Capitulo 34

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RECTA FINAL 



Capítulo Treinta y Cuatro: Al Final Del Abismo.


Podría haber sido una alucinación, no era la primera que tenía luego de que todo estuviera dando vueltas alrededor de mi vista por la falta de luz, alimento y sueño, pero era tan real que fue casi fatigante. Intenté encontrar mis fuerzas para hacer mi camino hasta él, pero Justin solo tuvo que dar dos pasos gigantes para llegar hasta mí y estrecharme entre sus brazos.


Pese a que casi podía sentir a mis ojos tirando hacia al límite de la línea que me separaba de la inconsciencia, envolví con fuerza mis brazos alrededor de su cuello. No tenía fuerzas para otra cosa, no podía hablar y por mucho que quisiera lanzarme a llorar como una pequeña niña asustada, mis ondas cerebrales no parecían estar funcionando.


Su suave calor corporal y su olor familiar trajeron la paz que necesitaba con desesperación hace días, y por primera vez en un tiempo que se sintió infinito, pude escuchar cómo mi corazón acarreaba la fuerza necesaria para latir con una rapidez que solo la cercanía de este hombre podía causar.


Lo amaba, y él estaba aquí, conmigo.


—Santa mierda, ________(TN), estás bien —susurró él más para sí mismo que para mí.


No dije nada, solo porque no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo.


—Dios mío, en serio estás bien —dijo aliviado.

—Gracias —dije, con voz apenas audible.


Parecieron horas las que nos quedamos ahí, abrazándonos en medio de la nada. No era que las circunstancias fueran las mejores, pero al menos estábamos juntos, y era todo lo que contaba ahora.


—Ven, hay que salir de aquí —susurró y me ayudó a ponerme de pie.


Ni siquiera había logrado estabilizarme completamente cuando la figura de Jason se materializó en la puerta que separaba a la oscuridad de la luz, con una sonrisa que hizo que cada vello de mi cuerpo se erizara. Al ver mi mirada horrorizada, Justin se giró, y rápidamente me puso detrás de él, aún afirmándome por un brazo.


—Qué escena, señores. Realmente me conmueven —dijo secamente, con una sonrisa aún más ceca—. Lástima que no me gusten los finales felices.

—¿Por qué demonios haces esto? —gruñó.

—Porque ella me lo hizo a mí primero —dijo seriamente, mirándome.

—Ella no te hizo ninguna maldita mierda. Ella jamás pidió que la secuestraran. Todo esto, ¡la muerte de aquel otro maldito es tuya!

—Cálmate, Justin —le pedí consternada porque sabía que estaba armado.


No sirvió. Jason sacó su arma y apuntó directamente a Justin. Intenté moverme para hacer algo, pero Justin me lo impidió, dejándome siempre detrás.


—Fue una mala idea venir aquí —sonrió—. Estaba decidido a deshacerme de ________(TN) y olvidarme del dinero, porque debo admitir que ya tengo demasiado. Sin embargo, creo que ahora esto se pondrá incluso más interesante.

—Voy a darte todo el dinero que quieras, solo déjala ir —dijo Justin. A diferencia de mí, parecía demasiado calmado con la situación, y yo solo no estaba hecha un mar de lágrimas e histeria porque no tenía fuerzas para nada.

—Es una propuesta interesante —dijo, considerándolo—. Dime más.

—Es simple, te daré todo el dinero que quieras si la dejas ir.

—¿Cuál es mi garantía? —preguntó, sin bajar el arma.

—Yo.


Jadeé y tuve que afirmarme de su espalda para estabilizarme.


—No lo hagas —le supliqué.

—¿Y cómo sé que ella no va a llamar a la policía?... Oh claro —se respondió él mismo—... porque ella no dejaría que nada te pase, ¿no es así, dulce? —me miró, con esa maldita sonrisa que tanto odiaba. Nunca había deseado matar a alguien en mi vida como ahora lo deseaba. Jamás había odiado tanto la mirada socarrona de una persona como la de este demente.

—No vas a hacer esto —fue más como una orden, pero Justin me ignoró.

—¿Cuál es tu cifra?

—Un millón —dijo, tajante—. Un millón y la dejo ir.

—No —intenté protestar, pero a esta altura pareciera que la única que podía escuchar mi voz era yo, y toda la habitación comenzó a dar vueltas otra vez.


El vago ruido de las sirenas llenó el silencio sepulcral. Todo en la habitación pareció detenerse de pronto y Jason volvió a apuntar directamente al pecho de Justin con su pistola, esta vez sacando el seguro. Me aferré a él con fuerza, asustada y temerosa de lo que iba a pasar ahora. Parecían haber más esperanzas desde ahora, pero había aprendido a no fiarme de las circunstancias, si ellos no llegaban a tiempo entonces sería demasiado tarde.


Todos mis sentidos estaban atentos al siguiente movimiento de Jason, porque yo conocía de lo que él era capaz, sin embargo no se arriesgaría a enfrentar más cargos de los que ya tenía... sobre todo si era por asesinato, él no lo haría, sin embargo...


Aún no se terminaba.


—Llamaste a la policía —afirmó Jason, totalmente serio por primera vez en toda la conversación. Ajeno a las sirenas y a las luces parpadeantes, no bajó la guardia de nosotros.

—No, no lo hice —dijo Justin con una fingida actitud despreocupada—. Pero nunca dije que hubiera venido solo. Además, no es la policía, creo que es el FBI, ¿malo, no?


Jason no alcanzó a responder. La puerta se abrió de par en par y por lo menos cuatro agentes entraron.


—¡FBI! ¡BAJE EL ARMA!


Era cuatro contra uno, no había posibilidad de que él escapara, pero en vez de bajar el arma, él solo sonrió.


—No tengo nada más que perder.


El disparo resonó por todas partes. El sonido aturdió todos mis sentidos durante un segundo eterno, y cuando reaccioné, solo pude escuchar más disparos y ver sangre.


Por todas partes.




Olvidando Recuerdos |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora