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Capítulo 8

Salí de la ducha y me vestí con una camiseta de tirantes color coral, algo suelta. Un pantalón vaquero de pitillo algo ajustado al cuerpo. Me puse mis tacones color crema y dejé mi pelo suelto para que se secara al sol. Empecé a recoger un poco la casa, haciendo las camas y recogiendo el baño, pero me costó ya que me dolía la mano del corte que me hice. Me lavé mis dientes y me maquillé natural. Eso si, tapando mis ojeras de oso panda. Cojí mis gafas de sol y mi movil con mis cascos y salí de casa. Cerré con llave. Quería salir un poco al parque a tomar el fresco y ha pensar en lo de anoche. ¿Como podía ser que un chico tan tierno y tan inofensivo pueda llegar a ser tan peligroso para la gente? Mis pensamientos me lo recordaban una y otra vez. Me puse mis cascos y salí del edificio. Sin un rumbo fijo. Pasaban las canciones y todo me parecía tan triste que las lágrimas amenazaban con salir. Por desgracia no lo hacían.

Iba con la cabeza tan gacha que sin querer me choqué con un chico que iba en monopatín y los dos caímos al suelo. Yo quedé encima de él.

- Ohh ten más cuidado y mira por donde vas.- dijo. Esa voz me resulta familiar.

- Lo... Lo siento.- dije, me levante lo más rápido que pude y me quité las gafas para ver quien era ese chaval.

- Ohhh. ¡Ela! Lo siento, no te he reconocido, ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?- dijo, se le notaba preocupado.

- No... No te preocupes, no es nada.- dije. El chico se me quedó mirando algo preocupado.

- Ela, estas sangrando, hay que llevarte a un hospital.- dijo y me miré la mano del corte. Tenía razón. La “fucking” herida se había abierto y ahora sangraba más que antes.

- Ok, no me negaré. Me duele mucho la mano.- dije. Al instante él cojió su monopatín y me acompaño al hospital.

El camino iba silencioso. Ibamos algo rápido ya que la herida sangraba mucho. Al fin llegamos. Entramos y era uno de esos lugares de paredes blancas, con gente corriendo por lo pasillos llevando pacientes. Había gente limpiando y otra gente con batas. Nos sentamos en unas sillas de espera. Al instante un médico nos dijo que podíamos entrar a la sala, para que me miraran la herida. Entramos y me sentaron en frente de una mesa, el la que habían muchos aparatos de medicina. Y el médico se sentó al otro lado, osea, enfrente de mi. Ruben miraba atento, y también algo nervioso diría yo. El médico me inspeccionó la herida y la desinfectó con algunos productos. Luego hizo que dejara de sangrar y dejara de dolerme, parecía un milagro la verdad. Luego me lo vendó.

- Te hiciste un corte bastante profundo. Por suerte no es necesario ponerle puntos. Pero debes tener más cuidado la próxima vez.- dijo el doctor. Pero lo volveré a hacer la veces que sea necesario con tal de sentirme mejor.

- Ok, tendré más cuidado la próxima vez. Ahh... Y muchísimas gracias.- dije y miré a Ruben. Yo ya quería salir de ese sitio.

- Gracias doctor. Prometo que la vigilaré más a partir de ahora. Para que no suceda de nuevo.- dijo Ruben. Nos despedimos del doctor y salimos del hospital.

Íbamos por la calle cuando Ruben preguntó de la nada.

- Dime la verdad Ela. ¿Como te hiciste el corte?- dijo. La verdad es que la pregunta me pillaba algo desprevenida pero le responderé con alguna mentirijilla piadosa que se me ocurra.

- Pues... Se me callo un vaso esta mañana al suelo y cuando fuí a cojerlo me corte un poco con un cristal.- dije. Creo que quedo bastante convincente por la cara que puso.

- ¿Estas segura?- dijo. Yo asentí. No quería que estuviera encima mía todo el tiempo. Ya que entorpecería el caso y podría pillarme. Ha saber lo que me haría... Es arriesgadísimo estar con él.

- Bueno. Creo que voy a mi casa... Mañana trabajo y debo de ordenar.- dije

- Ok. ¿Nos vemos mañana si quieres?-dijo. La verdad es que era un buen plan. Solo para sacarle información.

- Ok. ¿Te parece bien a las 20:35 en el Startbuck de la plaza del sol... Y luego quien sabe... Ir a dar un paseo?- dije. Ojalá diga que si.

- Me parece perfecto- dijo. Me sonrió y yo a él. Le dí un beso en la mejilla y me despedí de él. Él se fue con el monopatín rumbo no se donde. Mientras yo cojí el rumbo contrario hacia mi casa.