Reflejos y distorsiones

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El cartel reza «SALA DE LOS ESPEJOS», pero cuando entras descubres que es algo más que una simple sala.

Lo que encuentras no son sencillos paneles de cristal de espejo que llegan hasta el suelo, como en cierta manera esperabas, sino cientos de espejos de distintos tamaños y formas, cada uno en un marco diferente.

Cuando pasas ante uno que refleja tus botas, el espejo contiguo no refleja más que un espacio vacío y los espejos de enfrente. Tu bufanda desaparece en un espejo y reaparece en el siguiente.

Detrás de ti ves el reflejo de un hombre que lleva bombín, aunque esa imagen aparece en algunos de los espejos y no en otros. Cuando te das la vuelta, no consigues situar al hombre en la sala, aunque hay más espectadores paseando por ahí de los que has visto en el cristal.

La sala da a otra estancia circular, cuya luz te ilumina al entrar. Procede de una farola alta que se halla justo en el centro: corona el hierro negro una lámpara de cristal esmerilado que parece más apropiada para la esquina de cualquier calle que para una carpa de circo.

Aquí, todas las paredes son de espejo. Cada uno de los altos vidrios está colocado de forma que encaje a la perfección con el techo de rayas que se ve por arriba. El suelo está pintado exactamente igual.

A medida que te adentras en la estancia, se va convirtiendo en un interminable campo de farolas. Las rayas se repiten hasta el infinito siguiendo un patrón fractal.

The Night Circus |•ᴬᴰ°ᵀᴷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora