41

58K 4.7K 3.8K
                                    

Tom caminaba con tranquilidad por el departamento, el resto de la banda se fue al supermercado, comprando comida para poder sobrevivir las semanas que faltaban.

No podía llamar a Maddy, sabía que estaba en el final de sus exámenes, no quería distraerla, así que solamente tomo asiento en uno de los sillones hundiendo su cuerpo en este.

La puerta comenzó a sonar, el chico giro los ojos, ya había encontrado comodidad, se levantó de su sitio, yendo directamente a abrir esta.

Al ver de quién se trataba, suspiro pesadamente e intento cerrar nuevamente, pero la rubia fue más rápida y se colo en la habitación.

─Sal de aquí ahora.─ la voz molesta del chico resonó en sus oídos. ─Katy, hablo en serio. ¿Cómo es que seguridad te dejo pasar?

─Supongo que aún me recuerdan, ellos fueron testigos de nuestro amor, el único que no lo entiende eres tu Tom...─ la joven hablo, intentando remover el corazón del chico. ─Estuve intentando comunicarme con Maddy, pero la idiota no lee ninguno de mis mensajes.

─Ella no caerá en tus ridiculeces, y deja de llamarla así, vete de mi departamento, ahora, o haré que los mismo guardias que te dejaron pasar, te saquen a patadas.

─Tom...─La rubia de acercó al mencionado, quedando a centímetros de su rostro, mientras intentaba subir sus brazos al cuello del chico, pero este rápidamente la empujó suavemente. ─Aun podemos arreglar esto, podemos seguir siendo nosotros..

─¿Nosotros?─ una risa seca salió de los labios del joven. ─Nunca hubo un "nosotros", estoy con una persona, la amo, y daría todo por ella. Ahora te pido amablemente que nos dejes en paz.

─Tom, tu me perteneces... Podemos arreglar esto, de la forma que a ti te encanta...─La rubia se acercó nuevamente, mientras está vez si logro colocar sus brazos al rededor del cuello del chico.

─A la única que quiero follar ahora es a mi chica, tu no eres ella. ─El de trenzas reunio todo tipo de fuerzas para no golpear a la rubia ahí mismo, sería demasiado polémico de su parte. ─Vete, ahora mismo.

─No sabes cuánto la odio. ¡Esa estúpid-.─ no pudo terminar la oración por qué Tom la interrumpió.

─¡No te vuelvas a referir a ella de esa manera!─el chico cerro los ojos con fuerza, estaba tratando de mantener la cordura. ─¡Seguridad! ¡Seguridad!─Estos no tardaron demasiado para llegar, pero al ver la situación trataron saliva. ─¡¿Quien les dió autorización para dejarla pasar!? ¡Saquenla de aquí ahora! Y si aún conservan el trabajo es por qué están de suerte.

La rubia al sentir los brazos de los hombres rodear su cuerpo, no tuvo más opción que cooperar con ellos, no sin antes dedicarle unas cuantas palabras al de trenzas.

─Por más que trates de ocultarlo, sabes que ella en algún momento lo sabrá, y todo tu cuento con final feliz acabará, yo me encargaré de eso.─ sin más la joven sonrió y salió por la puerta, dejando a un pensativo y enojado Tom.

A los pocos minutos sintió una mirada sobre el, elevo su rostro, encontrando las caras sorprendidas de sus compañeros.

─Tom... ¿Que hacía Katy aquí? Por favor dime que no lo hiciste, Maddy no merece esto.─ hablo Bill, con preocupación en su voz.

─¡No! Claro que no, ella vino sola, e intento seducirme, lo que claramente no logro, solo me hizo detestarla aún más.

Los jóvenes tomaron asiento, cada uno en un sillón individual, todos perdidos en sus pensamientos, todos rogando por qué la parejita del grupo no se separara.

─Deberias hablar con ella..─Dijo Gustav, con cierta preocupación en su voz.

─No... No aún, quiero esperar a cuando nos veamos, aclararé todo esto, y haré oficial nuestra relación. Quiero que todo sea más fácil para ella, quiero que todo sea perfecto para ella..

Do You Wanna...? ; Tom Kaulitz. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora