Capítulo 41

40 11 79
                                    

Siento que puedo respirar un poco más tranquila cuando estoy fuera de la sala de operaciones. Las implicaciones de la conversación comienzan a asimilarse: podría tener el metraje que deseo tan desesperadamente tan pronto como esta noche.

Me pregunto si Erwin tomará en serio mis palabras o si me hará esperar hasta mañana o algo así. Pero creo que tengo razón al decir que él me necesita más de lo que yo lo necesito a él, y creo que él lo sabe.

Envalentonada, me dirijo a mi habitación para poder cambiarme a algo mucho más cómodo y luego me dirijo hacia la sala de entrenamiento. Hange me dijo cómo encontrar la sala antes, pero descubro que mis pies casi se mueven por si solos para llegar a la instalación. Cuando llego allí, veo algunas caras conocidas: Mikasa, Eren y Armin. Al menos no estoy totalmente sola aquí.

Es así como inevitablemente termino rotando hacia ellos. Le enseño a Mikasa a como disparar con un arco y ella me ayuda a mejorar con algunas técnicas de combate. Eren también me enseña algunas pero estoy segura que Mikasa es mucho mejor maestra.

Luego pruebo una nueva sección de tiro con arco, el encargado del área me dijo que ya la había utilizado antes, aunque no recuerdo haberlo hecho.

El área es más interactiva, con hologramas que simulan ser rivales y es mucho más entretenido que solo pararte frente a una diana y tirar para pegarle al centro.

Cuando terminó con el entrenamiento del día, me dirijo hacia la cafetería, quería cenar con Petra pero ella estaba ocupada por lo cual terminó tomando mi comida y camino de nuevo a mi habitación.

Me detengo un momento enfrente de la habitación de Levi, debato por un momento si el tocar la puerta o no, pero decido no hacerlo. Quiero resolver esto por mi cuenta, no puedo seguir dañándolo. No después de todo lo que ha hecho por mi.

Dejo la bandeja con comida sobre la mesa y decido ir a tomar un baño primero, luego de eso me pongo cómoda, por lo cual optó ponerme unos pantalones de chándal grises y quedarme únicamente con el sostén deportivo.

Una vez vestida, tomo la toalla y seco mi cabello. Estoy en esa tarea cuando la puerta de mi habitación es abierta de golpe. Pero me relajo al ver a Hange parada en la puerta mientras que su mano derecha aún sujeta el picaporte.

— ¡Los tengo! –Es lo primero que grita antes de que pueda pronunciar una palabra.

No tengo tiempo de preguntarle ¿qué es lo que tiene? Antes de que entre casi tropezando con sus propios pies cuando se acerca a mi. Hange tiene un pequeño equipo de color negro en la mano, que conecta al lateral de la Tablet. Al hacerlo, aparece una barra de carga, que miro fascinada hasta que se carga por completo y aparece una carpeta.

— Aquí, aquí. –Dice Hange emocionada, tocando la carpeta. Aparecen unas pocas docenas de carpetas. — ¡Sí, sí, sí! ¡Los tenemos!

— Los tenemos. –Repito, mi cerebro se mueve un poco lento. — ¿Qué tenemos?

Hange se ríe. — ¡Los juegos! Todas las imágenes de los juegos. Todas están marcadas con fechas y horas, y... –Hange elige una. Lo abre y salen decenas de opciones. — Y estas son todas las cámaras.

— ¿Todas las cámaras?

— ¡Sí todas! –Hange agarra mis hombros, apretándolos y sacudiéndome un poco. — ¡Lo tenemos! ¡Lo tenemos todo!

Mis labios se separan. Así que Erwin cumplió con su palabra. Él consiguió el metraje para mi. Eso fue rápido, debo reconocerlo.

— No lo puedo creer. –Murmuro y seleccionó una cámara al azar. Aparece una toma de un bosque; no hay movimiento excepto una ardilla que corre a lo largo de una rama. — Mierda. Hange, gracias, muchas gracias-

Arcade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora