Hasta que la muerte nos separe

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Narra Becky.

Tristeza es el único sentimiento que tengo el día de hoy.

Se supone que este día es especial, es mi boda, debería estar feliz de cumplir este sueño que tuve desde pequeña, pero es todo lo contrario, no lo estoy disfrutando para nada, mi mente solo se enfoca en una persona, Freen Sarocha.

¿Cómo se estará sintiendo ella? ¿Está feliz? ¿Esto era lo que ella quería? Simplemente estoy tan confundida, no logro entender el por qué quiso comprometerse con Faye de la noche a la mañana, por que terminó con lo nuestro y porque, aún así, me seguía buscando. Por más vueltas que le doy a todo esto, no logro entender mucho. Solo sé que hoy se acabó todo, se acabó lo nuestro definitivamente y no hay vuelta atrás.

Me miro en el espejo de cuerpo completo que se encuentra frente a mi cama, contemplo el hermoso vestido blanco que llevo puesto, el maquillaje, el peinado, todo es hermoso, es sutil y elegante puedo decir que me veo como una completa princesa.

Paso mis manos sobre el vestido intentando alisarlo un poco mientras doy un pequeño suspiro.

-Definitivamente te ves hermosa, cariño.-Giro mi cabeza hacia la puerta de mi habitación para encontrarme a mi madre recargada con una pequeña sonrisa en su rostro.

Mi madre es la mujer que más admiro en este mundo, es una mujer muy hermosa y siempre me apoyo cuando le dije que me gustaban las mujeres siempre está para mí.

-Gracias, mamá.-Le doy una media sonrisa para volver a verme en el espejo.

-Para ser tu boda no te ves muy feliz, hija.-Da una pequeña risa y se acerca un poco más a mí.-¿Estás segura que esto es lo que quieres?

Mi madre me conoce como nadie más en este mundo, a ella no podría mentirle ni, aunque quisiera.

-La verdad es que no.-Suspiro.-No quiero casarme mamá, no es ella a quien amo.

-¿Hay alguien más?-Me mira con el ceño fruncido.

Asiento y siento mis ojos picar.-La hay, desde hace mucho tiempo que la hay.

Mi madre suspira y toma mis manos.-Puedes luchar por ese alguien, que no te importe la gente, todavía estás a tiempo cariño...

-No, mamá. Mi tiempo se terminó, en este momento Freen debe estar en el altar con...su esposa.-Cierro los ojos por un momento para evitar llorar.

Mi madre me da un abrazo que correspondo al instante, para luego tomar mi mejilla con su mano derecha.-Entonces es un amor no correspondido.-Asiento y ella suspira.-Aun así, cariño, no le puedes hacer esto a Heidi, es un buena chica y no merece casarse con alguien que no la quiere, no seas egoísta Becky, si tú no pudiste estar con el amor de tu vida, por lo menos deja que ella encuentre a la suya.

La miro detenidamente y tiene toda la razón, he sido una egoísta con Heidi en todo este tiempo, sé que le romperé el corazón, pero es lo mejor para ella saber la verdad, tengo que dejar mis juegos y confusiones de una vez por todas. No puedo dejar que ella se case con alguien que no la ama, merece ser feliz, que yo no lo sea no significa que Heidi deba pasar por lo mismo que yo.

Observo a mi mamá, mientras mi cabeza da miles de vueltas tratando de encontrar las palabras correctas que le diré a Heidi. De repente, lo tengo todo claro, puede que me odie por lo que le diré, pero sé qué es lo mejor para ella y para mí.

-Vamos al lugar de la boda, mamá. Heidi necesita saber toda la verdad.

Mi madre me sonríe y asiente, me da un fuerte abrazo para que después las dos bajemos hacia el coche que nos llevará al lugar.

La amante de  Freen SarochaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora