Capitulo 16

605 36 6
                                    


Capítulo Dieciséis : Cerebro proporcional a Corazón.


No fui consciente de en dónde estaba hasta que el sol llenó cada rincón de la habitación y terminó por despertarme de mi tranquilo sueño. Nunca me había considerado de un dormir poco ligero, en realidad, no podía aguantar dormir con demasiada luz en una habitación y el menor ruido me despertaba, como la cálida y relajada respiración de Justin sobre mi cuello.


Me estremecí ligeramente, controlando mi cuerpo para que no se moviera y lo despertara. Estábamos lo suficientemente enredados como para que cualquier movimiento o respiración brusca lo despertara. Mi espalda estaba pegada a su torso y sus labios estaban prácticamente contra la parte posterior de mi cuello, volviéndome realmente loca. Su brazo estaba reposando con peso muerto sobre mi cintura y su mano estaba contra mi estómago. Una de sus piernas estaba entre las mías y la otra sobre ellas, teniéndome completamente encerrada.


Respiré profunda y calmadamente, lo suficiente como para no despertarlo y como para que yo lograra que mis pulmones se llenaran de aire porque había olvidado cómo respirar durante algunos segundos.


Me imaginé despertándome así con él todas las mañanas. ¿Cuán lindo sería eso? Así cualquiera despertaría con ánimos, y desde que yo apenas alcanzaba a dormir cinco horas por noche realmente lo necesitaba. Hace tiempo que no despertaba con tanta vitalidad en el cuerpo.


Lo que quería hacer ahora era voltearme y darle un pequeño beso en los labios y susurrarle buenos días, para luego llenar de más besos su hermoso rostro. Él despertaría con una sonrisa y me daría los buenos días de vuelta con voz adormilada.


Pero eso no pasaría.


Sé que lo quiero malditamente mal, pero si quiero conseguir esto la espontaneidad jamás ha sido mi fuerte. Nunca. Y no va a comenzar a serlo ahora, así que no dejaría que mi cerebro me guiara a menos que estuviera de acuerdo con mi corazón, así como no dejaría que mi corazón me guiara hasta que estuviera de acuerdo con mi cerebro. Si quería conseguir algo... lo que sea, voy a necesitar de armería pesada y de inteligencia y paciencia. Mi corazón no está muy lleno de esos porque es impaciente y estúpido y sensible. Tenía que tomar las decisiones por otro lado. Tenía que lograr que Justin se enamorara de mí otra vez y si el muy estúpido daba una mínima señal de hacerlo, entonces yo estaría oficialmente en el combate al igual que mi corazón. Mientras tanto, estaba en punto neutro. No tenía idea de qué pasaría desde ahora, y lo peor del caso, era que si mi corazón se rompía de nuevo... no estaba muy segura de poder soportarlo otra vez.


Mmm... ¿qué hora es?


—¡Mierda! —salté de la cama, despertando y tirando a Justin al suelo en el proceso. Él se quejó en voz alta y murmuró algo inteligible mientras yo saltaba hacia el baño mientras me ponía los calcetines

—¿Qué sucede contigo? —me gritó él desde el piso.

—¡Pasa que vamos tardísimo a la estúpida universidad! —le chillé desde el baño mientras me sacaba el top de tirantes y lo remplazaba por mi playera de ayer y mi abrigo, cosa que también hice con las pantalones, sin molestarme en cerrar la puerta. Aunque cuando salí Justin se estaba apenas levantando del suelo de mala gana.

—Eres una pequeña neurótica —murmuró con voz adormilada y bostezó. Se acercó a los cajones y sacó algunas cuantas cosas, luego se sacó la playera que llevaba como pijama.


Santa madre de dios. Mi boca cayó literalmente al piso mientras babeaba por los formados músculos de su espalda y de sus brazos desnudos, y agradecí al cielo que él estuviera dándome la espalda y no me viera, porque en serio, estaba literalmente babeando.


Sacudí mi cabeza, intentando distraerme y poner todas mis cosas en mi bolso sin distraerme demasiado. Una parte de mí se decepcionó cuando se puso otra playera, aunque la otra parte lo agradeció porque necesitaba concentrarme para llegar a clases aunque fuera a la segunda hora.


—¿Tomamos otro Starbucks después de que terminemos las clases? —le pregunté a Justin mientras me ponía el bolso en el hombro. Mi cabello era un desastre y no se me había ocurrido traer maquillaje, y aunque lo hubiera hecho no me habría dado el tiempo para arreglarme, así que no pude evitar sonrojarme cuando él me miró y sonrió.

—Suena bien. Y por cierto, me encanta cuando te sonrojas —me guiñó un ojo.

—Cállate Justin —le golpeé el pecho mientras me reía. Él hizo un puchero que me hizo reír aún más—. No es gracioso.

—Tú te estás riendo —me acusó divertido.

—¡Ya sé! Pero que tenga esta estúpida sonrisa en la cara no quiere decir que esté contenta.

—Vale, pero te has sonrojado aun más.

—¡Eres un caso totalmente perdido! Realmente no sé por qué estoy contigo.

—Porque soy encantador.

—Claro que lo eres—Rodé los ojos. El sarcasmo no había sido tan... sarcástico—. Ahora más te vale que no me haya perdido nada importante porque te culparé.

—¿Me culparás? ¿Qué? ¿Por qué a mí?

—¿¡Qué clase de idiota no pone despertador!?

—Eres una antipática, y tengo un reloj interno, solo que hoy no funcionó.

—¡Reloj interno! —chillé, consternada—. Cómprate una maldita alarma, Einstein, ¿si? Tu reloj interno no parece muy productivo.

—Te dejo quedarte en mi habitación, limpio las palomitas del suelo, veo una estúpida película de amor y ¿así es como me tratas? —fingió estar ofendido.

—Lo superarás. 

—¿Tú crees?

—No entiendo por qué sigo hablando contigo —dije, mirando rápidamente mi reloj de pulsera—. ¿Starbucks luego de clases entonces?

—Sí.

—Genial, te veo entonces —dije, y en un acto de valentía besé su mejilla. No pude ver si su reacción fue negativa o positiva porque básicamente salí corriendo, pero antes de que pudiera salir al campus, mi celular sonó, informándome de un mensaje. Lo abrí atropelladamente. Era de un número desconocido.


"No te estás cuidando las espaldas. ¿Pero sabes qué? Me lo haces más fácil"



———————————-> 

Olvidando Recuerdos |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora