Dos días para la boda

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Narra Becky.

-Demonios.-Gruño de repente al sentir la luz del sol en mi rostro; froto un poco mis ojos para después estirar mis brazos al aire y soltar un suspiro de relajación. Rápidamente me siento en la cómoda cama y giro mi rostro hacia la pequeña mesa café que se encuentra a mi lado para después tomar mi celular.

-¡Oh mierda!-Abro los ojos como platos al ver la hora que era, tenía exactamente media hora para estar lista antes de que Freen llegara por mí. Doy un salto de la cama y rápidamente me dirijo a la ducha, espero a que el agua esté tibia para meter mi cuerpo y comenzar a ducharme. Jamás había tenido una ducha tan rápida en mi vida, pero eso me pasaba por no poner alarma antes de dormir.

Lanzando toda mi ropa a la cama sin saber qué ponerme, encontré un vestido de tirantes, color rojo que me llegaba a mitad de los muslos y con un hermoso escote que dejaba un poco a la vista mis pechos; mordiéndome el labio sonreí, me vería fabulosa. Después de ponerme el vestido, me maquille un poco, logré que el delineado me saliera perfecto y estaba demasiado orgullosa de ello, además, llené mis labios de labial rojo, mis pestañas de rímel y mis pómulos de rubor, al terminar, me miré por última vez al espejo y me mandé un beso a mí misma, sí, me veía fabulosa. Corrí hacia mi armario a buscar unos tacones que quedaran con el vestido, opté por unos tacones negros de aguja.

Tomé mi bolsa negra para después ir a mi cama a por mí celular cuando de repente se escuchó el timbre de mi casa, Freen ya había llegado.

Tomé mi celular rápidamente y le envié un mensaje a Heidi, aunque sabía que no la vería porque también sería su despedida de soltera. Bajé rápidamente las escaleras y me detuve enfrente de la puerta antes de abrirla, di un gran suspiro para después susurrar para mí. -Todo saldrá bien.-Con cuidado abrí la puerta para observar a Freen con una camisa blanca, con un jean negro y una enorme sonrisa. Era tan jodidamente sexy. Rápidamente sacudí mi cabeza para salir de mis pensamientos, debo parecer idiota. -Buenos días, Sarocha.

Narra Freen.

Me quedé ahí, hipnotizada por su belleza, se veía extremadamente sexy, ella era la definición de perfección. Pude notar que estaba un poco nerviosa, pues rápidamente comenzó a sonrojarse, tan linda.

-Buenos días, Armstrong.-Le sonreí y tomé su mano para depositar un pequeño beso en ella.-Te ves preciosa.

-Gracias, tú no te ves mal.-Me sonrió tímidamente.

Alcé mis cejas hacia ella.-¿De verdad? Sólo...¿no me veo mal?-Solté una pequeña risita la cual ocasionó que Becky me diera un golpe con su codo.

-Basta Freen, esto es vergonzoso me siento una adolescente.-Me miró haciendo un puchero el cual me hizo sonreír.

-Al menos di que me veo jodidamente sexy.-La reté mientras la guiaba hacia mi coche.

-Ese ego Freen...-Me lanzó una mirada amenazadora para después subir al coche. Cerré su puerta y rodeé el coche para después subir a al otro lado.

-Vamos, admítelo.-La miré esperando su respuesta.

Becky rodó los ojos para después sonreír mientras mordía su labio inferior.-Te ves jodidamente sexy, Freen.

Di una gran sonrisa para después posar mi mano en su mejilla, en el momento que ella menos se lo esperaba, la atraje hacia mí y la besé.-Lo sé, preciosa.-Ella se sonrojó y simplemente asintió con su cabeza sin decir nada, sonreí, ella era tan linda.

-Se podría saber...¿a dónde me llevas?-Me miró curiosa.

-Ya conoces el lugar, iremos a mi lugar favorito, ¿te gusta la idea?-Posé mi mano sobre su pierna.

-Me encanta.-Colocó su delicada mano encima de la mía para después sonreírme.

Esperaba que hoy fuera un día perfecto para las dos, sería la última vez que estuviéramos juntas, sería nuestra despedida y en realidad esperaba que este día jamás acabara, no quería regresar a mi infeliz vida.

Después de un largo viaje en coche, llegamos a nuestro destino. Salí del coche para dirigirme a abrir la puerta de Becky y tomar su mano para ayudarla a salir.-No me canso de decirte que te ves hermosa hoy.-Y era verdad, quería que recuerde este día y que siempre recordara lo hermosa que era.

-Gracias, tú te ves perfecta, como siempre.- Becky se giró hacia mí y depositó un rápido beso en mi mejilla.

-Eres tan adorable.-Tomé su rostro con mis dos manos para después depositar un beso en sus labios, rápidamente el beso se intensificó mientras yo tenía una de mis manos en la nuca de Becky, la otra de posaba en su espalda, mientras ella tenía sus brazos enrollados en mi cuello. Nos separamos por falta de aire.-Iré por las cosas que están en el coche.

-Si.-Ella asintió, rápidamente bajé toda la comida, el vino y un lindo mantel; hoy tendríamos un picnic, amaba charlar con Becky y que mejor que un picnic para hacer ese tipo de cosas.

-¿Dónde nos pondremos?-Preguntó Becky mientras me ayudaba cargando el mantel.

-Ahí es perfecto ¿no?-señalé un lindo lugar lleno de tulipanes y césped que tenía una impresionante vista a la ciudad.

-¡Tienes razón!-Dijo emocionada para salir corriendo a colocar el mantel sobre el césped. Se veía tan linda.

Acomodamos todas las cosas encima del mantel para después sentarnos en él, toda la tarde nos la pasamos charlando de diferentes cosas mientras reíamos, de vez en cuando le robaba besos a Becky lo cual hacía que ella se sonrojara y yo soltara carcajadas. Pareciese que éramos novias, que nada de lo que hemos pasado existiera, solo ella y yo.

Había un hermoso atardecer enfrente de nosotras, mientras ella miraba el cielo lleno de colores con tanta emoción, yo la miraba a ella, pues no había nada más perfecto que ella.

-Es gracioso ¿no?- Becky seguía mirando al cielo mientras tenía una triste sonrisa en su rostro. La miré confundida.

-¿De qué hablas?-Pregunté.

-Pareciese que somos demasiado felices, cuando la realidad es otra.-Me miró directamente a los ojos, su rostro mostraba su tristeza y decepción. Suspiré y pasé mis manos por mi cabello.

- Becky yo no...-

- Becky yo no quiero hacerte daño, entiende, es por tu bien. La misma mierda de siempre, Freen.-Dijo tratando de imitarme, pasó su mano por su cabello mientras me daba una sonrisa de lado.-Estoy cansada de tus malditas excusas.

-Lo sé, es por eso que...-Traté de decir, pero nuevamente fui interrumpida.

-¡Freen, basta!-La miré detenidamente, tenía sus ojos cristalinos, sabía que pronto lloraría.-Basta de mentirme, de ilusionarme, es una jodida mierda todo esto. Te amo, te amo demasiado, pero esto duele y vaya que duele mucho.-Soltó el llanto haciendo que mi corazón doliera.

-Preciosa no llores...-Traté de acercarme a ella, pero ella se alejó.

-No, Freen, no soy tu preciosa, tú ni siquiera me quieres.-Comenzó a llorar más mientras trataba de limpiar sus lágrimas.

-Claro que te quiero Becky...-No sólo la quería, la amaba, pero en realidad no sabía qué hacer con toda la mierda que estaba pasando, todo esto era por su bien.

Ella río débilmente para después negar con la cabeza.-Si me quisieras lo demostraras y no lo haces.-Secó sus lágrimas para después mirarme seriamente.-Cuando quieres a alguien no lo lastimas, Freen.-Tomó sus cosas y se levantó de donde estaba.-Este es el último día que vuelves a saber de mí, Sarocha. Fue un gusto conocerte y no me arrepiento de entregarme a ti, porque yo si te amé y te amaré por siempre. Que tengas una excelente vida de casada.-Intenté detenerla antes que se diera la vuelta, no podía dejarla ir sola.-Freen, suéltame, pediré un taxi a casa, no quiero estar contigo. Por favor.-Sabía que hablaba en serio así que la dejé ir, mientras veía su cuerpo desaparecer, sus palabras resonaban en mi cabeza.

"Si me quisieras lo demostraras" y tenía razón, soy una cobarde que no le había demostrado cuanto la quería ¿de verdad era tan cobarde para perder al amor de mi vida?, después de pensar las cosas por horas y horas, tomé una decisión. Tomé mi celular y marqué aquel número.

-Necesito hablar contigo, es sobre Becky.

La amante de  Freen SarochaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora