Capítulo 22

130 8 0
                                    

Oía una voz en mi cabeza que decía que me despertase. Era realmente molesto, ya que, no sentía nada de mi cuerpo. Intenté hacer un esfuerzo por mover algo, pero solo lograba que algo me doliera muchísimo. No sabía bien lo que era. Intentaba abrir los parpados, pero era inútil. Parecían pegados con pegamento y eran realmente pesados.

Después de un rato empecé a sentir partes de mi cuerpo y recuperar movilidad. Poco a poco, empecé a abrir los ojos, con molestia, por la luz que entraba en ellos.

A mi lado tenía una persona agarrándome la mano, en un pricipio esperaba que fuera Ruben. Pero era él, el agente Español. Él se dirigía a mi, creyendo que estaba dormida...

- Solo espero que estés bien.- dijo aún tomandome de la mano.- me diste, digo... nos diste un buen susto a todos.- dijo riendo.

Y en ese momento levantó la cabeza.

- Ohh estas despierta... que alegría.- dijo y soltó mi mano.- tuviste una bajada de tensión por los nervios.

- ¿Cuanto tiempo llevo aquí?- dije. Me acomodé sentada a la cama para mirarle cara a cara. Pero no me acordé del navajazo.- Aiii...

- ¿Estás bien?- se le oía preocupado. Por suerte logré acomodarme a tiempo para que la herida no doliera tanto. Pero él se empeñó en mirarla para ver que era lo que me incomodaba.

- Si... estoy bien....- dije. Esperaba su respuesta.

- Llevas desmayada 2 horas El... 662.-dijo con frialdad.

Derepente, se me pasó una idea fugaz por la cabeza.

- ¿Y Ruben? ¿Cómo está?- dije con los ojos aguados de lágrimas, temiendo lo peor...

- Él está bien. Solo duerme plácidamente en la sala de observación. Mañana os dan el alta a los dos. Procura no decirle nada o tu identidad de agente secreto quedará al descubierto.- dijo.- Ahora solo limítate a descansar. Mi compañero se fue a dormir a su habitación del cuartel, pero yo me quedaré toda la noche contigo si es preciso.- sonrió. Se dió cuenta de su error y volvió a ponerse serio.- Solo por que el doctor quiere que te vigile por si hay una recaída.

Mientras mi compañero miraba su movil entretenido. Yo, solo me limité a pensar en las torturas que le haría a James cuando lo pillara. Pensaba vengarme, pero doblemente. Por lo de mis padres... y por lo de Ruben.

"Serás estúpida Danyela Aldrich, si te entra en la cabezota que tienes, eres agente secreto. NO te puedes enamorar"

Me regañaba mi subconsciente. Mientras de que mi compañero no se percataba de la guerrilla interna que tenía en esos momentos.

"Con él aquí, no podré desahogarme como quiero"

Mientras hablaba con mí subconsciente, me quedé mirandole fíjamente. Pareció percatarse de ser observado, así que levantó la cabeza y me miró con ternura.

- ¿Algo no va bien?- preguntó con ternura.

Yo espabilé de mi trance por unos instantes y volví a mirarle a los ojos. Esos ojos café que me miraban esperando una respuesta.

- Todavía ni nos conocemos... no es necesario que te quedes toda la noche.- dije, él me miró y entreabrió la boca para contestar.

- Lo primero, si me quedo, es porque quiero que no te pase nada. Ya sabes como es James. Puede venir por la noche a hacerte algo, y estás indefensa. No te podrías defender contra él.- dijo. ZASCA Ela, en toda la boca.- La segunda. ¿Que quieres saber de mí?- dijo. Su tono seductor me ponía algo nerviosa.

Me moría de la intriga por conocerle, todo tengo que decirlo.

- ¿Cuál es tu nombre? Todavia no te presentaste.- dije sonriendo. Él rió.

- Me llamo Adriel.- dijo mirandome con una sonrisa.

- ¿Cuantos años tienes Adriel?- dije mirándole del mismo modo.

- 24, jaja pero ya vale de interrogarme, cuentame de tí, ¿Qué edad tienes?- dijo y se acomodó sobre su sillón mirandome a la cara.

- Tengo 22 años.- dije. Esto parecía un interrogatorio.

Nos tiramos así toda la noche, hasta que me entró el sueño y me tumbé para dormir. A mi derecha estaba él, que cumplió con su palabra como un caballero. «No se movió de mi lado en toda la noche.» A la mañana siguiente, me dieron el alta, y fuimos los tres juntos a casa, Ruben, al que sedaron para que no viera el camino hasta el CNI español, Adriel y yo.

El camino fué silencioso. Solo se esuchaba la radio del coche de fondo. Yo, miraba por la ventana las hermosas vistas de montañas. Estas se acabaron cuando entramos a la autopista. En unos 30 minutos, ya estabamos enfrente del edificio. Adriel me ayudó a subir a Ruben a mi apartamento, en brazos, ya que segía sedado. Suerte que no había ninguna vecina cotilla melodeando, ya que se hubiera asustado.

- Bueno... llegamos.- dije yo tomando un respiro y sacando una llave de repuesto de debajo de la alfombra.

- Porfín...- dijo Adriel tomando un respiro de aire por el esfuerzo de llevar a Ruben a cuestas.- Creí que nunca llegaría con vida...- yo reí por su tonto comentario y llevé a Ruben hacia dentro de mi apartemento. Mas concretamente, lo tumbé en mi cama, cerré la puerta y me fuí, ya que no despertaría hasta dentro de 8 horas, y no recordaría nada... O eso dicen los doctores. Nos pusimos en marcha para ir a recojer mi coche. Con todo el ajetreo de ayer no tuve tiempo.

Hacker| rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora