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Capítulo 30

Llegé a casa, y tenía una llamada. Era un número que no había visto en mi vida. Decidió cojerlo, pero primero me aseguré de que Ruben no estuviera despierto. Él no estaba, y dejó una nota: "No te preocupes por mi hoy. Me siento mucho mejor, iré a casa de Mangel y volveré tarde. Ruben. Una vez supe esto, pulsé el boton verde para contestar la llamada.

-Ela...-Esa voz hizo que relajara los músculos de mi cuerpo. Era Adriel.- Te llamaba para ver si hoy podíamos quedar para... Ya sabes, la investigación...-Dijo. Reí por su nerviosismo.

-Ok. En mi casa a las 6:00 ¿entendido?-Dije.

-Pero... ¿Tú no tenías a Ruben en tu casa?-Dijo algo confundido.

-Si, pero salió. No se a que hora volverá, pero de seguro que tarde.-Dije. Él me dijo que vendría a esa hora puntual.

Comí algo, fregé los cacharros, recojí la casa, hice la cama y las tareas domesticas y me duché mirando la hora. Eran las 5:00.

Una vez fuera de la ducha, me vestí como normalmente me solía vestir hace tiempo, con una camiseta rosa de tirantes y suelta y unos pantalones cortos. Dejé mi pelo secarse al aire y en ese momento tocaron a la puerta.

-¡Adrieeeel!-Dije lanzándome a sus brazos. Él me correspondió sonriendo.

Entramos en casa y comenzamos con el trabajo. Adelantamos mucho más que la vez anterior.

Uno de los graves problemas es que habían youtubers implicados en esta trama, dirijidos por una persona, la cual se desconoce su paradero.

Lo que también sabemos es que Bultury es una marioneta de este personaje, y, que están hackeando cuentas de youtube para hacerse con el control de la red y poder manejar todo el dinero que esta genera.

Para ello necesitan crear terror, secuestrando a niñas, para pedir rescates, hacerse con el dinero que estos generan. Y, finalmente matarlas.

Son youtubers que las atraen hacía esta trampa mortal, de la que nunca salen vivas. Lo que no sabemos tampoco es qué youtubers.

Verdaderamente... Eran mafias organizadas para autodestruir el internet que conocemos y hacerse con el control absoluto. Pero no sabemos de que...

Estuvimos trabajando como unas tres horas y media, por lo que estaba cansada.

-Ela...-Dijo Adriel. Yo lo miré.- Se te ve cansada. Vamos a parar, mañana seguiremos.- Yo negé con la cabeza y seguí con lo mio en el ordenador. Mientras él ordenaba y guatdaba las fotos.

-Estamos a punto Adriel. Si lo dejamos ahora... Podemos perderlo.- Dije. Me miró con el ceño fruncido pero cambió esa expresión por una sonrisa.

- Necesitas descansar.- Dijo. Apagué el ordenador y él me llevó en brazos a la habitación.

- Vale... Lo cierto es que estoy agotada. Mañana seguimos ehh.-Dije y golpeé su hombro amistosamente. Este rió y asintió.

- Está bien. Hasta Mañana. Que descanses.-Dijo y me dió un beso en la frente para luego irse.

Quedé sola y poco a poco los párpados me pesaban más y más. Tenía una sensación extraña en el cuerpo. Una de que algo no iría bien. Un mal presentimiento...

A pesar de no tener ningún problema, no podía calmarme. Algo dentro de mi me decía que algo pasaría. Decidí no hacer caso y dormir tranquila. Sería otra crisis de ansiedad.

-Ayudaaaa... ¡Ayuda por favor!-dijo alguién de la nada.
-Eres todo lo que tengo.
-No puedo vivir sin ti.
-Que linda eres.
- Y yo que sólo pensaba ponerme un traje el día de nuestra boda.
-¡Mirate bien! ¿Que chico no querría acercarse a ti...?
-Cada día que pasa, te quiero más.

Desperté sobresaltada. Otra vez esos malditos sueños. Situaciones de mi vida que recordaba solo en sueños... Eran como fantasmas que me atormentaban día y más en la noche. Y con los que tendría que vivir TODA mi vida.

Entonces me dí cuenta. Ruben aún no llegó. Él, que solo con su presencia me saca una sonrisa, y hace que me olvide de estos fantasmas que me atormentan.

Solo con él estoy tranquila. Duermo en paz y soy yo misma. Sin máscaras ni vacunas anti-zorras. Ahi me doy cuenta, de que lo necesito a mi lado...