EDITADO.
Segundo día de luna de miel...
😷<<{Cassius}>>😷
Es de noche y estoy en la biblioteca de la enorme casa que adquirió nuestra esposa cuando siento algo metálico en mis tobillos, bajo el libro que estaba leyendo y veo a mi hermosa mujer con una radiante sonrisa en el rostro.
Arlene: Buenas noches, mi loco suicida.
Cassius: ¿Qué es esto, demente?
Señaló las esposas de mis tobillos que ahora se enganchan a las patas del sofá individual.
Arlene: Vamos a jugar, esposo y te gustará.
Me saca el libro de las manos y esposa mis muñecas al reposabrazos, agarra una navaja y empieza a cortar mi ropa hasta que estoy completamente desnudo.
Cassius: Si quieres follar, suéltame demente, me gusta tocarte.
Arlene: No, hoy no, la que va a tocar y desesperarte esta vez seré yo.
Podría negar que mi polla no está dura desde que la vi frente a mi, pero sería una puta mentira, ella frente a mí es suficiente para prenderme y más si está desnuda.
Los moretones, mordidas y chupetones relucen en toda su piel, sus nalgas tienen dedos marcados.
Se arrodilló entre mis piernas en el suelo alfombrado de la biblioteca, con su navaja cortó mi muslo sacando sangre que después chupo con su lengua, esa acción envió una corriente eléctrica a mi polla que saltó frente a su rostro.
Hizo lo mismo con el otro y unas cuantas veces más antes de que la última vez que chupa la sangre con su lengua aún afuera, la pasa por mi polla, cubriendo una parte de sangre.
No mames.
Cassius: Suéltame demente.
Arlene: No.
Pasa su lengua por mi polla sacando la sangre que se mezcló con el presemen y cierra sus carnosos labios en la punta.
Cierro mis ojos y apoyó mi cabeza en el respaldo del sofá, no chingues.
Puta madre, me está matando, intento embestirla moviendo mi cadera, pero solo sale, se pone de pie y me ahorca.
No hagas eso mamona, que no me asusta, todo lo contrario, me está prendiendo más.
Arlene: Si quieres acabar en algún momento que yo decida, te vas a quedar quieto, si no, me voy y te dejo así con la puta erección, ¿Entendido?
Cassius: Si demente.
Hija de la mierda.
Se vuelve a arrodillar, pasa su lengua por todo mi falo y cierra sus labios en la punta mirándome a los ojos, gozándome, riendo de mi desesperación.
Mis manos se mueven involuntariamente a querer agarrarle la cabeza, pero son detenidas por el dolor en las muñecas de las esposas.
Se mete mi polla, robándome un gemido, sube y baja en un ritmo lento y tortuoso.
Quiero sujetar su cabello y follarle la garganta hasta que esté a punto de morirse por la falta de aire.
No puedo negar que se ve jodidamente hermosa tomando mi polla, disfrutando de lo que hace mientras aprieta los cortes de mis muslos.
Ya entendí por qué le gusta que la ahorquen y la azoten, es malditamente placentero cuando el dolor se mezcla con el placer.
Cassius: Demente... mmm...
Gimo, estoy a punto de correrme y lo nota, así que me come una vez más la polla y se sale dejándome una frustración terrible.
Cassius: Déjame terminar demente.
<<Por favor.>>
Arlene: No aún.
Quiero agarrarle la cabeza y hundirme en su boca dejándole mi polla en la garganta.
Se pone de pie, después se sube a horcajadas en mí rozando su coño con mi polla tan deliciosamente que me estoy muriendo por penetrarla duro.
Cassius: Por favor, demente, móntame.
Arlene: Aún no, mi loco suicida.
Se sigue moviendo como si me estuviera follándo rozando su coño con mi polla, estremeciéndose y gimiendo con cada roce.
Con su navaja me corta el pecho, chupa cada gota de sangre mientras se mueve dolorosamente delicioso.
Que jodido placer.
El dolor nunca fue tan jodidamente placentero como ahora, los muslos me arden, al igual que el pecho, las muñecas y tobillo me duelen de tanto intentar moverme y todo eso solo hace que mi polla quiera soltar toda mi carga allí mismo solo con su roce.
Con su mano colocó mi falo en su coño y se dejó caer.
Cassius: ¡Demente! ¡Ah! por favor, suéltame.
La desesperación por tocarla, agarrarla, azotarla, follarla duro me llega tan fuerte cuando su caliente y húmedo coño me envuelve la polla, quiero romper las esposas, quiero romper su coño, quiero romperla a ella, pero no puedo.
Empieza a subir y bajar, tiene sangre en la comisura de los labios y me besa, mientras es ella la que me folla duro y rápido.
Arlene: ¡Hay Cassius...!
No puedo dejar de gemir del puto placer que me produce follándome y clavándome la navaja en una parte del brazo donde nada me pasara, solo tendría una molestia por unos días.
Cassius: ¡Demente, Más!
Puta madre, cuando me convertí en esto.
Me encanta el dolor que me está produciendo, me encanta la forma en la que me está follando, pero odio que me haya imposibilitado poder tocarla, no me gusta para nada, quiero tocarla.
Muerdo sus gloriosos pechos que se mueven frente a mí con cada brinco que da y ella retuerce apenas la navaja para que no lo haga.
Arlene: No lo hagas y te dejo acabar.
No mames.
¡Ah!
Asiento como puedo con la cabeza perdido entre tanto dolor y placer, siento que una luz llega a mis ojos cuando los cierro, puta madre, me estoy corriendo.
Cassius: ¡Demente!
Su coño me aprieta exprimiendo todo de mí.
Arlene: Cassius...
Se corre sobre mí.
Puta madre.
Sale de encima de mí, me saca las esposas, me besa y sonríe antes de poner crema en mis muñecas y tobillos y curar los cortes delicadamente.
Arlene: Gracias.
Cassius: Me gusto, demente, pero me gusta más azotarte.
No le voy a decir que fue lo mejor que me ha hecho en la vida, porque en verdad amo azotarla, marcarla.
ESTÁS LEYENDO
Arlene. 7°
RomanceSéptimo libro de la saga Legado. (Independientes) 🌗{Arlene}🌗 Me niego a lastimarlos. Son mi más grande obsesión y mi más grande tormento. Me iré. Los dejaré. Coopera conmigo Nemesis, no quiero lastimarlos, los quiero vivos, los quiero conmigo. ~No...