Capitulo 20

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Levi y yo caminamos a través de todo el bosque buscando la parte que se entrelaza profundamente en el bosque y cerca del borde de la arena.

Solo me quedan tres flechas. Solo debería necesitar una, así que eso es suficiente, al menos. Pero tendrá que estar perfectamente sincronizado, por lo que deberé llegar allí con suficiente tiempo para prepararme y asegurarme de estar en un buen lugar.

Realmente espero que este sea el plan para salir de la arena, porque sobrevivir en este páramo infernal definitivamente no es lo ideal.

Levi suelta mi mano. Hace sus hombros hacia atrás, girando su muñeca en un círculo para deslizar su katana por el aire. — ¿Hacia donde? –Pregunta, entrecerrando los ojos ante el sol.

Frunzo el ceño hacia el cielo. El sol aún no está directamente sobre mi cabeza, lo cual es bueno, pero llegará allí más temprano que tarde. Juzgo la posición del sol, averiguando en qué dirección está el este, y señalo el oeste. — Por aquí.

— No puedo creer que puedas simplemente mirar el maldito sol y saber a dónde vas. –Se queja Levi, siguiendo mi paso. 

— ¿Qué, como si fuera difícil?

— Bueno, no sabía que era una cosa hasta que apareciste. 

Armin parecía saberlo también, así que no era solo cosa mía. — Daba la vuelta todo el tiempo en los bosques. –Digo acelerando un poco el ritmo mientras caminamos. — Usaba el sol para averiguar qué camino me llevaría de regreso. El sol nunca miente.

— ¿Qué pasa con los días nublados? ¿O la lluvia?

— Supongo que hay algo de problemas. Pero por lo general salía bien.

Levi asiente. — ¿Crees que llegaremos a tiempo?

Frunzo el ceño, mirando hacia el cielo.— Tal vez tengamos una hora y media, eso si tenemos suerte. –Confieso. — Así que no estoy segura. –Se me ocurre algo y volteo a ver a Levi. — Siempre podríamos acortar camino pasando por el río más cerca de la montaña. –Sugiero con cuidado. — Ya sabes, para ahorrarnos tiempo.

Levi me mira fijamente. Hay algo en su mirada que me pone la piel de gallina.— Deberíamos ceñirnos al plan. –Dice con firmeza. — Armin tiene razón. No queremos quedar atrapados en esto.

Así que tengo razón. Definitivamente podría encontrar un lugar a lo largo del río en cualquier lugar y hacer el tiro, pero vamos a esa área específica por una sola razón: el campo de fuerza. Ese lugar en particular está cerca del campo de fuerza. Se trata del borde de la arena.

No estoy disparando al río en absoluto. Estoy disparando esa carga al campo de fuerza que encierra la arena para hacerlo estallar.

— Correcto. –Estoy de acuerdo. — Estamos más seguros cerca del borde de la arena.

Levi asiente. Hay casi una especie de alivio en su mirada, como si estuviera contento de que finalmente lo entienda. — Correcto. –Confirma. — Estamos más seguros allí.

Me detengo y miro hacia atrás, justo al carrete y este ya no se mueve. — Supongo que ya llegaron a la cima.

— Deberíamos enterrarlo en el suelo. –Levi se agacha. — O bien, cuando sigamos podría levantarse y todo el que vea hacia arriba lo vería. No necesitamos esa atención.

Frunzo el ceño, pero tiene un punto justo. — Encuentra un lugar blando en el suelo. –Sugiero, y me quito la mochila del hombro. — Tengo una idea.

— Por supuesto que sí. –Murmura mi aliado, lo que hace que mis labios se contraigan.

Rebusco en mi mochila hasta que encuentro ese cuchillo, el que me dio esa chica con la que pelee en la cima de la montaña. Envuelvo el cable alrededor de la empuñadura y, después de inspeccionarlo darme cuenta que será demasiado grueso para romperse, lo envuelvo un par de veces alrededor de la hoja. — Ponlo en el suelo. –Le digo a Levi, entregándoselo. — Tan abajo como puedas.

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