Verdad o acción

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CONCORD, MASSACHUSETTS, SEPTIEMBRE DE 1897

Están sentados en el roble al sol de la tarde, los cinco: Nayeon en la rama más alta, porque ella es la que siempre trepa más arriba; su mejor amiga, Sana, encaramada justo debajo; y los hermanos Choi , que se dedican a lanzar bellotas a las ardil...

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Están sentados en el roble al sol de la tarde, los cinco: Nayeon en la rama más alta, porque ella es la que siempre trepa más arriba; su mejor amiga, Sana, encaramada justo debajo; y los hermanos Choi , que se dedican a lanzar bellotas a las ardillas, están algo más abajo, pero no lo bastante como para que no pueda afirmarse que siguen estando muy alto. Él siempre está en las ramas más bajas, y no porque tenga miedo a las alturas, sino debido a la posición que ocupa en el grupo… eso si es que le dejan formar parte de él. En ese sentido, ser el hermano pequeño de Nayeon es a la vez una bendición y una maldición, pues aunque a Huening Kai le permiten acompañarlos de vez en cuando, siempre debe ocupar su sitio.

—¡Verdad o acción! —exclama Nayeon, desde las ramas más altas. No recibe respuesta, así que deja caer una bellota justo sobre la cabeza de su hermano—.¡Verdad-o-acción- Huening! —repite.

El niño se frota la cabeza por encima del sombrero. Tal vez sea la bellota lo que le hace tomar esa decisión. «Verdad» es una respuesta resignada, una forma de sucumbir a un juego que su hermana, mediante el lanzamiento de bellotas, convierte en algo agresivo e insultante. «Acción» es una opción ligeramente más provocadora.

Puede que esté siguiéndole la corriente a su hermana, pero al menos no es un cobarde. Parece que ha dicho lo correcto e incluso se siente bastante orgulloso de sí mismo cuando Nayeon tarda unos instantes en responder. Está sentada en su rama, más de cuatro metros por encima de él, balanceando una pierna y mirando a lo lejos, hacia el campo, mientras piensa en la acción. Los hermanos Choi siguen torturando a las ardillas. Y entonces, Nayeon sonríe y se aclara la garganta para pronunciar su sentencia.

—La acción de Huening —pronuncia, convirtiéndolo así en algo única y exclusivamente de él, algo a lo que su hermano está obligado. El chico empieza a ponerse nervioso, aunque Nayeon ni siquiera ha aclarado aún en qué consiste realmente la acción. Antes de proseguir, la muchacha hace una pausa para aumentar el efecto dramático—. La acción de Huening será colarse en el circo de la noche.

Sana contiene una exclamación. Los hermanos Choi dejan de lanzar bellotas, se olvidan de golpe de las ardillas y levantan la vista hacia su amiga. Una enorme sonrisa aparece en la expresión de Nayeon cuando mira a su hermano.

—Y tiene que traer alguna prueba —añade, incapaz de disimular el tono triunfal de su voz.

Es una acción imposible, y todos los saben.

Huening mira a los lejos, hacia el lugar en el que las carpas del circo se alzan como montañas en mitad de un valle. Durante el día, el circo permanece muy tranquilo: no hay luces, ni música, ni aglomeraciones de gente, sólo un puñado de carpas a rayas que, por efecto del sol de la tarde, parecen amarillas y grises en lugar de blancas y negras. Tiene un aspecto extraño, sí, y tal vez un poco misterioso, pero no especialmente extraordinario. Por lo menos, no en pleno día. «Y tampoco es que dé mucho miedo», piensa Huening.

The Night Circus |•ᴬᴰ°ᵀᴷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora