Capítulo 2

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Me metí en casa de aquel chico que decía llamarse Ruben. Hasta ahora me cae bastante bien, es muy divertido.

- Sientate en el sofá en lo que saco algo de café para conocernos mejor.- me dijo el chico y se metió en la cocina.

Le hice caso y me senté en el sofá que había en la sala. Después de poco rato, vino un gato negro que se sentó en mi regazo. Por instinto empecé a acariciarlo.

- Veo que le has caído bien a Raspberry.- dijo Ruben entrado al salón con una bandeja con cafés y cupcakes.

- Si, bueno... E...eso creo...- dije yo rascandome la nuca nerviosamente.

- Bueno, dime más de tí.- dijo el dejando la bandeja en la mesa pequeña del salón y sentandose al lado mía, en el sofá.

- Mejor empieza contándome tú... No tengo mucho que contar...- dije y baje la cabeza, por primera vez en mucho tiempo mis ojos se aguaron, pero no calló ninguna lágrima.

- Creo que no tenía que haber preguntado, lo siento.- dijo algo apenado.

- No, em... No te preocupes... ¿Si?... Creo... Creo que debo irme...- dije, dejé el vaso del café que me había terminado ya encima de la mesa, cojí mi bolso y aunque el intento detenerme, pero fuí más rápida que el y logré salir de la casa.

Me metí corriendo en mi casa y me fuí directa a mi habitación a llorar. Me habían venido tantos recuerdos de repente que no pude evitar soltar un llanto por todo lo sucedido en mi vida. ¿Por que a mí? ¿Por que me salía todo tan mal?. No tuve respuesta a eso ya que miles de recuerdos me atormentaban y hacían que no pudiera pensar con claridad. Y con esos recuerdos venían las lágrimas.

Después de esos minutos llorando que me parecieron horas, recordé que tenía que llamar al jefe, para no preocuparlo. Así que cojí mi movil y marqué su número, después de 3 toques, lo cojió

- Agente 662 ¿es usted?- dijo el jefe.

- Si jefe, soy yo.- dije.

- Su llamada tardó, pero tengo peores noticias que darle.- dijo.

- Que sucede.- dije yo.

- Hubo otro asisenato, a manos de esos "youtubers" pederastas, encontraron a 7 niñas asesinadas en una casa abandonada, a fueras de Madrid. Mantengase alerta 662, pero no llame mucho la atención.- dijo para después cortar la llamada.

Decidí que la mejor manera de no llamar mucho la atención es consiguiendo un trabajo, así que abrí mi laptop, y nada más abrirla encontré una foto de mi ex besando a su nueva novia con ternura. La conseguí hackeando su cuenta de instagram el otro día, y la verdad es que mirarla no ayuda mucho.

Quité esa foto y empecé a buscar un trabajo en internet. Encontré uno idóneo, del que no llamaría mucho la atención. Se trataba de ser la dependienta de una tienda de ropa. "Perfecto" pensé para mis adentros, "con este trabajo no llamaré mucho la atención y podré ganar 400€ de sueldo para algunos caprichos" me felicito mi subconsciente por mi gran idea.

Hacker| rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora