Narra Becky.
Era fantástico, era todo un sueño ¡Se había acordado de mi cumpleaños! Freen Sarocha se acordó de mi cumpleaños.
Esto era mágico, nadie había hecho esto por mí. Mucho menos en mi cumpleaños.
Estaba totalmente sorprendida. Quería llorar, pero llorar de felicidad.
-L-lo...tú...tú lo...¡Tú lo recordaste!-Mi vista estaba algo borrosa del agua que se acumulaba en mis ojos.
Le di una gran sonrisa y la abrasé, pero no un abrazo de felicidad. Era de esos abrazos donde sólo existen las personas que están abrazadas, no hay nadie ni nada más, sólo nosotras.
-¿Cómo no hacerlo? ¡Es tú cumpleaños! ¿Quién sería para no acordarme cariño?-Me sonrió. Esa hermosa dentadura blanca de coneja que hace que mis días sean maravillosos.
-Pensé que quizá no te importaría, digo...-Agache la cabeza.
-¿No importarme? ¿Qué te pasa por la cabeza, mujer?-Las dos reímos.-Me importas Becky.-Dijo de repente, totalmente seria y con la vista de sus ojos puesta en mí.
Me quedé inmóvil, ¡Yo le importaba! Era un sueño hecho realidad, le importaba, yo le importaba. No podía dejar de repetirlo en mi mente. Estaba jodidamente feliz.
-N-no no llores yo no...-Me abrazó más ella. No paraba de llorar, era un llanto que ni yo sabía que podía hacerlo. No estaba triste, estaba feliz, muy feliz. Por eso estaba llorando.
-Estoy muy feliz.-La apreté más a mi.-Yo no puedo pagártelo Freen, esto es maravilloso, no lo puedo creer.-Seguía llorando desconsoladamente. ¿Qué me pasaba? Ni siquiera sé la respuesta.
-¿Por eso lloras?-Me miro preocupada.
Asentí.
-Menos mal.-Suspiro y tomo mi barbilla para que la mirara.-Me encantas Becky Armstrong.-Dijo para después besarme, un beso tierno y delicado.
Nos separamos y nos quedamos mirándonos. Le sonreí.-Tú también me encantas Freen Sarocha.-Nos volvimos a besar.
La mejor noche de mi maldita vida.
-Bien...llegamos.-Dijo Freen estacionado su coche enfrente de mi casa.
-Si.-La mire y ella me miro a mí.
Me encantaba mirarla, era simplemente perfecta, todo de ella me enamoraba.
Me sonrió.-¿Tengo algo en la cara?
-No...es sólo que...-La miré para luego mirar sus lindos labios, inconscientemente me mordí el labio inferior.
Freen supo que la quería besar. Y así lo hizo, me besó para luego morder mi labio inferior haciéndome gemir.
-Sólo yo puedo morder tu labio.-Me sonrió.
Le sonreí para luego asentir con la cabeza.-Nos vemos señorita Sarocha.-Abrí la puerta del coche para salir y dirigirme a mi casa.
-Feliz cumpleaños señorita Armstrong.-Me gritó para luego mandarme un beso.
Reí y le devolví el beso.-El mejor señorita.
Y sin más entre a mi casa, me despojé de la ropa, me di un baño y me dormí.
El mejor día de mi vida.
Narra Freen.
Una semana, una bendita semana desde que tuve una cita con Becky. La mejor de mi vida. En realidad, esta semana estuvo tranquila, Heidi se recuperó y regreso al trabajo algo no muy bueno..., siempre que la vea con Becky me dan tantos celos. Pero Becky siempre me hace sentir mejor.
-Señorita, el padre de...-Dio un gran suspiro.-De su novia quiere hablar con usted.-Le sonrío y asiento con la cabeza, Becky se limita a sonreír.
-Déjalo pasar.- Becky asiente y se hace a un lado de la puerta para que pase Jeff. Mi horroroso suegro.
Jeff le sonríe ha Becky lo cual ella rueda los ojos. El estúpido le estaba coqueteando.
-Gracias hermosa.-La mira de pies a cabeza, mi sangre se empieza a calentar.
Becky da un suspiro y me mira.-Se puede retirar señorita Armstrong.
Me sonríe, esa sonrisa que tanto me gusta.-Gracias a Dios.-Me responde.
Y sin más se da la vuelta y se encamina a su escritorio.
Mientras camina me doy cuenta de que Jeff se fija sólo en su trasero. Quiero pararme en este momento y matarlo por comerse con la mirada a mi Becky.
-Ajamm-Digo para llamar su atención, y lo consigo.
-Está buenísima.-Me mira Jeff, yo levanto las cejas para luego fruncir el ceño.
-¿De qué hablas?
-Tu secretaria, está buenísima.-Me sonríe. Lo quiero matar.-¿Sabes dónde se vería mejor?
La miro confundida.-En mi cama.-Me responde.
Me levanto rápidamente de mi escritorio, estoy hecho una furia lo quiero matar.-Bien basta Jeff.-Le digo.
-¿Te dan celos Sarocha?-Se ríe.
-Me das todo el puto asco del mundo.-Le respondo.
Se vuelve a reír.-Bien no vine a ver un circo, vine a hacerte una propuesta.
Dirijo mi mirada a él.-¿De qué trata?
-Cásate con mi hija
Casi me atraganto con mi propia saliva.-No, no lo haré, el trato era ser su novia por un tiempo, mientras me reponía de la quiebra que tuvo mi padre.
-Lo sé, pero ahora quiero que te cases con mi hija.-Me miro con una estúpida sonrisa en su rostro.
-No.-Respondí firme.
-Bueno..., creo que no te importa que tu empresa vuelva a caer y que le pase algo grave a....-Me miraba con una sonrisa tan cínica.
-¿A quién? No tengo a nadie.-Reí.
-¿Te suena el nombre de Becky Armstrong?-Ahora fue él quien río.
Mi sonrisa se esfumó por completo. Becky, no le puede hacer nada a mi Becky.
-Mira imbécil...-Me fui acercando a él.
-Detente ahí Sarocha, sabes que me atrevo también a dejar a tu querida amante en la calle como deje a tu padre.-Me miro serio.
No tenía nada que pudiera hacer, era el bienestar de Becky o lo que tenemos ella y yo.
-Está bien, me casare con Faye.-Di un grandísimo suspiro.
-Pobre de tu amante, estará muy triste, pero es por su bien.-Dio una pequeña y estúpida risa.
-Te irás al infierno...-Le susurre.
-Me encantaría tener el honor, Sarocha.-Me sonrió.-Ahora si me disculpas, me tengo que ir querida yerna.-Se levantó y de dirigió a la salida.
-Púdrete maldito infeliz.-Susurre.
Me volví a sentar en mi escritorio para luego pasar mis manos por mi cabello desesperadamente. Me tenía que casar con alguien a quien no soporto absolutamente nada. Becky, se va a volver loca, mi Becky, todo es por tu bien mi amor.
De repente se abrió la puerta de mi oficina.-Amor ¿Está todo bien cariño?-Me miro con una hermosa sonrisa, esa sonrisa que ilumina mis días, la cual no volvería a apreciar nunca más.
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La amante de Freen Sarocha
Fanfic''Grita que sólo eres mía y de nadie más' Freen, dueña de la famosa empresa '' Empire of Sarocha'' es la más famosa multimillonaria del momento. Para ella, su imagen y reputación lo es todo. Por eso, ante el mundo es la mujer perfecta, pero Becky Ar...