Capítulo 43

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Todo se siente como un borrón en mi mente. No soy consciente del momento en el que subimos al avión, ni mucho menos soy consciente del momento en el que bajo del mismo. Es como si mi cuerpo se moviera por si solo, en modo automático.

De lo único que soy lo suficientemente consciente es de decirle a Erwin que se vaya a la mierda y que no quiero ser partícipe de su estúpida reunión para saber cómo salió la misión.

Saludo a Porco y a Petra quienes me reciben pero al ver mi animo deciden darme mi espacio y prometo que les contaré todo luego.

Es así como finalmente me encuentro caminando hacia mi habitación, no quiero saber de nada, ni de nadie. Me quito el traje y tomo un baño, me quedo bajo la regadera por un tiempo y me permito llorar. Si solo lo acumulo me hará daño, debo de sacar esta frustración de algún modo y siento que llorar es la única manera en la que puedo hacerlo.

No tengo idea de cuánto tiempo pasa cuando ya no siento tristeza, si no coraje, odio, y más odio hacia Rod y si de mi dependiera yo sola iría hasta el Capitolio para matarlo y torturarlo de la peor manera posible.

Salgo del baño, me visto y me acuesto en la cama para tratar de descansar y no pensar en nada ni nadie, pero de un momento a otro Levi regresa a mi mente. Él dijo que iríamos a la pradera y creo que entenderé si él no quiere salir.

Aunque en el fondo yo lo necesito, quizás cazar un poco, respirar otro tipo de aire me vendría bien. No sé, necesito mantenerme ocupada o de lo contrario voy a sobre pensar demasiado la situación y no es exactamente lo que quiero en este momento.

¿Debería ir a buscar a Levi? ¿Debería-

El golpe en la puerta me hace regresar a la realidad. Suspiro y me levanto de la cama, camino hasta la puerta y es entonces que veo al dueño de mis pensamientos parado frente a mi.

Me ve atento, seguramente para saber si soy mentalmente estable o algo como eso. — Estoy mejor de lo que piensas. –Hablo y alza las cejas, por supuesto que no va a creerme. — Lo digo en serio.

— Bien, ¿aún quieres salir o prefieres que nos quedemos aquí?

— ¿Podemos salir? –Digo y me acerco a tomar un sudadero.

— Nos estamos escapando. –Responde. — Erwin no lo autorizo pero-

— Nos importa una mierda lo que Erwin diga o piense. –Interrumpo, me pongo el suéter y camino para estar a su lado de nuevo.

— Exacto, entonces. ¿Nos vamos?

Yo asiento, cierro la puerta detrás de mi y lo sigo. Como no se con exactitud a donde vamos, dejo que abra camino. Llegamos a un conjunto de enormes puertas de metal que se abren al aire libre, y solo poder contemplar un bosque enorme es suficiente para hacerme suspirar aliviada. El bosque en el Distrito 8 no había sido el mismo y apenas había estado en el por unos minutos, esto se siente más como en casa. 

Levi sigue a la cabeza, deambulando por el bosque durante un rato hasta que escucho el agua corriendo. Levi me dice que guíe y lo hago, dirigiéndome hacia el arroyo, y camino a lo largo de un camino. Ninguno de los dos decimos mucho, pero no me importa, es algo en su presencia lo que me hace sentir segura, no algo en sus palabras. Pero esas también son agradables.

Eventualmente, llegamos a una parte del río que me hace detenerme. Hay una roca lo bastante grande como para poder sentarme a la orilla y meter mi mano en el agua.

— Esto- esto lo he visto. –Digo en voz baja. — Lo veo en mis sueños.

Miro hacia lo alto de la colina, lejos del río. Efectivamente, puedo ver un prado, el prado de mis sueños, pero ahora se que existe, que es real y estoy aquí. Miro a Levi sonriendo, y comienzo a caminar hacia él

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