Tête-à-Tête

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LONDRES, AGOSTO DE 1896

La cena a medianoche resulta bastante tranquila en esta ocasión. El circo se está preparando para una estancia cerca de Londres, después de haber actuado en Berlín, así que entre los invitados a la cena figuran unos cuantos artistas.

Kim Taehyung se pasa buena parte de la cena charlando con madame Tzuyu, que está sentada a su izquierda y luce un vestido de seda de color azul ultramarino.

La propia madame Tzuyu ha diseñado el traje que lleva Taehyung. De hecho, lo ideó para las actuaciones del joven ilusionista, pero luego lo consideró poco apropiado, ya que el tejido plateado reflejaban la luz de tal forma que sólo servía para distraer a los espectadores. Pero a Taehyung le sentaba tan bien que no estaba dispuesta a renunciar a él, así que finalmente se lo quedó para lucirlo en otras ocasiones.

—Hay alguien que no te quita ojo de encima, querido —comenta madame  Tzu, ladeando ligeramente su copa en dirección a la puerta, donde Jungkook permanece en silencio con las manos cruzadas a la espalda.

—Tal vez sólo esté admirando su estupendo trabajo —replica él, sin volverse a mirar.

—Diría que, más que el vestuario en sí, le interesa lo que éste contiene.

Taehyung se echa a reír, pero sabe que madame Tzuyu tiene razón, pues durante toda la velada ha notado en la nuca la mirada ardiente de Jungkook… y cada vez le cuesta más ignorarla.

Jungkook sólo aparta la mirada de Taehyung en una ocasión, cuando Hoseok vuelca una copa de vino de grueso cristal que por poco no se hace añicos contra un candelabro. El vino tinto se derrama sobre el brocado de oro del mantel.

Antes de que Jungkook tenga tiempo de reaccionar, Taehyung se pone en pie al otro lado de la mesa y coloca bien la copa sin ni siquiera tocarla, detalle que, por el lugar que ocupa en la mesa, sólo Hoseok percibe. Cuando Taehyung retira la mano, la copa vuelve a estar llena, y el mantel, impoluto.

—Qué torpe estoy —murmura Hoseok, contemplando a Taehyung con cautela. Un instante después, se vuelve de nuevo hacia el señor Min-ho y retoma la conversación que estaba manteniendo con él.

—Podrías haber sido bailarín —lo halaga madame Tzuyu—. Tienes mucho porte cuando estás de pie.

—Y también cuando no estoy de pie —responde el muchacho. Sobresaltado por la risa socarrona de madame Tzuyu, el señor Min-ho casi vuelca su propia copa.

Durante el resto de la cena, Taehyung observa discretamente a Hoseok, quien dedica casi todo su tiempo a comentar con el señor Min-ho algunas reformas que quiere hacer en la casa. De vez en cuando se repite, aunque el señor Min-ho finge no darse cuenta. Hoseok no vuelve a tocar su copa de vino, que sigue llena cuando, al terminar el plato, se la retiran.

Taehyung es el último en marcharse después de la cena. Durante el éxodo, pierde su chalequillo, pero no permite que nadie lo espere mientras va a buscarlo. Los saluda con la mano y ellos se alejan en la noche.

No resulta fácil localizar el chaleco, negro como el ébano, en el singular caos que es la maison Jung. A pesar de buscar en las habitaciones en las que ha estado esa noche, la biblioteca y el comedor, no lo encuentra por ninguna parte.

Finalmente, Taehyung renuncia a la búsqueda y regresa al vestíbulo, donde Jungkook lo está esperando junto a la puerta, con el chaleco doblado de cualquier manera sobre el brazo.

—¿Buscaba usted esto, joven Kim? —le pregunta.

Se acerca para colocárselo sobre los hombros, pero la tela se le
desintegra entre los dedos y queda convertida en polvo. Cuando levanta de nuevo la vista para mirar a Taehyung, él lleva el chaleco perfectamente acomodado, como si no se lo hubiera quitado en ningún momento.

The Night Circus |•ᴬᴰ°ᵀᴷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora