La amistad no se siente así

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Hace mucho tiempo, cuando los humanos comenzaron a olvidarse de las enseñanzas de la Luna, los Alfas comenzaron a tomar su casta como un símbolo de poder. Algunos, aprovechándose de las habilidades de su voz de mando, comenzaron a tomar como pareja a Omegas por la fuerza, sin importarles lo que ellos tenían que decir. Los Betas, incapaces de hacerle frente a los Alfas sin salir lastimados tuvieron que ver como con el pasar del tiempo se fue volviendo costumbre que los de la casta superior tomaran a un Omega como compañero sin tomar en cuenta lo que aquel tenía que decir.

¿Por qué escuchar a alguien que puedes poner de rodillas sólo con tu voz? No vale la pena tomar en cuenta las opiniones de alguien que sólo puede obedecer y vale mucho menos la opinión de quien ni siquiera nació bajo una casta.

Sana sabe muy bien que, si de algún modo, esos Alfas del pasado pudieran observarla estarían muy decepcionados. Probablemente quedarían horrizados al ver como le hacía ese tipo de pregunta a una persona inferior. ¿Por qué un Alfa dudaría del tipo de relación que tiene con alguna persona? Sobre todo si aquella persona es una Beta, pero Sana no es como esos Alfas. Puede tomar decisiones sola cuando se trata de algo que vaya a afectar a su persona, pero no cuando es algo que involucra a alguien más. Por eso (y por muchas cosas más) necesita la respuesta de Momo.

No quiere ser como los Alfas del pasado y decidir por la Beta, necesita escucharla. Quiere escucharla.

- ¿Momoring, tú y yo qué somos?- Repite, manteniendo su mirada fija en la mayor, quién por el momento a olvidado toda palabra que pudiera serle útil.

- Ah... t-tú y y-yo, yo- tartamudea, intentando encontrar las palabras que ha perdido.

- Necesito saber de qué forma me ves-. Continuó hablando Sana, sin dejar de mirar a Momo, sabiendo que ya no podría parar hasta hacerle saber a la Beta todo lo que estaba sintiendo, deseando y necesitando-. Momoring, necesito me digas que sientes algo más que amistad por mi, sin besos, ni palabras en codigo, ni nada de eso. Momoring, necesito que me digas que me amas, porque yo te amo y quiero ser tu pareja... si tú no quieres, no sé qué sentido tiene que me hayas... que nos hayamos besamos y que sientas mi aroma sólo sería un mal chiste. ¿No crees que deberíamos ser algo más que simples amigas? ¿No te gustaría ser mi pareja?

- Sana-. La mayor se levantó de su silla, bajando la vista para no tener que encontrarse con los ojos de su mejor amiga otra vez-. Yo...

- Momo, por favor, no huyas y respondeme-. Sana imitó a su compatriota, poniéndose de pie igualmente-. Esta es una pregunta seria, de verdad quiero que me la respondas, sé que lo que siento por ti y lo que tú sientes por mí no cabe en una amistad. La amistad no se siente de este modo, pero... quizás, tú no quieres que seamos algo más y eso... me lastima.

- Sana.

- Por favor-. Hubo un pequeño silencio, Minatozaki se acercó a su mejor amiga-. Momoring-. Continuó-. La amistad no hace que quiera estar junto a ti a cada segundo, la amistad no hace que quiera besarte cada vez que te veo ¿lo entiendes?- Momo asintió-. No quiero que sigamos siendo amigas Momoring, porque sería mentirme a mí misma. Por favor, responde mi pregunta Momoring ¿qué somos?

Sana había disminuido el volumen de su voz, hablaba en susurros a pesar de ser la única otra persona que estaba en ese lugar y, por algún motivo, eso lograba que el nerviosismo de Momo aumentara rápidamente. La mayor sabía que haría cualquier cosa que Sana le pidiera si es que lo pedía de ese modo, había algo en la Alfa que conseguía hacer que sus susurros fueran mucho más eficaces que cualquier voz de mando que Momo había escuchado pero, aún así, la muchacha no conseguía que las palabras salieran de su boca. Sana había hecho que olvidara como hablar.

