Narra Becky.
Sólo tres días, en realidad no sé qué sentir al respecto. Sólo tres días para mi boda y también para la boda de la persona que más amo, Freen Sarocha. Todo a pasado tan rápido, sólo sé que estoy aquí, parada enfrente de su oficina con los nervios al cien por ciento y mi corazón al mil. Sólo estoy mirando esta puerta gris que está enfrente de mi con un pequeño letrero color negro que tiene grabadas las palabras Sra. Sarocha.
Doy un largo suspiro cerrando los ojos y me mentalizo que todo va a estar bien. Tengo que dejar en claro todo lo que pasó entre nosotras y el porque me dejó así, tan de repente. Necesito despedirme de mis sentimientos hacia Freen y por fin entregarle mi corazón a Heidi.
Son las doce de la madrugada y sé que está aquí. Heidi me lo dijo porque se quedó a trabajar con ella hasta tarde, pero Heidi ya se fue iría a descansar así que aproveche para poder hablar con Freen. Dicen que las personas son más vulnerables en la madrugada y necesito sacarlo todo.
-Hagamos esto.-Susurro para mí misma y toco aquella puerta que está enfrente de mí.
-¿Heidi? Te dije que ya te fueras, pensé que ya lo habías hecho.-Escucho aquella hermosa voz que tanto me gusta escuchar, está relajada, creo que está aquí para pensar. Yo me quedaba con ella cuando hacía eso, yo la relajaba.
Comienzo a abrir la puerta cuidadosamente para ver a Freen, sentada en su "trono" viendo hacía la ventana de cristal que da vista hacia la gran ciudad. Joder esa ventana...
-¿Agotada señorita Sarocha?-Pregunto.
Freen rápidamente dirige su mirada hacia mí y en su rostro se le forma una gran sonrisa.
-Nena qué haces aquí.-Se para y va hacia donde yo estoy.
Mi corazón comienza a latir rápidamente más. Nos volvemos a mirar frente a frente, me encanta mirarla, esos hermosos ojos, son hermosos.
Me muerdo el labio y desvío la mirada.-Tengo que hablar contigo Freen.
Freen me mira extrañada.-Pensé que ya habíamos tenido nuestra despedida.
Asiento.-Pero necesito sacarte de mi vida por completo.
Freen traga saliva y asiente.-Prometiste recordarme Becky.
Pongo mi mano en su mejilla haciendo que Freen se recueste en mi mano.-Pero recordarte duele Freen.
Freen me mira con los ojos cristalinos, su expresión es de tristeza la conozco tan bien.
-Toma asiento.- Mueve una silla y la pone a lado de la que ella estaba sentada.
Me dirijo a sentarme en la silla, pero Freen me detiene. En esta no, en mi trono nena.-Me da una sonrisa burlona.
Le sonrío.-Es un privilegio sentarme en esta silla Sarocha.
Freen ríe un poco y me mira.-Oh nena, privilegio el que tenías sentándote encima de mi desnuda.-Se muerde el labio.
Joder Freen, me vas a matar.
-Al contrario, cariño, privilegio tenías de que yo me sentara desnuda en ti.-Lo miro sonriente.
Freen levanta las cejas y me mira de pies a cabeza.-Y quisiera volver a tenerlo.
La miro con lujuria y recuerdo que eso no era a lo que venía.
-No.-Le digo moviendo la cabeza en forma de negación.
-¿No?-Me mira Freen con una sonrisa burlona.
-No voy a caer en tus palabras sexuales.-La miro son seriedad.
Freen suelta una pequeña risita.-Ok
Narra Freen.
-Vine a hablar contigo seriamente.-La mirada de Becky es nerviosa.
-Bien, hablemos señorita.-Le respondo.
Extrañaba hablar con ella, el estar con ella a estas horas de la noche. O bien, de la madrugada para ser exactas. Me gusta observarla, aun en la obscuridad es hermosa, ella brilla, aunque no haya luz. Ella es mi Becky.
-Necesito saber ¿por qué me dejaste así de repente? ¿cómo te enamoraste de Faye?-Me mira con tristeza y atentamente aquella hermosa mujer.
Doy un suspiro de frustración, odio mentirle.-Por su forma de ser.-Eso no me lo creo ni yo misma.
-¿En serio?- Becky me mira con cara de asco.-Si decías que era lo que más odiabas...
-Si, pero las cosa cambian tú sabes.-Me comienzo a rascar la nuca, estoy nerviosa.
-Mi amor por ti no ha cambiado.
Y ahí, en esos segundos mi corazón comienza a latir más fuerte, ella me sigue amando. Sigue siendo mía.
-Pero quiero que eso cambie. Por eso vine.-Me da una media sonrisa.
Y ¡pum! todo de nuevo se viene abajo para mí, tengo que acostumbrarme a la idea de que ya no será mía. Que en tres días las dos cambiaremos nuestras vidas y tenemos que tomar distintos rumbos. Yo la quiero proteger a ella y ella, ella quiere ser feliz.
-Ya veo.-Le respondo y la miro fijamente.
-Freen...-Siento que Becky se comienza a acercar un poco más a mí.
-Dime pequeña.-Coloco mi mano en su mejilla, joder extrañaba lo cálida que es su piel.
-¿Llegaste a quererme?-Me mira con tanta ternura que me enamoré aún más de su hermoso rostro.
Y en ese momento no quise mentir, necesitaba decirle lo que comencé a sentir por ella, más no decirle que seguía enamorada de ella, no podía, aunque quería.
-Llegue a adorarte.-La mire con tanta nostalgia recordado todos los momentos que hemos pasado juntas y que ahora sólo serán hermosos recuerdos.
-¿Y? ¿qué pasó?-Me miró con sus ojos cristalinos, joder, odio verla así, me odio.
-Lo nuestro es imposible éramos amantes, los amantes no se enamoran ni nada.-Evito mirarla, soy una cobarde que está lastimado a una hermosa mujer.
-Ugh, ya veo...tienes razón.-ríe nerviosamente.-Quería que eso me dijeras ahora Sarocha si me disculpas yo...me tengo que ir.
Se paró de aquella silla y se dirigió hacia la puerta, no la podía dejar ir así. Yo necesitaba algo de ella, aunque sea lo último.
Rápidamente me levanté de la silla y antes de que Becky lograra abrir completamente la puerta con mi mano logré cerrarla y acorralarla.
-Freen.-Dijo Becky, mi Becky jadeando.
Y la interrumpí posando mis labios en los suyos, necesitaba esa hermosa sensación necesitaba sentir esos labios.
Becky se separa y me mira a los ojos para luego posar su mirada en mis labios.-Oh mierda.-Fue lo último que dijo antes de volverme a besar y poner sus manos alrededor de mi cuello y yo los míos alrededor de su cintura.
Esta era la mejor sensación del mundo.
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La amante de Freen Sarocha
Fanfiction''Grita que sólo eres mía y de nadie más' Freen, dueña de la famosa empresa '' Empire of Sarocha'' es la más famosa multimillonaria del momento. Para ella, su imagen y reputación lo es todo. Por eso, ante el mundo es la mujer perfecta, pero Becky Ar...