Capítulo 46

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Todo se siente como un borrón en mi mente, me siento física y mentalmente agotada. Ya que Erwin tiene su plan maestro justo en la mañana, por lo cual con todo el pesar del mundo tuve que separarme de Levi.

Era claro que ninguno de los dos quería hacerlo, más sin embargo tuvimos que. Las personas se organizan en escuadrones, se dan asignaciones, se dan horarios de entrenamiento. Todo se decidirá mañana.

Escucho. Entreno, aprendo el plan. Me reúno con el equipo técnico y hago bien mi trabajo hasta el final del día cuando finalmente puedo reunirme con Levi y los dos podemos salir del búnker, sabiendo sin comunicarnos verbalmente que ambos solo queremos pasar una última noche ignorando al mundo.

Y es... extraño.

El asalto al Capitolio es mañana. Levi y yo estamos pasando la última noche de paz antes del gran día en nuestro prado, acurrucados uno al lado del otro. Levi está sobre su espalda y yo estoy pegada a su costado, mi cabeza en su hombro y su brazo alrededor de mi hombro. Uno de mis brazos está suelto sobre su estómago. Estoy cómoda aquí.

Esto en particular no es extraño. Estoy acostumbrada a esto ahora, eso gracias a que e ido recordando más cosas sobre nosotros con el paso del tiempo. Estar con Levi, estar cómoda a su lado. Surgió de forma natural, es bueno saber que a pesar del plan del Capitolio para joderme no salió como esperaban.

Lo que para mi es extraño es que mi sueño más grande sucederá mañana, finalmente tendré la oportunidad de derribar a Rod Reiss y al puto Capitolio, pero todo lo que quiero hacer ahora es quedarme aquí en el prado.

Por primera vez en mi vida, he encontrado algo que deseo más que una oportunidad de venganza. 

Quiero a Leví. 

Y eso es lo que me resulta extraño. Mi sueño más grande solía ser la cabeza de Rod Reiss en una estaca. Ahora, sueño con más días en este prado, Levi a mi lado. ¿Qué fue lo que me pasó?

— Te odio. –Murmuro enterrando mi rostro en su pecho.

Él ríe. — ¿Que hice ahora?

— Me hiciste suave.

— ¿No lo eras ya?

Lo golpeo suavemente y él me pellizca el brazo en señal de protesta. — Se supone que mañana será todo lo que he soñado. –Murmuro. — Una oportunidad de venganza y una buena. Un ejército, listo para derribar el Capitolio. Mi oportunidad de poner una flecha entre los ojos de Rod Reiss. Pero...

Suavemente, suspiro. Los dedos de Levi están dibujando círculos sin rumbo en mi brazo.

— Te odio. –Repito. — Porque ahora todo lo que quiero hacer es estar a tu lado.

Levi exhala de nuevo, casi como una risa, y siento que sus labios tocan la parte superior de mi cabeza. — Así que ahora es estúpido.

Pongo los ojos en blanco, aunque él no puede ver mi rostro desde este ángulo. — Eres estúpido.

— ¿Yo? –Dice y suena divertido. — Tú eres la estúpida.

— Estoy segura de que eres más estúpido.

Besa la parte superior de mi cabeza de nuevo. Entonces, lo escucho inhalar, como si estuviera pensando en algo que decir. Le doy tiempo y, finalmente, habla: — Es agridulce. –Murmura Levi. 

— ¿Qué cosa?

— Me estás diciendo que me odias y ciertamente yo no te odio.

Hago una pausa, considerando de repente el peso de lo que he dicho.

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