Capítulo 29

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Levi y yo nos quedamos sentados en la hierba durante mucho tiempo, sin hacer nada más que disfrutar de la presencia del otro. Hablo un poco más sobre mis amigos y él me cuenta un poco más sobre su pasado; es bueno para los dos.

Y cuando nos ponemos de pie, listos para emprender el camino de regreso, me siento mejor, algo confundida por la teoría que puedo ser la última Fritz y eso, pero trato de no pensar mucho en ello.

Me pregunto si Levi sabe cuánto significó todo esto para mi, aunque creo que lo sabe.

En el camino de regreso, encontramos algunos pavos y disparo a algunos para llevarlos al búnker. Al menos hace que mi viaje sea fructífero, tal vez me dejen salir de nuevo. O tal vez no tenga que esperar a que me "dejen" hacer algo. Tal vez simplemente me vaya y vea cómo tratan de detenerme.

Cuando regresamos, Levi presiona un botón en la pared y, después de una breve espera, las puertas se abren. Entramos y dejo caer los pavos muertos al suelo, y Levi agrega los que el traía y reunimos cinco en total. 

— Maldita sea. –Dice uno de los guardias, impresionado. Es un hombre alto, de piel trigueña y cabello castaño al igual que sus ojos. — ¿Un viaje de caza exitoso?

— ¿Viaje de caza? –Pregunto con el ceño fruncido.

Hace un gesto a los pavos muertos. — ¿No era eso por lo que saliste? Regresaste con un botín decente.

Me encojo de hombros. — No realmente, pero encontramos esto en el camino de regreso. Los mate hace unos diez minutos.

Hace una pausa. — Tal vez deberías unirte a nuestros equipos de caza entonces.

Me ánimo. — ¿En realidad?

— Ella tiene otras responsabilidades, Samuel. –Dice el otro guardia, poniendo los ojos en blanco. Él es un hombre de estatura superior a la media. Muestra algunas arrugas en su cara. Tiene el cabello y ojos de color marrón. — Sinsajo tiene mejores cosas que hacer que cazar.

— Absolutamente no. –Digo con firmeza. — ¿Cuándo es la próxima salida de caza?

Puedo escuchar a Levi murmurando "por qué no me sorprende" detrás de mi, y mis labios se contraen. Los dos guardias se miran y luego me miran a mi.

— ¿Hablas en serio? –Pregunta el chico que ahora se que se llama Samuel.

Me encojo de hombros. — Esto solo me tomó diez minutos. Solo espera y verás lo que puedo hacer en unas pocas horas.

Se miran de nuevo. Detrás de mi, Levi espeta: — Por el amor de Dios, si no la dejan ir, se escabullirá de todos modos.

— Tiene razón. –Estoy de acuerdo, señalándolo. — Lo haré.

Uno de los guardias se encoge de hombros: veo el nombre bordado en su uniforme y veo que se llama Daz. — La próxima cacería es en dos días a las 6 am. –Dice. — Si quieres unirte, aquí estaremos.

— Genial. –Digo con entusiasmo. — Estaré aquí.

Levi y yo dejamos los pavos y armas en las hábiles manos de los guardias y volvemos al búnker. Me siento mejor, significativamente: pasar todo el día afuera, alejarme un poco de mis responsabilidades y hablar con Levi fue muy agradable. Y la promesa de una cacería en unos días ciertamente ayuda.

Pero debo ver a Petra. No quiero enfrentarla, enfrentar todas las consecuencias de la misión de ayer, pero necesito hacerlo.

— ¿Estarás bien? –Levi pregunta cuándo le digo a dónde voy.

Yo asiento. — Sí. Tengo a Petra, estaré bien.

Me mira fijamente por un momento, como si estuviera tratando de decidir si hablo en serio o si solo estoy atrapada en mi orgullo. — ¿Estas segura? –Pregunta, juntando las cejas. Después de un momento, agrega: — Estás realmente bien, ¿real o no real?

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