Capítulo 13

56 12 44
                                    

Regresamos al río con una cantidad decente de luz en el cielo, por lo que los dos decidimos encender el fuego y ponernos a cocinar la ardilla. 

Entre los dos tenemos una cantidad decente de provisiones: galletas saladas, carne seca, algunas manzanas. Ambos comimos algunas de las galletas hoy, pero sabemos que pronto será difícil conseguir comida, especialmente si alguna vez nos vemos obligados a entrar en los túneles. También podemos comer las presas frescas de aquí y guardar lo que se que se puede conservar.

Enciendo el fuego y Levi se pone a cocinar. Encender el fuego cuando está oscuro es básicamente una sentencia de muerte; básicamente estoy sosteniendo un letrero de neón que grita "aquí estoy, ven y mátame". Es mucho más seguro hacerlo cuando no está oscuro.

Mientras Levi trabaja en su tarea, me quito los guantes y saco el cuchillo de la mochila. Aunque los guantes son súper bonitos y estoy agradecida, mis habilidades de tiro son de suma importancia aquí, y cualquier capa de separación entre mis dedos y la cuerda del arco podría significar unos centímetros de distancia. Eso no es algo que esté dispuesto a arriesgar, así que comienzo a usar el cuchillo para ver si puedo cortar algunas de las puntas de los dedos del guante.

¿Son necesarios los guantes para la práctica segura del tiro con arco? Sí, definitivamente. Mi padre solía insistir en ello. Y sí, tal vez pueda acostumbrarme a ellos después de disparar por un tiempo. Pero el tiempo es algo que no tengo aquí, y después de disparar durante nueve o ocho años sin guantes, mis dedos no se pueden reparar de todos modos. Usar guantes por el tiempo que dure esto no me hará ningún favor.

— Estás cortando los dedos de los guantes. –Dice Levi.

Lo miro. — Vaya, ¿Cómo lo descubriste?

Él se burla. — ¿Qué tan estúpida puedes ser?

— Necesito disparar. –Respondo con obviedad, continuando con mi intento de cortar la parte superior del dedo medio del guante. — Y necesito estar al tanto, cada vez. No puedo tener nada entre la cuerda del arco y mis dedos si quiero ser precisa.

— ¿Eso no mata los nervios de tus dedos?

— Probablemente.

Levi se inclina hacia adelante. — He probado el tiro con arco.

— Estoy tan orgullosa de ti. –Digo con indiferencia, cortando la tela.

— Y cuando enfatizan la seguridad, los guantes son fundamentales. –Continúa. Pongo los ojos en blanco, pero él sigue hablando. — Te dañarás los dedos. Puedes sufrir daños en los nervios.

— Ya los tengo. –Digo encogiéndome de hombros.

— ¿Ya tienes daño en los nervios?

— Probablemente.

— ¿Cómo lo sabes?

— Bueno, he estado haciendo esto durante nueve- quizás ocho años, así que sí, mis dedos probablemente ya estén un poco jodidos. –Digo, encontrando su mirada. — Estimación fundamentada.

Levi no se deja intimidar. — Diez años y nunca has usado guantes.

Su preocupación por las yemas de mis dedos dañadas es más molesta de lo que esperaba.

— Sí, los he usado. –Digo haciendo una pausa en mi intento de quitarme el guante de las yemas de los dedos. — Pero los guantes no eran eternos, por lo cual se rompieron. Luego probé el viejo par de mi papá. Me tomó un tiempo acostumbrarme a ellos de nuevo y mi precisión estuvo arruinada durante días. Esos fueron días donde no pude conseguir comida, días de no conseguir algo para intercambiar en el mercado. Significa que pase días sin comer, no podía seguir usando los jodidos guantes.

Arcade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora