras a tu bebé? ¿Acaso eres tonta, Sophie?
Jadeé, indignada. No quería visitarlo por las razones que él creía. Simplemente una necesidad en mí me impulsaba a querer exigirle en persona que firmara los papeles del divorcio. Quería cerrar esa brecha entre él y yo, simplemente eso.
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Corazones fracturados | ✓
RomansaSophie a pesar de estar casada con Patrick, aún sigue pensando en el hermano de su esposo. Una vez los tres fueron mejores amigos hasta que Kael se fue y no volvió nunca más. Hasta que regresa, y pone el mundo de Sophie al revés. Sus corazones fract...