Beta durazno [Saidahmo]

Kang, Park ¿Kim?

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La última vez que Sana vio a Momo había sido cuando la mayor la besó y, también, había sido la última vez que habían hablado. Aún así, cuando salió de casa de Nayeon hace unos días sentía que una confianza extrema invadía su cuerpo, estaba dispuesta a llamar a Momo y hablar sobre lo que había pasado de una vez por todas, después de todo, el beso que la Beta le dió era el beso más perfecto que tuvo alguna vez en la vida. No iba a dejar que las cosas quedaran estancadas por no hablar el tema con su mejor amiga. No iba a dejar que nada le impidiera realizar su objetivo.

O al menos eso era lo que había pretendido. Para su mala suerte, cuando llamó a la mayor no hubo respuesta (y eso que lo hizo tres veces) la decepción la invadió y, claramente, su objetivo no pudo ser cumplido. No es que la extranjera esperaba que Momo le respondiera al segundo de recibir su llamado ¡pero vamos! Nayeon tenía razón, Momo siempre contestaba sus llamadas, tenía que estar muy ocupada para no hacerlo e incluso en esas situaciones le mandaba un mensaje después para pedirle perdón por no haberla llamado.

Algo no estaba bien… Momo se estaba ocultando de ella y no sabía el porqué. Sana tenía una teoría, pero de todos modos la situación no parecía correcta. La Beta era una persona ligeramente tímida cuando recién conocía a alguien, cuando eran pequeñas solía hasta ocultarse tras la Alfa, pero, una cosa es que se ocultara de personas que no conocía cuando eran pequeñas y otra muy distinta es  que se oculte de su mejor amiga ¿Así se había sentido Momo cuando Sana la estuvo evitando? La menor no sabía la respuesta a esa pregunta, lo único que realmente sabía es que no podía quitarse la sensación de vacío de su pecho.

- No debo pensar en eso ahora-. Se dijo a sí misma, poniendo una sonrisa en su rostro que, si es que alguien no conocía bien a Sana, seguramente pensaría que es genuina.

Soltó un suspiro, mejor despejar la mente ¿y qué mejor forma de hacerlo que yendo a aprender lengua de signos? Probablemente muchas según los adolescentes de hoy en día, pero la Alfa quería por lo menos aprender lo básico. Después de enterarse de que la roomie de Nayeon no podía oír bien (y de que la mayor presumiera las palabras que sabía signar) había decidido tomar un curso para poder, con suerte, darle un saludo cordial a la muchacha si es que llegaban a toparse nuevamente. Y si conseguía saber mucho más que Nayeon lo tomaría como un punto extra.

Después de todo, restregarle en la cara a la Omega que era mejor en algo que ella había hecho por mucho más tiempo, siempre era satisfactorio.

- Buenas tardes-. Saludó ingresando al pequeño sector de una biblioteca, encontraba ligeramente extraño que allí fuera donde se impartía el curso, pero, considerando que estaba en un país no muy "amigable" con las discapacidades, estaba feliz de al menos encontrar uno.

Había unas seis personas más además de ella y la maestra que impartía el curso, quién veía unas hojas en las cuales seguramente tenía información importante. Sana estaba nerviosa, aprender algo nuevo siempre es difícil pero sabía que después de todo iba a servirle en el futuro. ¿Quién sabe si alguno de sus futuros alumnos es sordo y puede comunicarse gracias a que tomó el curso? Todo tiene un beneficio en la vida.

- Buenas tardes-. Habló la maestra tranquilamente-. Tú debes ser Sana ¿no es así?

- Sí, yo soy Sana-. La Alfa hablaba suavemente, sus sentidos le mandaban señales, casi todos los presentes eran Omegas, no quería asustar a alguno de ellos.

- Muy bien, toma asiento por favor- con la misma tranquilidad con la que hablaba, la mujer señaló un asiento vacío frente a ella-. Como eres extranjera puede que se te complique un poco más el aprendizaje, así que no tengas miedo de preguntar algo muchas veces si es que no lo entiendes.