MÚNICH, ABRIL DE 1895
Christopher Bang siempre se alegra cuando el circo visita su Alemania natal, pero esta vez le hace especial ilusión porque el circo se va a instalar cerca de Múnich, lo cual le evita tener que procurarse alojamiento en otra ciudad.
Por otro lado, el joven Kim Taehyung le ha prometido visitarle. No se han visto nunca, aunque hace años que se envían cartas. El joven Kim ha expresado su interés por visitar, siempre que a él no le importe, el taller del relojero.
Christopher le contesta que no le importa en absoluto y que puede visitarlo cuando desee.
A pesar de las muchas cartas que se han escrito, todas cuidadosamente guardadas en su despacho, el relojero no sabe muy bien qué esperar, así que se queda perplejo al reconocer, en el joven que se halla en ese momento junto a la puerta de su taller, al ilusionista del circo. Es inconfundible, aunque ahora lleve un conjunto de un tono rosa palo y no los atuendos en blanco y negro con los que suele verlo. Su piel tiene un aspecto más cálido, el pelo parece más rizado y el sombrero que luce no se parece en
absoluto a su característica chistera de seda negra, pero a pesar de todo ello habría reconocido sus facciones en cualquier parte.—Es todo un honor —dice Christopher Bang, a modo de saludo.
—Casi nadie me reconoce fuera del circo —dice Taehyung, cuando él le toma la mano.
—Pues entonces son estúpidos —dice él, al tiempo que reverencia —. Aunque yo también me siento bastante estúpido por no haberme dado cuenta hasta ahora de quién era usted.
—Tendría que habérselo dicho —admite él—, lo siento.
—No es necesario que se disculpe. Por la forma en que usted escribía sobre el circo, tendría que haberme imaginado que no era un simple rêveuse. Conoce usted todos los rincones mucho mejor que la mayoría de la gente.
—Estoy familiarizado con muchos rincones, pero no con todos.
—¿El circo le oculta misterios hasta a su propio ilusionista? Vaya, eso sí que es una novedad.
Taehyung se echa a reír, y Christopher le enseña su taller.
El taller está organizado de manera que la parte delantera la ocupan básicamente planos y bocetos, tras lo cual se divisan largas mesas tapadas en algunas partes, mucho serrín y varios cajones repletos de engranajes y herramientas. Taehyung escucha embelesado a Christopher Bang mientras éste le describe el proceso de construcción de un reloj, y le formula diversas preguntas sobre aspectos técnicos y creativos.
Christopher se sorprende al comprobar que el muchacho habla alemán muy bien, aunque siempre se han escrito en inglés.
—Hablar idiomas me resulta bastante más fácil que leerlos o escribirlos —le aclara—. Supongo que tiene que ver con mi forma de percibir los sonidos. Podría intentar trasladarlos al papel, pero no me cabe duda de que el resultado sería desastroso.
A pesar de su pelo ya cano, el relojero parece más joven cuando sonríe. Taehyung no puede apartar los ojos de las manos del relojero mientras éste le va mostrando los delicados engranajes. Se imagina esos mismos dedos escribiendo todas y cada una de las cartas que él ha recibido y que ha leído tantas veces que incluso se las sabe de memoria, y le parece extraño sentirse turbado en presencia de alguien a quien conoce tan bien.
Él lo observa con la misma atención mientras recorren los estantes repletos de relojes en distintas fases de construcción.
—¿Puedo hacerle una pregunta? —dice Christopher, mientras Taehyung contempla una colección de elaboradas figurillas que aguardan pacientemente, entre espirales de madera, a que las coloquen en sus correspondientes relojes.
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The Night Circus |•ᴬᴰ°ᵀᴷ
FantasyEl circo llega sin avisar. No viene precedido de ningún anuncio, no se cuelga cartel alguno en los postes o vallas publicitarias del centro, ni tampoco aparecen notas ni menciones en los periódicos locales. Sencillamente está ahí, en un sitio en el ...