AMANTES | Hyunlix

[ 008 ]

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Advertencia.
Temas sensibles como la depresión, ansiedad e intento de suicidio.
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Lee Felix.

3 días después.

No me sentía nada bien.

Estaba destrozado.

Sabía que mi vida ya no tenía ningún sentido, me había esforzado tanto en todos los aspectos solo para conseguir que alguien me valorara, que me quisiera, pero no, nadie lo hacía.

Hubiera deseado que mis padres estuvieran aquí, junto a mí, pero la vida siempre se encargaba de llevarse todo lo que quería.

Sabía que mi actitud cansaba, no solo mi actitud, cansaba mi risa, mis palabras, la pregunta era, ¿qué no cansaba de mi?. Por ese motivo el me había gritado.

Por eso el no lograba amarme. Por eso solo podía utilizarme para darse placer.

Mi Omega se sentía lastimado, deprimido, por el echo de saber que el Alfa que amamos, no logra amarnos.

Basta.

Ya no podía soportarlo más.

Fui hacia el baño, decidido de lo que haría, tome la pequeña navaja, con la que solía depilarme las piernas. Me senté en el suelo y comencé a trazar líneas con la punta afilada del objeto, sobre ambas muñecas, dejando un rastro de sangre sobre ellas.

Recordé los lindos momentos que había logrado construir a lo largo de mis casi veinte años, mientras mis ojos se cerraban lentamente.

Lee Minho.

—Minho... —sollozó Hyunjin en mi hombro—. ¿Por qué le grité? Si él me gusta...

—¿Te gusta a ti o a tu pene?.

—Habló enserio —claramente estábamos ebrios, y alguien con alcohol en su cuerpo no sabe mentir, ¿verdad?.

—Hyunjin lo trataste como una mierda, ¿recuerdas cuando el pobre te llevo galletas y las tiraste a la basura en su cara?. Luego lo tranquilizó el bonito.

—Flashback—
(Flashback narrado por la autora)

Felix había horneado galletas para su amor, la ilusión se notaba en su hermoso rostro, quería impresionarlo para tal vez poder llamar su atención. Se había demorado toda la noche en ello.

Se acercó al Alfa, estaba aún lado de él esperando que lo notase, pero al parecer no, inconscientemente su aroma se intensificó para así lograr tener la mirada del pelirosa. Y al parecer funcionó.

—H-Hola Hyunjin... —se estaba preguntando internamente si sus nervios se notaban, deseaba que no—. Yo... te traje galletas, las hice yo mismo ayer por la noche, espero te gusten —extendió sus brazos con la caja de galletas en sus manos.

—Oh, ¿Gracias? —miró al Omega con un poco de odio, ¿por qué siempre tenía que estar molestando?, sin otra cosa que decir, se dio la vuelta y en el primer cesto de basura que encontró, las depositó frente a la atenta mirada del rubio.
Sintió como su corazón se apretaba y sus lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

—Basta Lixie, no llores por ese idiota que no te valora —lo envolvió entre sus brazos—. No olvides que te quiero y que yo amo tus galletas.

—Fin del flashback—

—Lo sé, pero yo lo quiero, lo necesito —me abrazo—. Minho, ayúdame.

—Bueno, pero cállate, mañana irás a su departamento, le pedirás perdón y el número de su amigo el que parece una ardilla cuando come, para que me pases a mi ¿ok?.

—Si, Minho, lo haré —siguió sollozando.

—Ya, basta, ven aquí —le devolví el abrazo.