novio falso¹ ¡! knowmin

capítulo 3.

Una vez llegaron a la tienda de ropa empezaron escogerla, pero claro que Seungmin tenía mucho mejor gusto que Minho en la ropa -aunque el se indigno pero al final el menor tenia razón y termino aceptandolo.

Seungmin y Felix estaban totalmente sorprendidos ya que la tienda era realmente cara, nunca habían estado en un lugar tan caro como ahora.

— Ni vendiendo un riñón me alcanza para pagar todo eso -hablo mientras miraba un traje.

— Minho estas seguro de comprar aquí porque podemos ir a otra lado.

— Tranquilo bebé solo preocúpate de que te quedes bien de lo demás no te preocupes -hablo.

Seungmin lo miró de reojo ya que seguía escogiendo la ropa carisima. — Bien, pero no me llames bebé no a menos que estemos solos.

— ¿Te pongo nervioso? -pregunto acercadosenle con una mirada seductora.

— ¿Así conquistas a las chicas? -pregunto.

— Más o menos -respondio. — No te gustaría saberlo ¿o si?

— No gracias -desvió su mirada.

— SEUNGMIIIIIN -gritó Felix. — Pruebate esto se te verá hermoso y sexy -sin más le entrega el conjunto.

Seungmin entró al vestidor con el conjunto que su amigo le dio mientras que Felix y Minho esperaban en el sofá.

— ¿Que tal me veo? -pregunto saliendo del vestidor.

Felix y Minho se quedaron viendolo... bueno Minho estaba en shock ante la belleza de su amigo y con esa ropa que lo hacia ver más hermoso de lo que ya es.

— Bueno si no fueras mi amigo te daba contra la pared y duro -bromeó.

Seungmin sonrió por los chistes de su amigo.

— Minho verdad que se ve bien -le habló sacándolo así de sus pensamientos.

— Aja -todavía estaba en shock.

— Bien, ahora pruebate todos estos -le apunto los estilos que escogieron los dos.

— ¿Todo? -pregunto y esté asintió por lo que se dio media vuelta y entró al vestidor nuevamente.

— Secate la baba que se te está cayendo -hablo a lo cual Minho parpadeó y lo miró.

— ¿Cuál baba? -se hizo al que no sabía nada.

— Si me compras ese conjunto no le dijo a Seungmin que babeaste por el.

— Yo no bebie -atacó.

— SEUNMIII-

Minho le tapó la boca para que no gritara. — Está bien llevatelo.

— Gracias -sonríe.

— Te odio.