- O, en realidad, creo que mi verdadera pregunta es...- el corazón de la Beta se paralizó un par de segundos cuando Sana se acercó (peligrosamente) más a ella- ¿qué quieres que seamos?

No es que nunca hubieran estado así de cerca antes, pero el nerviosismo que sentía sólo logró aumentar gracias a aquella acción. Diablos, Momo sentía unas ganas tremendas de besar a Sana. Los labios de la Alfa estaban a tan poca distancia de los suyos  que, si es que por alguna extraña razón anduvieras caminando por allí, creerías que ya se habían unido en un ósculo.

Momo no sabía como responder a aquella pregunta que Sana le había hecho, incluso aunque su respuesta fuera bastante obvia para ella. La encontraba vacía, casi como si no fuera a demostrar la verdadera intensidad con la que quería que Sana recibiera su respuesta. Además, por el nerviosismo que sentía (el cual aumentaba a cada segundo) sentía que su voz saldría totalmente distinta a su "voz normal" lo cual le podría generar problemas y la Beta no quería eso.

- Momoring...- Sana seguía hablando en susurros.

- Sana...- Dijo ella del mismo modo, obligándose a mantener el contacto visual. Dios, los ojos de Sana tenían al universo dentro de ellos ¿Cómo podría alguien conocerla y no enamorarse de ella?-. Sana, yo te amo.

Había sido casi inaudible, pero para Momo era un triunfo poder pronunciar aquellas palabras por segunda vez, la Beta nunca había sido la mejor expresando sus sentimientos con palabras. Se le dificultaba vocalizar las emociones o deseos que tenía aunque supiera exactamente que eran, pero haría un esfuerzo por su mejor amiga, porque la amaba y quería que las dudas que Sana tenía desaparecieran y no la volvieran a atormentar.

- Sana, quiero ser tu novia-. Hubo otro silencio-. Realmente, es lo que más deseo en estos momentos.

La japonesa menor sintió como un par de lágrimas se deslizaban por sus mejillas ¿Por qué estaba llorando? Momo le había dicho que quería ser su novia. Su corazón latía con fuerza, así que la besó con delicadeza y sus besos se sintieron igual que los fuegos artificiales de año nuevo. La besó y no pudo evitar decir miles de veces que ella también quería ser su novia, incluso si la mayor ya tenía esa información. Se sentía como una adolescente otra vez.

Los brazos de Sana encontraron reposo sobre los hombros de Momo y los de Momo encontraron reposo en la cintura ajena, mientras sus labios encontraron el suyo en los de la otra chica una y otra y otra y otra y otra vez. Incluso si no había sido la forma más romántica de empezar su noviazgo Sana nunca había estado tan feliz. No le importaba el hecho de no ser ella quien tuviera la última palabra, los Alfas del pasado no sabían como su corazón se sentía. Los Alfas del pasado nunca podrían entender la felicidad que la recorría. Nunca iban a comprender lo mucho que amaba a Momo, esa chica había robado su corazón y Sana sabía que jamás iba a devolverlo, pero qué más da.

Sana era un Alfa feliz, la Luna la había puesto a prueba haciendo que el amor de su vida fuera una Beta, pero ya no le importaba. Momo la amaba, Momo quería ser su novia ¿Qué importa aparte de eso? Los brazos de la mayor la envolvían con firmeza, como si le pidieran que no se alejara nunca más, eso era mucho más importante que lo que la Luna quería o que lo que los Alfas de antes pensaran. Sana no era una Alfa común, Sana amaba a una Beta y esa Beta la amaba también. La vida se sentía correcta por primera vez en mucho tiempo.

Momo, su mejor amiga a la cual había amado en secreto durante tanto tiempo, era su novia al fin.

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Beta durazno [Saidahmo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora