Capítulo 28

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Advertencia: Mención de abuso infantil y abuso sexual implícito. Absolutamente nada gráfico, pero está implícito. La historia de fondo de Finnick Odair es a lo que me refiero aquí. Su pasado merecía mucha más atención de la que recibió.

Sin nada más que agradar, continuamos.

《 ☆ 》


— ¿Te sientes mejor? –Pregunta Levi y yo asiento.

— Mucho mejor que ayer. Sin dudas.

— ¿Eran amigos cercanos?

— Se puede decir que éramos como de la misma camada. –Digo en broma. — Nuestros padres eran amigos así que inevitablemente éramos unidos.

— Lamento tu pérdida. –Murmura colocando su mano sobre mi rodilla y yo forzó una sonrisa.

— Gracias por quedarte conmigo, yo- no-

Me quedo callada sin saber exactamente qué decir. No quiero seguir porque es probable que llore de nuevo y no quiero, no por ahora.

— ¿Ya hablaste con Petra?

— Yo no- soy una cobarde. –Digo y se que ellos eran mucho más unidos a Petra. Esto debe ser peor para ella. — Cuando regresemos, iré a hablar con ella.

Levi asiente y se pone de pie, extiende su mano hacia mi por lo cual la tomo. Ambos caminamos y nos sentamos en la hierba del prado. Escuchando el río correr.

— Esto ha sido... esto ha sido tan perfecto. Realmente lo necesitaba. –Frunzo el ceño. — ¿Cómo lo supiste?

— Adivine.

— ¿Así?

Levi me mira. — Estás más inquieta y ansiosa dentro del búnker, perdón jaula... –Me río al escuchar repetir el término con el que llame al búnker. — ...Del Distrito 13 que cuando estábamos en los malditos Juegos del Hambre. Por alguna estúpida razón. Me imaginé que te gusta el aire libre un poco más de lo que te gusta estar confinada.

Joder, me conoce terriblemente bien. Es extrañamente observador. — Estás loco. –Murmuro, y sus labios se contraen. — Qué mierda, Levi. Eres un jodido observador.

— Solo por lo que de verdad me importa.

Es tan... dios. Es muy amable conmigo y siento que apenas le he devuelto el favor. — Has hecho tanto por mí. –Murmuro jugando con la piedrecita. — Dios, Levi. Siento que no he hecho nada por ti.

— Entonces eres estúpida como el infierno.

— Hablo en serio. –Insisto. — Me has leído muy bien, me has ayudado a superar... bueno, ahora a superar un montón de mierda. Y yo simplemente no... realmente no he ni arañado la superficie contigo.

Levi está rígido a mi lado. Eventualmente, dice: — No sientas que tienes que hacer nada por mí.

— Yo quiero hacerlo. –Me encuentro con sus ojos. — Realmente lo hago. Incluso si solo estoy escuchando.

Él no responde a eso. Pero me está mirando, sus bonitos ojos grises se encuentran con los míos. Hay inquietud en su mirada, y algo me revuelve el estómago.

Intento encontrar más palabras. — Mencionaste que has lidiado con la ansiedad. –Digo lentamente, tratando de asegurarme de no decir nada malo. — Y eso de ser un gladiador del Capitolio fue horrible. Y no me debes decir nada, obviamente, pero si quieres hablar, estaré feliz de escuchar.

Ya he hecho mi parte. Si todavía no quiere hablar, está bien, tiene que ser su elección. Tal vez pueda encontrar otras formas de ayudarlo como él me ha ayudado a mi. Ser igual de observador como él.

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