Capítulo 36

147 8 4
                                    

Justo en ese momento, la puerta principal de la casa se abría, dando paso a un Rubén mucho mejor de lo que estaba hace unos días atras, con una camiseta azul oscuro, unos vaqueros casuales y zapatillas deportivas.

- Hola Ela, ya llegué.- Dijo desde la puerta.- ¿Estás ahí?- Venía hacia la habitación.

-Aquí estoy, Rubén.- Salí de golpe antes de que él pudiera entrar en esta.

- Me diste un susto de muerte.- Él se tomaba la mano fuerte contra el pecho intentando calmarse, mientras yo reía por el susto que le acababa de propinar.

- Lo siento jaja... A sido sin querer...- Dije intentando disculparme con este ataque de risa.

- No pasa nada... Solo venía a por mis cosas. Ya me encuentro mucho mejor, y me apetece valerme por mi solo y volver a mi casa. Muchas gracias por acogerme aquí...- En este momento, me encontraba seria intentando descifrar lo que sucede. Después... Él me abrazó.

ÉL. ME. ABRAZÓ.

Cuando volví en mi, le correspondí este abrazo, con uno más fuerte y duradero. No quería que se fuera...

- Guau ¿Quién lo diría? Ela abrazándome, y luego soy yo el oso amoroso.- Me hizo reir con ese comentario y lo solté.

- Solo es que... No quiero que te vayas. Ya sabes, me he acostumbrado a tenerte por aquí... Parezco una niña estúpida y caprichosa, pero que más da.- Dije algo apenada. No quería que se fuera, pero no podía arriesgarme a tenerlo tan cerca, sabiendo que cualquiera podría hacerme algo en cualquier momento y lugar de la casa. Y sabiendo que tengo que investigarlo a él por una parte... Se me complican las cosas.

-Vendré siempre que pueda. No te preocupes. Además... Somos vecinos.- Sonrió. Esa sonrisa que mata a cualquiera.- Bueno en fin... Ya me voy.

Me dio un beso en la mejilla y se fue.

Tiempo después, me fuí a mi cuarto de ordenadores a investigar un poco su canal. Ví algunos vídeos suyos y no pude evitar sonreír. Pero algo horrible me hizo quitar la sonrisa de golpe.

Me llegó un mensaje anónimo al ordenador. En este había un video. No dudé en darle a reproducir.

En este, salía una chica de rodillas. Atada de manos y pies y con una tela negra amarrada a la boca para que no gritase.

Detrás de ella, había un hombre tapado con una máscara blanca y tenebrosa sosteniendo una navaja en su cuello. ¿Qué hacía? ¿Se había vuelto loco?

-Este es un mensaje para la agente 662. No te arriesgues tanto bonita...O te pasará lo mismo que a ella.-Le propinó una patada a la chica en todo el estómago, una serie de puñetazos y finalmente murió desangrada por unos navajazos.-Abandona el caso si no quieres que algo peor suceda.-Y finalizó el video.

No sabía a quién acudir en este momento, ya que, después del shock me sentía como más torpe.

Y verdad parecía ser que el estar cerca de Ruben, me hacía más vulnerable a este tipo de acontecimientos.

Cuando la idea apareció en mi mente, la cumplí. Llamé al jefe.

-¿Ela? ¿Hay algún problema? ¿Te pasó algo? ¿Estás bien?- Preguntó con un deje de preocupación en su voz.

-Estoy bien por el momento. Pero la situación empeora por momentos.-Susurré.

-¿Qué paso? Cuénteme...-Insistió con ímpetu.

-Me llego un video. Un video en el que se ve cómo ejecutan a una chica con sus propias manos. Y amenazan con que lo mismo podría pasarme si...

-¿Si qué, Ela?-Preguntó.

-Si no abandono la investigación cuanto antes, Jefe.-Contesté.-Pero no estaba entre mis planes hacerlo.

-Lo que no quiero, es de que corras riesgos, Ela. Es una de as investigaciones más arriesgadas a las que te he expuesto. Dudo que logres atar cabos para manejarla y averiguar quién está detrás de todo esto.-Y por mucho que dijera, yo me sentía capaz de solucionar esto.

-Yo se que puedo lograrlo, solo crea en mí.-Dije.-Y ahora te dejo, Harold. Pienso averiguar desde que dirección exacta se envía este video.

-Bien Ela. Te dejo trabajar. Avisame si hay más problemas.-Me dijo.

- Descuida, te llamaré.-Dije y colgué

Me puse manos a la obra con mi trabajo. Activé el rastreador GPS de la dirección de correo electrónico desde donde se había enviado este video.

Me sorprendí bastante del resultado. Ya que, después de muchos intentos de averiguar pude hayar una pista concreta.

En las afueras de Madrid en una vieja mansión abandonada. Más concretamente: La mansión de la familia Fernández Herrero.

Apunté la dirección ,y, decidida a acabar con todo esto de una vez, me dirigí rápidamente a este lugar. Pero tenía un muy mal presentimiento. Sentía que algo muy malo, y muy oscuro me aguardaba. Y esa sensación no me gustaba nada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 21, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hacker| rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora