La amante de Freen Sarocha

Todo estará bien

Narra Freen.

-Mi amor...-Me levanto para acercarme a ella. La necesito tanto en estos momentos.

Siento tanta rabia, no puedo hacer nada por nosotras. Me tengo que casar, no sé cómo lo tomará Becky, me odiará, de eso estoy más que segura.

-¿Qué te dijo ese estúpido hombre?-Puso sus brazos alrededor de mi cuello, yo la tomé de la cintura y puse mi rostro en su hombro, disfrutando el aroma de su perfume.

-Nada importante amor, cosas de trabajo.-Por primera vez, le mentí.

-Todo estará bien.-Me sonrió, puse mi mirada en ella.

Tan inocente, ella no tiene nada de culpa en esta mierda. Soy un asco.

Mis ojos se pusieron rojos ¿Quería llorar? Mierda, no me gusta llorar.

Becky frunció el ceño y rápidamente puso sus manos en mi cara.-Freen, cariño ¿Pasa algo?-Estaba preocupada.

-Nada estará bien Becky, nada.-Joder, tenía ese nudo en la garganta, quería llorar pro que ya no la tendría otra vez conmigo.

-Freen ¿Qué está pasando?-Me miro con preocupación en sus ojos.

-Nada....sólo que, odio esto.-Me miro con el ceño fruncido.

-¿Qué me ocultas?-Preguntó.

Me casare, y no quiero, no quiero hacerle daño. Ella se mira tan feliz, le arruinare la vida.

-La empresa está quebrando.-Volví a mentir.

-Oh.-Se sintió cierto alivio en sus palabras.-Amor, todo estará bien, tú siempre sales adelante.-Me sonrió.

Odiaba mentirle, pero era lo mejor.

-Si, tienes razón hermosa.-La tome de la cintura y la acerque a mí, necesitaba sentir sus labios contra los míos.

Becky me sonrió y puso sus brazos en mi cuello para luego acercarse a mí y besarme. Esos besos que me llevan al cielo, y que, por un instante me hacen olvidarme de toda la mierda que estoy pasando.

Después del beso, Becky me sonrió.-Necesitamos trabajar señorita Sarocha.

Reí un poco.

-No señorita Armstrong, creo que hoy tú y yo nos tomaremos el día libre.-Le di un tierno beso en la frente.

Becky sonrió y se le iluminaron sus hermosos ojos.-¿Hablas en serio?-La tomé de la cintura y reí.

-No nena, a trabajar.-Rápidamente la sonrisa de Becky se esfumó e hizo una mueca para luego asentir con la cabeza.

Se separó de mí, y se dirigió a la salida, pero la detuve abrazándola por la espalda.

Mordí su oreja y luego le susurré.-Es broma nena, ¿Salimos?

Becky de giro para verme y asintió.-¿Qué le digo a Heidi?

Rodé los ojos, odio esa mujer.-Dile que se joda.

Becky río y luego rodo los ojos.-Ya en serio, ¿Qué le digo?

Pensé en alguna excusa buena y bingo.-Dile que irás a otra empresa, que te encargué unos papeles con el dueño de esa empresa y tendrás que ir.

-Buena idea señorita Sarocha.-Me sonrió para luego darme un corto beso y dirigirse a el escritorio de Heidi, yo la seguí y me oculté para ver que le decía.

-Hola nena.-Le sonrió Heidi, sólo yo le digo nena.

-Hola.-Le sonrió Becky, esa es mi chica, no le dice amor.