Antiguos fantasmas

16 21 0
                                    

LONDRES, 31 DE OCTUBRE DE 1902

Es tarde y la acera está oscura, a pesar de las farolas que flanquean la línea de edificios de piedra gris. Lauren se halla cerca de los escalones en penumbra de la casa que durante casi un año consideró su hogar, aunque tiene la sensación de que desde entonces ha transcurrido una vida entera. Espera en la calle a que regrese Jungkook.

Sobre los hombros lleva un chal de color azul pálido que, en mitad de la noche, parece un retazo de cielo diurno.

Transcurren horas antes de que Jungkook aparezca después de doblar la esquina. Al verla, aferra con más fuerza el maletín que lleva en la mano.

—¿Qué haces aquí? —le pregunta—.¿No tendrías que estar en Estados Unidos?

—He dejado el circo —responde Lauren. —Me he marchado. Taehyung dijo que podía.

Lauren se saca del bolsillo un fragmento descolorido de papel en el que figura su nombre, el nombre auténtico que Jungkook la obligó a revelar ya hace años y que le pidió que escribiera en uno de sus cuadernos.

—Lo imaginaba —dice Jungkook.

—¿Puedo subir? —le pregunta Lauren, jugueteando con una de las puntas de su chal.

—No —responde Jungkook, mientras dirige la vista hacia las ventanas, a través de cuyos cristales se percibe una luz tenue y danzarina—. Por favor, suelta de una vez lo que tengas que decirme.

Lauren frunce el ceño. Echa un vistazo a la calle, pero está oscura y desierta. Sopla una leve y fresca brisa, que empuja las hojas hacia la alcantarilla.

—Sólo quería decirte que lo siento —dice en voz baja—. Que siento no haberte dicho que estaba tratando de mantener el equilibrio. Sé que lo que sucedió el año pasado fue en parte culpa mía.

—A quien deberías pedirle disculpas es a Taehyung, no a mí.

—Ya lo he hecho —responde Lauren—. Sabía que estaba enamorado de alguien, pero creía que se trataba de Christopher Bang. Hasta esa noche, no me di cuenta de que se trataba de ti. Pero a él también le quería, y le perdió y yo tuve la culpa.

—Tú no tuviste la culpa —dice Jungkook—. Había otros muchos factores implicados.

—Siempre ha habido otros muchos factores implicados —replica Lauren—. Yo no quería involucrarme tanto en todo este asunto, sólo quería resultar útil. Quería acabar con… esto para que las cosas volvieran a ser como antes.

—No podemos volver atrás —contesta Jungkook—. Hay muchas cosas que ya no son como antes.

—Lo sé —admite Lauren —. No puedo odiarlo. Lo he intentado, pero ni siquiera consigo que me caiga mal. Me dejó seguir durante años, aunque yo desconfiara de él, y siempre fue amable conmigo. Y yo adoraba el circo. Me sentía como si, por fin, hubiera encontrado un hogar, un lugar con el que identificarme. Transcurrido algún tiempo, ya no tenía la sensación de que debía protegerte de él, lo que sentía era que debía proteger a todos los demás de ustedes dos y, sobre todo, que debía protegerlos a uno del otro. Empecé después de que vinieras a verme a París, cuando parecías tan molesto por el Árbol de los Deseos, pero después de echarle las cartas a Taehyung, supe que debía seguir.

The Night Circus |•ᴬᴰ°ᵀᴷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora